Dudas: el funcionario y jefe de campaña del oficialismo, ¿inventó un secuestro alguna vez?

Guido Bordachar, el secretario de Planeamiento, Infraestructura y Servicios Públicos, hoy de licencia y convertido en jefe de campaña del oficialismo, ¿es el mismo que en 2003 inventó el secuestro de otro candidato a intendente de Pilar?

Pero vayamos por el principio e intentemos despejar las dudas al respecto, interrogantes que, por otra parte, plantean varios dirigentes de la vieja guardia que enojados por el destrato de quienes consideran «unos p… irrespetuosos», decidieron hacer memoria y abrir el closet de algunos de ellos «como para entiendan que los viejos no somos unos b… y se crean que nos pueden dar lecciones de política».

Y así es que llegamos a este episodio ocurrido el 1 de agosto de 2003, cuando el ex delegado del Ministerio de Trabajo y candidato a intendente de Pilar por Acción Vecinal, Julio Chavarría, apareció en una comisaría de Carapachay para denunciar que, cuando salía desde la Capital hacia Pilar en su Ford Explorer 4×4, fue interceptado por una Renault Trafic y que lo mantuvieron en un garaje hasta que lo liberaron en esa localidad del municipio de Vicente López.

La breve «desaparición» del candidato ya había sido denunciada en Pilar por unos amigos y seguidores que lo esperaban para dos reuniones, entre los que se contaban el entonces concejal Fabio Gómez (que a su vez había sido denunciado días antes por el periodista Claudio Ponce de León de recibir, por izquierda, de la empresa Transur una generosa suma en patacones) y el secretario de éste, Guido Bordachar.

El caso es que la denuncia le pareció «rara» hasta a la policía que debía investigarla, y tampoco logró impactar como esperaban en la opinión pública local, que también olfateó que había «gato» encerrado en semejante explicación para una ausencia que los veteranos de la política no dudaron en considerar, lisa y llanamente, «una mentira» tendiente a provocar empatía entre el electorado y un candidato que no levantaba en la intención de voto ni con una grúa.

Como era de esperarse, el episodio pasó sin pena ni gloria, las elecciones se desarrollaron con absoluta normalidad, y Humberto Zúccaro comenzó su primer mandato.

Nunca hubo una explicación oficial sobre el «secuestro» de Chavarría, pero no son pocos los memoriosos los que atribuyen a Bordachar este invento en procura de justificar la ausencia del candidato que, por otra parte, según dicen, parece que se había entretenido en actividades bastante más agradables que una campaña electoral

(A.S.)