Indignación en Alberti: murió en la calle y debieron esperar tres horas por una ambulancia

«El Estado presente» o «el Estado te cuida», son las frases con las que el gobierno local machaca con insistencia desde cualquiera de los medios que utiliza para hacerse propaganda. Pero a la luz de lo acontecido esta mañana en Manuel Alberti, la tercera ciudad del distrito de Pilar, no son más que eso: frases huecas y sin sentido, apenas clichés electoralistas con gusto a nada.

A eso de las 10,30 de la mañana, una conocida vecina de Alberti, Elizabeth Cao, de 68 años, caminaba con una de sus hijas por una de las calles más importantes de esa localidad, cuando la sorprendió la muerte. Un paro cardíaco fulminante terminó con la vida de la señora Cao, que se desplomó pesadamente en la vereda ante la angustia de su hija que inmediatamente comenzó a pedir auxilio.

Mucha gente se acercó a ayudar a la joven; incluso el farmacéutico Mario Di Nardo salió desde su local para implementar maniobras de resucitación, mientras otra vecina corrió tres cuadras y media hasta la salita para pedir a gritos una ambulancia, pero no había. Tenían que esperar que hubiera «disponibilidad».

Otros, en el lugar, mientras el cuerpo de Elizabeth yacía en el piso, se afanaban con el teléfono pidiendo auxilio a totos los números de asistencia que conocían, pero no había caso. Nunca hubo «disponibilidad».

Cansados de llamar y que se les negara una ambulancia, desde un centro de estética cercano decidieron aportar una camilla para colocar ahí el cuerpo de la desafortunada mujer, hasta que a eso de las 15, casi tres horas después, apareció la ambulancia de un funeraria de Tortuguitas donde finalmente será velada.

Los vecinos, indignados por el episodio, volvieron a exigir una ambulancia para Alberti. En ese sentido, recuerdan que hasta hace poco hubo una permanente en la puerta de la salita pero que por alguna razón que desconocen, fue retirada por el municipio. Consideran -no sin razón- que el crecimiento poblacional de Manuel Alberti ya supone la instalación de un centro asistencial con los elementos médicos necesarios para que sus vecinos reciban la mejor atención posible. No quieren morir en la calle, víctimas de la indiferencia y la desidia estatal.