Economía

El sistema previsional argentino se encuentra entre los peores del mundo

La estatización del sistema previsional en 2008 y el fin de las AFJP no solamente fue la piedra angular para socavar el mercado de capitales local, sino también el propio sistema jubilatorio y la protección social hacia las personas mayores.

La presidencia de Cristina Fernández de Kirchner dejó una pésima herencia en términos previsionales: según el Mercer Institute, el sistema argentino implementado desde su gestión ocupa el lugar número 42 de los 43 países seleccionados, a duras penas por encima de Tailandia.

El Global Pension Index del instituto selecciona a los 43 países más importantes en términos poblacionales, pues abarca a casi el 65 por ciento de la población mundial, lo cuál dota de representatividad a la muestra. El sistema previsional kirchnerista es actualmente un fracaso en las tres dimensiones principales relevadas por el índice: adecuación del sistema, sostenibilidad a largo plazo y su grado de integridad.

La adecuación del sistema pretende medir el nivel básico de ingresos percibidos por los jubilados y pensionados, acorde a una paridad de poder adquisitivo para poder comparar entre distintos países. Esto también mide el diseño del sistema de pensiones, incluyendo la edad de jubilación y el esfuerzo de los aportes que deben ser abonados en relación a los beneficios futuros.

En segundo lugar, la sostenibilidad del sistema da cuenta de ecuación financiera dinámica que tiene cada país en su esquema previsional. En este punto entran en juego elementos como la deuda pública de las pensiones, la evolución del número de aportantes jóvenes por cada pensionado que mantener, y el grado de solvencia intertemporal para hacer frente a las obligaciones tanto financieras como con los propios asociados al sistema.

En tercer y último lugar, el Mercer Institute mide la integridad de cada sistema previsional, entendiendo por integridad al grado de regulaciones aplicadas para proteger (o no) a los miembros de un determinado plan de pensiones. Se busca medir si existe algún grado de garantía para las pensiones bajo un esquema legal.

Tanto en adecuación, sostenibilidad e integridad, el sistema previsional argentino es extraordinariamente deficiente y solamente alcanzó un puntaje de 41,5 sobre 100. Pero incluso a pesar del bajo resultado, la dinámica del sistema de reparto estatal es cada vez peor en la Argentina.

En el año 2020 Argentina mantenía una pésima posición internacional, pero registraba un puntaje de 42,5 puntos básicos. Incluso en la delicada situación del sistema, la gestión de Alberto Fernández profundizó la decadencia previsional.

La reforma previsional de 2017 solamente significó una pequeña corrección sobre la sostenibilidad financiera del sistema a partir de la licuación del gasto previsional en términos del producto, sin afectar las otras deficiencias que se acumularon desde 2008. Una reforma previsional estructural e integral se vuelve cada vez más indispensable.

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