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El indigesto regreso de Paul Starc, el menemista que supo operar a las órdenes del narcoempresario Alfredo Yabrán
Por Christian Sanz (*)
El hasta ahora presidente de la Unidad de Información Financiera (UIF), Ignacio Yacobucci, fue eyectado este jueves de su cargo por el ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona.
Era cantado que ello ocurriría, tras una serie de escándalos protagonizados por el ahora ex funcionario, que incluyen dispendiosos viajes al exterior y gastos ad hoc.
Lo sorprendente es que en su lugar asumirá Paul Starc, actualmente titular de la Fiscalía Federal en lo Criminal y Correccional de 3 de Febrero. Se trata de un abogado que gravita en cargos del Estado desde hace más de 35 años.
Seriamente cuestionado por su ineficacia en el caso de la desaparición de la familia Pomar y ex Nº2 de Carlos Stornelli en la provincia de Buenos Aires, Starc despuntó en los años 90 como secretario del ex juez federal en lo Penal Económico Carlos Liporaci, condenado por corrupción. Más aún: a fines de esa década, Starc fue salpicado en unas de las denuncias que él rechazó.
A su vez, pocos saben que es hijo del brigadier Luis Starc, testaferro de Alfredo Yabrán en los años 90. Para quien no lo recuerde, este último fue un empresario postal vinculado con el mundo del narcotráfico e implicado en la muerte del reportero gráfico José Luis Cabezas en 1997.
“El brigadier Starc, junto con otro Starc, tío de Paul, fundaron OCA con Yabrán y fueron socios 17 años. En EEUU tienen una enorme carpeta como lavadores de dinero en el FINCEN (Financial Crime Enforcement Network)“, según revelé en mi libro “La larga sombra de Yabrán” (Ed. Sudamericana, 1998).
Paul Starc supo hacer todo tipo de supercherías desde menemismo contra los enemigos del yabranismo: “Inventaban causas, hacían operativos de prensa abusando de su condición de fiscales que ‘hacían una investigación; también hacían escuchas telefónicas con otros fines totalmente divorciados de la justicia“, reveló a este periodista un ex ayudante de fiscal de San Martín que supo trabajar con el ahora titular de la UIF.
No es el único que tiene malos recuerdos de Starc: el otrora legislador nacional Eduardo Varela Cid rememora cómo a mediados de los 90 el Senado avanzó sobre una ley que le daba a la empresa de correo pergeñada para Yabrán “servicios monetarios secretos”.
“Me pareció una locura que en un país que no hay secreto bancario haya una empresa privada de correo que pueda dar servicios monetarios secretos”, dijo entonces Varela Cid a quien escribe estas líneas.
De más está decir que para un personaje como Yabrán, que luego de su muerte se comprobó que estaba vinculado al tráfico de estupefacientes, el referido beneficio sería la frutilla del postre para avanzar en el negocio narco. Pero ello jamás se concretó, por suerte.
Ni siquiera a pesar de la presión de Paul Starc, uno de los más férreos defensores de la movida a favor de Yabrán.
(*) Periodista de investigación, director del portal Tribuna de Periodistas