Descontento en el COM por el duro entrenamiento físico y sus consecuencias en el sueldo

El video muestra a un hombre alto, vestido de fajina, con un chaleco de la Policía Municipal que corre por un circuito haciendo diversas maniobras de entrenamiento, acompañado por varios que lo asisten y gritan consignas que aquel obedece.

La performace parece agotadora, y aunque cada vez que le preguntan «se rinde?», siempre a los gritos, de la misma manera contesta con un «no» rotundo.

Esta rutina casi diaria forma parte de los cursos de capacitación del COM que deben cumplir quienes aspiran o se desempeñan en la fuerza de seguridad comunal como conductores de patrullas, y según cuentan, suelen ser extenuantes e intensivas, a tal punto que no son pocos los que las cuestionan como maltrato y abuso de autoridad.

Es cierto que un hombre -o mujer- que quiera desempeñarse en estas lides debe contar con un estado físico, como mínimo, excelente, aunque no por ello deban tolerarse excesos que impliquen un perjuicio para con la salud del individuo.

El caso es que, al parecer el descontento planteado en el COM por estas horas no sólo tendría que ver con este agotador entrenamiento, sino también por el salario, ya que de acuerdo a las disposiciones internas si no lo aprueban, pierden el plus que perciben para redondear un salario y hasta pueden ser dados de baja.