Destacados

Cumpleaños: los 80 de Joan Manuel Serrat

Desde hace más de medio siglo, el reconocido compositor y guitarrista ha dejado una huella imborrable en la poesía con obra propia pero también a partir del rescate y musicalización de la obra de estos dos gigantes de la poesía española, con temas inolvidables como «La saeta», basado en Machado, o «Para la libertad», a partir de la escritura de Hernández.

Los poetas Antonio Machado y Miguel Hernández son recordados cada vez que se escuchan las canciones de Joan Manuel Serrat y que se celebra un nuevo cumpleaños del cantautor catalán, quien este miércoles festeja sus 80 años, tras décadas de contribuciones excepcionales no sólo a la música, también a la poesía en español.

Desde hace más de medio siglo, el reconocido compositor y guitarrista ha dejado una huella imborrable en la poesía con obra propia pero también a partir del rescate y musicalización de la obra de estos a dos gigantes de la poesía de España, con temas inolvidables como «La saeta», basado en versos de Machado, o «Para la libertad», a partir de la escritura de Hernández, que de la mano de sus discos se esparcieron por el mundo y llegaron a boca de todos, de la misma manera y con la misma intensidad con que se colaban en los hogares sus canciones románticas y testimoniales.

El álbum «Dedicado a Antonio Machado, poeta» fue un éxito de ventas. Lanzado en 1969 por Novola en Barcelona y reeditado continuamente desde entonces contiene 12 canciones, 11 de las cuales son poemas de Machado (1875-1939), uno de los autores más emblemáticos de España, resignificado -igual que Hernández- dentro del clima político contestatario de los años 70.

Serrat -quien anunció su retiro hace un año y en este nuevo cumpleaños fue honrado por la Universidad de Harvard, Estados Unidos- dio cuenta de una combinación renovadora entre el poeta y el músico, entre la figura del autor y del cantante.

A partir de temas como «Cantares», por ejemplo, donde combinó textos de Machado con composiciones propias, en los que reconfiguró la dimensión simbólica de ese poeta, uno de más importantes de la Generación del 98, esa que había nacido como reacción a la pérdida de las posesiones coloniales de España en Latinoamérica con la vocación de renovar ideales y creencias y de analizar a España a través de su literatura como una identidad, no como un problema político o económico social.

Tomando la trágica muerte de Machado en 1939, en pleno exilio durante la Guerra Civil Española, Serrat reactualizó maravillosamente su legado sumando el propio en esos versos donde canta: «cuando el jilguero no puede cantar/ cuando el poeta es un peregrino/ cuando de nada nos sirve rezar/ caminante no hay camino/ se hace camino al andar’.

Ese disco, además, subraya la importancia de las canciones de autor como culminación de las aspiraciones de los escritores de los años 50 y 70 buscando otorgar a la poesía un lugar privilegiado en la vida cotidiana; y presenta a la canción como un producto cultural que va más allá de lo artístico.

En 1972 llegó el noveno álbum de estudio de Serrat, un nuevo capítulo en el rescate de las letras españolas, de la mano de la obra de Miguel Hernández (1910-1942).El álbum tomó como título el nombre del poeta que era ícono de la Generación del 36, aquella que consiguió hacer un retrato literario muy conciso de la situación política, social y emocional de la España maltratada por la Guerra Civil y los primeros años de dictadura franquista.

Con canciones como «Para la libertad» -basada en una parte del poema «El herido» de Hernández-, «Nanas de la cebolla» y «Andaluces de Jaén» Serrat logró evadir la censura del franquismo de su propia época y llevar la poesía comprometida de Hernández a un público masivo. Si bien él mismo debió autoexiliarse a México unos años con motivo del franquismo, muchas de sus canciones prohibidas.

Los temas que escribió para el álbum “Miguel Hernández” fueron entregadas a la compañía distribuidora Zafiro el 20 de mayo de 1972. Todas superaron la censura menos «El niño yuntero», denegada en 1971. Ese poema retrata con crudeza la hambruna y las condiciones laborales de los niños españoles durante la Guerra Civil, mostrando sus estragos entre los más desprotegidos.

El álbum grabado en los estudios Audiofilm de Madrid fue lanzado en la cúspide de la popularidad de Serrat, quien le entregó personalmente uno de esos discos a Josefina Manresa, viuda del poeta muerto a los 31 años en una cárcel de Alicante, junto a un tocadiscos para que pudiera escucharlo.

La capacidad de Serrat para dar vida a la poesía conectando audiencias musicales con la riqueza literaria de Machado y Hernández ha dejando un legado que perdura en lectores y oyentes más allá de la multiplicidad de reconocimientos recibidos a lo largo de su extensa carrera, como la Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio.

Nacido en Barcelona el 27 de diciembre de 1943, Serrat creció en Pueblo Seco en una familia obrera. Su carrera musical comenzó en 1965 cuando se presentó en público por primera vez y en los 60 fue uno de los pioneros de la Nova Cançó que surgió en defensa de la lengua catalana durante la dictadura franquista.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

3 + 5 =

Noticias relacionadas

Follow by Email
Twitter
YouTube
Instagram
WhatsApp