Columnistas

Una presidenta feminista para la Argentina, una fantasía

Por Julieta Bugacoff (*)

El surgimiento del Ni Una Menos marcó un antes y un después en la agenda política de la Argentina. Por primera vez en varias décadas, se problematizó masivamente la dificultad de mujeres y diversidad para disputar poder. En estos seis años, la mayoría de las provincias aprobaron leyes paritarias que -en teoría- debían garantizar la participación igualitaria de varones y mujeres. Sin embargo, el reciente cierre de listas, y el escaso número de candidaturas de mujeres a gobernaciones y presidencia, evidencia que no alcanza con la visibilización y la aplicación de políticas de acción afirmativa.

A nivel nacional, las precandidaturas para el Poder Ejecutivo dan cuenta de que aún falta mucho para llegar a un escenario equitativo en materia de género. Según la información recopilada por DataGénero, de los 27 binomios que disputarán la presidencia en las PASO, solo cuatro (22,2%) están encabezados por mujeres. Las cifras son un poco más equitativas en las precandidaturas para la vicepresidencia: 10 mujeres (37%) acompañan a varones en las fórmulas.

De las cuatro mujeres precandidatas a la presidencia, sólo Patricia Bullrich (La fuerza del cambio en JxC) tiene reales posibilidades de ganar. El resto pertenecen a fuerzas políticas que no llegarían con los votos: son Myriam Bregman (Unir y fortalecer la izquierda en el Frente de Izquierda), Manuela Castañeira (Nuevo MAS) y Reina Xiomara Ibáñez (Todex en Proyecto Joven).

Tanto Bregman como Castañeira sostienen una militancia feminista activa. Ambas participaron desde sus respectivos espacios en la lucha por la legalización del aborto y están pendientes de la agenda vinculada a género. Como diputada nacional, Bregman presentó varios proyectos destinados a mejorar las condiciones de vida de mujeres y diversidad: la provisión gratuita de productos de gestión menstrual, el protocolo para la atención de abortos no punibles y el régimen de licencias laborales para víctimas de violencia de género, entre otros.
La postulación de Reina Xiomara Ibáñez no pasa desapercibida: tiene 30 años, es trabajadora sexual y la primera candidata trans a la presidencia de la Nación. En 2021, ocupó el primer lugar de la nómina de Proyecto Joven para la Cámara baja, y si bien la lista no logró superar las PASO -obtuvieron 6.700 votos- en otro contexto histórico hubiese sido inconcebible que una mujer trans apuntara a ocupar cargos políticos. Incluso en un panorama de retroceso, se pueden ver avances.
Otro perfil a destacar es el de Paula Abal Medina, precandidata a la vicepresidencia por la lista Justa y Soberana en UP, en fórmula con Juan Grabois. Es doctora en Ciencias Sociales (UBA) y desde hace 13 años ejerce como investigadora del CONICET. Las propuestas de su espacio político incluyen la urbanización de barrios populares, la reforma de la policía y el otorgamiento de tierras a grupos familiares.
Varias fuerzas de izquierda presentaron precandidatas mujeres para la vicepresidencia. Tal es el caso de Vilma Ripoll (Unidad de Luchadores y de la Izquierda en el FIT), que va como vice de Gabriel Solano, y Marianela Hid Lezama (Libres del Sur) en binomio con Jesús Escobar. Ambos espacios políticos incluyen propuestas vinculadas a la lucha contra la violencia de género, la salud sexual y reproductiva y derechos para la población LGBTQI+. Las otras precandidatas a la vicepresidencia son Victoria Villaruel (la Libertad Avanza), Patricia Urones (Política Obrera), Cristina Mabel Gómez (Principios y Valores), Mariel Avendaño (Frente Patriota Federal), Ramona Pucheta (Liberar) y Bárbara Solemou (Proyecto Joven).La Ley de Paridad de Género en Ámbitos de Representación Política vigente a nivel nacional establece que las listas que se presenten para el Congreso Nacional y para el Parlasur deben integrarse ubicando de manera intercalada a mujeres y varones desde el primer puesto titular hasta el último cargo suplente.

La norma no es extensiva al Poder Ejecutivo. Así, existen 13 binomios que están conformados sólo por varones y no hay ninguno mujer-mujer. Y de esos 13, dos pertenecen a las alianzas con mayor intención de voto (Horacio Rodríguez LarretaGerardo Morales de El cambio de nuestras vidas en Juntos por el Cambio y Sergio MassaAgustín Rossi de Celeste y blanca en Unión por la Patria). A nivel provincial, sólo tres jurisdicciones incluyen fórmulas paritarias a la gobernación por ley: La Pampa, Santa Fe y Entre Ríos.

Mujeres de derecha

En “Las nuevas caras de la derecha”, el historiador italiano Enzo Traverso afirma que las nuevas derechas mantienen una matriz antifeminista, racista y homofóbica. En paralelo, también incorporaron elementos de lenguaje y prácticas sociales que no pertenecen a su código genético. Ese mecanismo posibilita que determinados sectores que antes eran excluidos se sientan identificados con el discurso.

El perfil que describe Traverso se parece a la estrategia adoptada por Bullrich en los últimos cinco años. La ex ministra de Seguridad cuestionó en varias oportunidades la existencia del Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad y, a la vez, en octubre de 2022 acusó a la vocera presidencial Gabriela Cerruti de minimizar la lucha de miles de mujeres por la igualdad de género.

La precandidata halcona no abandona el tema ni todas las demandas le vienen bien. Mientras que en 2018 se había manifestado a favor de la legalización del aborto, en 2020 decidió guardar silencio y hoy, entre quienes la siguen, hay mayorías antifeministas y, por lo tanto, antiaborto. No se mete en temas “polémicos” vinculados a los derechos de las mujeres, aunque en una charla que brindó en el marco del 4° Women Leadership Forum, habló de las trabas que tuvo que enfrentar por ser mujer cuando estaba al frente del Ministerio de Seguridad de la Nación. Está claro que Bullrich no es feminista aunque muestra interés por llegar a audiencias femeninas.

Por ahora, más allá de las acciones afirmativas, los cargos de decisión siguen mayoritariamente en manos masculinas. En el caso de las fórmulas para las precandidaturas presidenciales –como en las gobernaciones-, las mujeres quedaron relegadas a la vicepresidencia. El cierre de listas con sabor a poco para las feministas propone nuevos desafíos para un movimiento que se propone disputar el poder.

 

(*) Es periodista, fotógrafa y estudiante avanzada de la Licenciatura en antropología social (UNSAM). Trabaja como coordinadora de redes sociales en LATFEM

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