A pesar de los cuestionamientos recibidos por parte del sector privado y de una gestión que sigue haciendo agua en el manejo de la pandemia, el mandamás bonaerense se transformó en uno de los tres gobernadores con mayor sueldo del país. En una provincia con el 56 por ciento de pobres, la cifra causa polémica.
A pesar de una cuestionada gestión en los primeros dos años desde su asunción en diciembre de 2019, Axel Kicillof es el tercer gobernador mejor pago de la Argentina, sólo detrás del puntano Alberto Rodríguez Saá y el chubutense Mariano Arcioni.
El gobernador de la provincia de Buenos Aires recibe un jugoso salario de 439.200 pesos mensuales, muy por encima de prácticamente todos sus colegas del país. Es algo así como 18 salarios mínimo vital y movil. El dato no es menor, teniendo en cuenta que el territorio bonaerense es el que más profundizó la pobreza entre el 2019 y el 2021.
En ese marco, el gobernador se muestra muy distante a la realidad cotidiana del sector privado que tanto sufrió durante la pandemia. Al menos desde el 2011, Kicillof vive con sueldos del estado. Primero fue secretario de Política Económica y Planificación del Desarrollo de la Nación Argentina, hasta que en 2013 asumió el control del ministerio de Economía y Finanzas Públicas de la Nación. Con la llegada de Mauricio Macri al poder, Kicillof vivió de un sueldo como diputado nacional hasta ser elegido gobernador en el año 2019.
En efecto, Kicillof asumió con un ya alarmante 51 por ciento de pobres y, lejos de sostenerlo o tal vez mejorarlo, lo intensificó aún más llevando la línea de pobreza en tiempo récord al 56 por ciento. En la tierra de los pobres, el gobernador recibe casi medio millón de pesos cada treinta días. La situación es más grave si se tiene en cuenta que, en calidad de mandamás, la mayoría de sus necesidades diarias se satisfacen con gastos reservados.
En tanto, su esposa, Soledad Quereilhac, quien como ya se comentó es investigadora de ciencias ocultas en el CONICET, recibe otros 90.400 pesos más del estado en concepto de salario. Como se supo a mediados del 2020, bajo cierto clima de indignación popular, la esposa de Kicillof es investigadora adjunta de literatura, lingüística y semiótica, con una extravagante especialización en ocultismo.
De este modo, el curioso matrimonio entre el gobernador que reafirma sus inclinaciones socialistas y la investigadora de ocultismo desembolsa mensualmente la llamativa cifra de 529.600 pesos. Sólo a modo de ejemplo, Oscar Herrera Ahuad, gobernador de Misiones, cobra 126 mil pesos; Jorge Capitanich, de Chaco, 130 mil; y Gustavo Bordet, de Entre Ríos, 175 mil. Todos lejos, muy lejos, de la nueva aristocracia política bonaerense.
