Entrevistas
Impuestos: «Una maraña difícil de entender» (Nota con audio)
El diputado nacional Francisco Sánchez reconoció que «los argentinos pagamos muchísimos impuestos para que el Estado haga gastos irrisorios y absurdos», un tema que «la política no trata seriamente».
Al referirse a la Asociación Argentina de Contribuyentes, a la que definió como «una entidad que defiende los derechos de los contribuyentes en todo lo que tiene que ver en su relación impositiva con el Estado», que «promueve que los impuestos sean estables, previsibles, mínimos y se administren de la manera más eficiente posible», el legislador de Juntos por el Cambio advirtió que «pagamos muchísimos impuestos, la mayoría ocultos en las boletas de los servicios, que no tienen nada que ver con lo que estamos pagando».
«Por ejemplo -graficó-, el las boletas de telefonía pagamos 1,5 por ciento para sostener al Centro Deportivo de Alto Rendimiento (CEDRONAR), y como este, hay muchos más».
En ese sentido, Sánchez afirmó que «el sistema impositivo argentino es una maraña difícil de entender, lo que hace que los contribuyentes aportemos para cosas que no sabemos qué fines tienen, ni qué pasa con el dinero que aportamos», al tiempo que reconoció que «en el Congreso lo conversamos los que tenemos afinidad de ideas con estas cuestiones, pero lo cierto es que no es un tema que la política esté tratado seriamente». «Y creo que tampoco está dispuesta a conversar estas cosas», agregó.
Al respecto, el diputado recordó que «los gobernadores firmaron con Macri, por el pacto fiscal, no aumentar los impuestos provinciales como Ingresos Brutos, y apenas asumió Fernández, rompieron su promesa».
En su opinión, «no hay coherencia entre quienes gobernamos respecto al tema impositivo, porque mientras más se le pueda sacar a la gente, más caja hay para hacer lo que se quiera hacer». «Y hasta ese querer hacer es muy difuso, porque, por caso, los argentinos pagamos ministerios, direcciones, que no hacen nada como el Ministerio de la Mujer, que no sirve para nada», evaluó.
A su criterio, «en un país pobre como el nuestro, no nos podemos dar el lujo para cosas que no son prioritarias». «No podemos sacarle al privado, que puede utilizar ese dinero en invertir y crecer, para darle al Estado y que gaste en cosas irrisorias y absurdas», apuntó.