Nación

Ola de denuncias por vacunación a militantes que ni siquiera pertenecen a grupos de riesgo

La doctora Claudia Bruno milita en el Frente de Todos. Es joven y saludable. Pero a pesar de ello, se transformó en una de las cientos de personas que accedieron a la vacunación contra el coronavirus de forma inexplicable.

Esta semana, el portal PeriodismoyPunto reveló que en la localidad de Henderson -que no supera los 10 mil habitantes, 100 militantes accedieron a la Sputnik V.  La nota provocó una oleada de mensajes de lectores que denunciaban más acomodos en la provincia de Buenos Aires.

Horas después, se conoció el caso del diputado nacional del Frente de Todos de Santa Cruz, Juan Benedicto Vázquez, que accedió a vacunarse sin ser persona de riesgo. Mucho menos, trabajador esencial. Otros 10 funcionarios de la provincia de Alicia Kirchner también se vacunaron «de arriba». El intendente de Piedra Buena tuvo la suerte de vacunarse él, su esposa y hasta su chofer. Separaron al director del Hospital pero nadie dijo nada del intendente K.

En la provincia de Buenos Aires, mientras tanto, el ministro de Salud Daniel Gollán minimizó el escándalo: «Son 9 casos irregulares». Las matemáticas no son su fuerte. Son muchos más.

Los jóvenes militantes suben las fotos a sus redes sociales del «acto patriótico» agradeciéndole a Cristina Kirchner por el acto de «amor». En Tartagal, Salta, dos periodistas oficialistas tuvieron la suerte de estar en el momento correcto y exacto para ser vacunados. La explicación fue que sobraban las vacunas y sino, había que tirarlas. ¿Nadie previó nada?

A Henderson, como a otras localidades de 10 mil habitantes, el gobierno de la provincia de Buenos Aires, les envío 450 dosis de vacuna. Lo mismo que a la populosa Mar del Plata o Pinamar.

Incluso apareció una diputada provincial, Liliana Spoljanic, en Chaco, quien hizo el show de la vacunación y hasta intervino el hospital local para que las cámaras pudiesen registrar su momento.

PeriodismoyPunto se comunicó con la militante que se vacunó los últimos días de enero de este año. Su respuesta fue desconcertante: «Me enviaron mail con la fecha y lugar de aplicación, todos mis datos están en la inscripción. Soy de Lomas de Zamora y aquí hay puntos de vacunación no sólo para esenciales». Según las fuentes oficiales consultadas, el dato no es real.

«Solo sé que la vacuna es optativa, sin inscripción, no te la aplican, ¿quién te dio mi contacto?» preguntó la militante vacunada. Ante la negativa del periodista a revelar la fuente, Bruno -la militante del acomodo- aseguró que «estás vulnerando mi privacidad, voy a confirmar que sea cierto lo que decis y si querés conversamos viéndonos las caras».

La entrevistada explicó que la App le daba la opción de vacunarse pero no es así pues las opciones son: personas mayores de 60 años, personal de salud o personal de seguridad. Bruno acomodó el relato: «Si hay personal de salud que no quiere vacunarse, ¿qué pasa con las dosis? ¿Se desechan? Cuando me fui a vacunar había gente común, como yo».

La militante de la vacuna sube a sus redes sociales el momento en que se aplica la Sputnik con la V de la Victoria.

Las fotografías son públicas.

En la provincia de Buenos Aires viven 17 millones de personas. La Argentina no superó el medio millón de vacunados. Aún no se vacunaron todos los médicos.

Tampoco el personal esencial como las fuerzas de seguridad y los docentes.

Pero cientos de militantes K, amigos, funcionarios, choferes de intendentes y amantes de políticos, ya lo hicieron.

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