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El origen del virus, la pandemia y las vacunas: una represa que empieza a resquebrajarse

Por Gustavo Vieyra (*)

La teoría de la “fuga del laboratorio” (“Lab Leak”)

Los científicos Jonathan Lathan y Allison Wilson creen que, en 2012, un grupo de mineros que trabajaron durante 14 días limpiando excremento de murciélagos en unas cuevas de Yunnam, China, murieron luego de presentar síntomas muy similares a los que hoy nos remiten al Covid 19. A pesar de que se enviaron muestras de sus tejidos para investigar en el laboratorio de Wuham, los resultados nunca se conocieron.

En 1971 nace en EEUU una organización no gubernamental sin fines de lucro que finalmente en 2010 adopta el nombre de Eco Health Alliance, cuya misión es la de proteger a la gente, los animales y al entorno, de enfermedades infecciosas, haciendo foco en enfermedades relacionadas a la deforestación y a las relacionadas entre el hombre y la vida silvestre, con especial énfasis en enfermedades como el SARS, el MERS, el Ébola y el SARS CoV 2.

Esta organización habitualmente ha recibido financiación para sus investigaciones del Departamento de Defensa de EEUU, del Departamento de Seguridad Nacional y de la Agencia para el Desarrollo Internacional.

El Instituto Nacional de Salud de EEUU (NIH), a través del Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas (NIAID) a cargo del Dr. Anthony Fauci (principal asesor médico de la Casa Blanca), subvencionó investigaciones llevadas a cabo por ECO Health Alliance sobre la “Comprensión de la aparición del Coronavirus en los Murciélagos” desde 2014 hasta 2020 porun total de 3.7 millones de dólares.

A su vez, para llevar a cabo estas investigaciones ECO Health le aportó U$S 600 mil al Instituto de Virología de Wuhan, uno de los pocos en el mundo con un nivel de seguridad 4 (BSL-4)

Estas remesas de dinero fueron suspendidas entreabril y agosto de 2020, dado la emergente sospecha del “escape del virus” del laboratorio chino.

En este contexto, asoma la pregunta sobre cómo se produjo el origen del virus SARS CoV 2,que ha mostrado una tasa de transmisibilidad y agresividad tal que derivó en la Pandemia actual.

Dentro de las hipótesis que se analizan en del ámbito de los científicos y los investigadores, hay una particularmente inquietante: Los experimentos de “Ganancia de Función” (Gain of Funtion”) en los virus.

Resumido y traducido al buen romance, se trata de la manipulación del genoma viral para lograr que el virus se torne más agresivo y transmisible. Esto derivaría en la posibilidad de crear nuevos virus a una velocidad mayor de lo que normalmente podría permitir la evolución natural.

Existe una fuerte corriente de opinión, que indicaría que el NIAID habría estado financiando este tipo de investigaciones en el Instituto de Virología de Wuhan.

Como argumento en contra de que se trató de la evolución “natural” de este nuevo virus, se ha dicho que, a la fecha, nunca se lo ha podido aislar en ninguno de los 30.000 especímenes animales que se encuentran dentro del laboratorio.

Cual sería la justificación de este tipo de investigaciones: lograr el conocimiento y aprendizaje de los mecanismos implícitos, lo que permitiría un mayor control de los virus y de esta forma, poder prevenir la aparición de futuras pandemias y sus terribles consecuencias (¿?).

Documentos emitidos por oficiales de la Embajada de EEUU habrían revelado que las medidas de seguridad requeridas para un laboratorio de nivel 4 como el de Wuhan, no serían finalmente tan rigurosas como lo esperado.

Esto se vería respaldado por información que tendrían los servicios de inteligencia norteamericanos sobre el historial clínico de investigadores del laboratorio chino que habrían sido internados en noviembre de 2019,un mes antes de la denuncia del primer caso de Covid 19 en diciembre de ese año, con síntomas de la infección por el virus SARS CoV 2.

En fecha reciente, el presidente Joe Biden, la OMS y el G7 han comenzado a reclamar una mayor profundización de las investigaciones sobre el origen del virus y lo que pudo haber ocurrido en el laboratorio de Wuhan.

La evolución de la Pandemia y las vacunas

A quince meses de declarada la Pandemia y en plena carrera por lograr la mayor cantidad de personas vacunadas con una o dos dosis, las curvas de evolución referidas a “casos Covid”, “muertes por día”, “Hospitalizaciones”, “vacunaciones con una o dos dosis”, etc, siguen sin mostrar una clara tendencia favorable, siendo el patrón mas característico el de la curva de comportamiento estacional.

En los distintos países y hemisferios se observan situaciones muy dispares como fue por un lado la alarmante situación que vivió la India con un marcado aumento de la mortalidad atribuida al virus, contrastando por otro lado, con la insipiente sensación de alivio que se empezó a percibir en algunos países del hemisferio norte como Inglaterra o EEUU, donde el buen clima y el avance de la vacunación fueron terreno fértil para que la gente se relajase y comenzase a disfrutar nuevamente de las relaciones sociales.

Sin embargo, la persistencia de problemas no resueltos, hizo que las alegrías durasen poco y renazcan las preocupaciones. Aún subsisten problemas con la logística de distribución de las vacunas en el mundo. Esto no solo genera dificultades por las cantidades necesitadas, sino que a esto se le suma que la interrupción de la provisión de algún tipo de vacuna, que a su vez tiene un mecanismo de acción determinado y que no podría ser reemplazada por otra en su segunda dosis (o por lo menos se desconoce cuál serían las consecuencias) genera muchas dudas sobre qué decisión tomar al respecto.

Hay tres situaciones que merecen ser destacadas dentro de esta evolución errática.

Primero, los efectos “preventivos” esperados, luego de lograr significativos porcentajes de vacunación en países como Chile o Hungría, no han tenido un correlato directo con la disminución de la cantidad de muertes o internados por Covid.

Segundo, son cada vez mas preocupantes, la aparición de efectos colaterales serios, dentro del listado de vacunas que cuentan con un sistema de farmacovigilancia, donde se registraron muertes por trombosis, alteraciones neurológicas como el Síndrome de Guillan Barré, inflamaciones del musculo cardiaco (miocarditis) o la reciente observación de casos de alteraciones de los períodos menstruales en mujeres jóvenes.

Lamentablemente, la farmacovigilancia, más allá de ser un sistema falible, con tendencia al subregistro, solo aplica para las vacunas europeas o americanas que están en fase 3 de investigación y no para las chinas y la rusa.

En nuestro medio se han registrado muertes en personas jóvenes, luego de recibir dos dosis de la vacuna Sputink que han quedado sin aclarar y solo han cobrado notoriedad gracias a la labor periodística.

Tercero, la suma de la aparición de cepas resistentes a las vacunas que se están aplicando, como lo fue con la vacuna Pfizer en Sudáfrica y la variante homónima, el caso de la variante india con la vacuna de Astra Zéneca en Reino Unido o la variante Manaos o del Reino Unido en Chile y la aparición de cada vez más casos de complicaciones serias están forzando la salida de juego de algunas vacunas.

Al respecto, en fecha reciente, la Unión Europea ha decidido cancelar la compra de las vacunas de Oxford-Astra Zéneca y las de Johnson & Johnson (Janssen), ambas por compartir mecanismos ligados a la formación de coágulos, a lo que se le suma el incumplimiento departe de la empresa Anglo Sueca en la provisión de la cantidad contratada de vacunas lo que estaría dando origen a demandas legales.

Como se puede observar, la imagen de una represa sólida, construida en torno de la producción, distribución y aplicación de las vacunas en tiempo y forma, con el fin de dar por finalizada la pandemia, no solo no cumple con la mentada “solidez”, sino que comienza a exhibir resquebrajamientos por donde afloran nuevamente, temas como el dudoso origen del virus, la verdadera eficacia y seguridad de las vacunas a casi un año del comienzo de su aplicación, cuantas son las mutaciones a las que tendremos que enfrentarnos y cuál será finalmente el tratamiento preventivo y/o curativo que reúna las condiciones de seguridad, eficacia, bajo costo y amplia disponibilidad que permita terminar con el Covid 19 y sus variantes.

(*) Médico cardiólogo, docente universitario, ex presidente del Distrito Conurbano Norte de la Sociedad Argentina de Cardiología, responsable de Arritmias y Marcapasos del hospital Bernardo A. Houssay (retirado), cardiólogo  del Hospital Británico, vecino de Pilar.

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