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Se viene el cierre del ciclo de conferencias de Pensar Pilar con una apuesta a la producción

Mariano Winograd es agrónomo y empresario pyme fruti-hortícola, y es el disertante elegido por Pensar Pilar-para una democracia con valores, para cerrar, por este año, su ciclo de conferencias de la que participaron destacadas figuras del quehacer nacional.

La reunión se celebrará el viernes 9 de diciembre a las 20, siempre en la Villa Marista, y en la oportunidad el disertante se referirá, entre otros puntos, a la potencialidad de Pilar como territorio productivo y cómo utilizar esa productividad para, por ejemplo, reemplazar planes sociales, en una demostración concreta del nivel de temas y construcciones que la Argentina urgente debe abordar.

Winograd tiene 66 años, es ingeniero agrónomo, y ha dedicado sus 30 años de profesión a la producción de frutas y hortalizas. Fue vendedor de semillas, periodista, productor, consultor, funcionario público, pensador y activo divulgador de la fruticultura. No hay medio en la Argentina, comenzando por Clarín, que no recurra a su palabra autorizada cada vez que se habla de campo, porque además es un gran conversador y sabe explicar con sencillez y simpatía.

Es presidente de Giava SA, una empresa familiar con casi 38 años de vida en la que desarrolla tareas de dirección y management, creador de la ONG Refugio Humanitario Argentino, y fundador del Grupo wapp Antropoceno.

Winograd es un activo constructor de debates en la búsqueda de nuevos caminos para la producción agropecuaria y los bionegocios, y para él las frutas y hortalizas no son solo un oficio sino una pasión.

A tal punto, que fue uno de los gerentes del recién inaugurado Mercado Central, allá por 1984, pero no se quedó mucho tiempo: «Porque una vez abierto aparecieron las contradicciones entre aquello de que con ´la democracia se come, se educa y se vive´ y la ineficacia del Estado. Al poco tiempo renuncié. Y nunca más fui funcionario».

«El Estado es una institución con severísimos bolsones de corrupción, hipocresía, incompetencia y mendacidad. No ignoro que hay tareas ineludibles como la educación, salud pública, recolección de residuos y seguridad, de las que tiene que hacerse cargo, pero considero que durante los últimos 40 años desde la recuperación democrática, el Estado ha sido un freno para que las cosas cambien, y un garante de que todo continúe igual. La nuestra es una democracia muy rara, ya que en 40 años llevó la pobreza de un 5 al 50%. Yo me considero liberal de izquierda en el sentido de que creo en el ser humano y al mismo tiempo en la libertad, por eso no creo para nada en la idea de un mercado único ni en manos estatales. Estoy más cerca de la economía popular de mercado que de la estatal». (Winograd dixit).

 

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