Municipios

Fumigaciones y ollas populares en Pilar: ¿Quién controla?

La inopinada aparición del coronavirus y la consecuente cuarentena, hizo que aparecieran también toda clase de curros disfrazados de acciones sanitarias y solidarias, encarados por personajes menores que ambicionan un lugar en la política o, sencillamente, llevar a sus flaquísimos bolsillos algunos pesitos que les permitan disfrutar de alguna holgura económica.

El caso es que el accionar de estos personajes, puede derivar en no pocas complicaciones para los demás, indefensos y crédulos espectadores que depositan su confianza en quienes no la merecen, atemorizados por el contagio o acuciados por el hambre que campea por estos días en los sectores más vulnerables.

Vamos primero con la legión de fumigadores que ganó las calles del distrito y desparrama el contenido de sus tanques alegre e irresponsablemente sin el mínimo cuidado. De hecho, una mujer de Derqui se convirtió en víctima de uno de estos equipos, que sin avisarle, la rociaron de pies a cabeza provocándole un intenso ardor en los ojos, además de dolor de cabeza por respirar esa llovizna, sin contar una campera y unos jeans completamente arruinados.

Puntualmente, en el caso de la segunda ciudad del distrito, se sabe que hay dos empresas habilitadas para llevar adelante esta tarea, pero del resto, nadie tiene la menor idea. Incluso pudo saberse que uno de estos grupos fumigó una perfumería en la que se detectó un positivo de covid-19, y después de hacerlo entregaron a los dueños del local un papel sin membrete, ni sellos, ni firmas. Es decir, nadie que garantice el trabajo y nadie a quien reclamarle si algo se hizo mal.

Quizás a alguno de estos fumigadores le sobre buena voluntad, pero no alcanza. No están claramente identificados (con el amplio overol, máscara y barbijo resulta todavía más difícil hacerlo), y tampoco se sabe qué productos utilizan para la tarea. Casi con seguridad, ellos también lo ignoran, con lo que arriesgan la salud ajena… y la propia.

Para no hablar de la posibilidad de que bajo el ropaje de inocente fumigador se esconda un delincuente que puede hacerle pasar un rato más que penoso a quien les franquea el ingreso a su propiedad sin un aval previo de autoridad competente. Al respecto, y a modo ilustrativo, se asegura que entre los integrantes de esos equipos hay exonerados de la Bonaerense y de los Bomberos por inconductas varias.

Las ollas populares, por su parte, plantean otros tantos interrogantes. Proliferaron por el distrito en un intento de paliar la necesidad de comida de miles de almas, y conviven sin problemas con las ya establecidas. Es decir, con aquellas que comandadas por vecinos conocidos y verdaderamente solidarios, hace rato vienen desarrollando esta noble tarea.

Pero entre las «nuevas», cómo puede saberse si la comida que sirven cumple con las condiciones bromatológicas mínimas? Y cómo saber si las donaciones que reciben por parte de supermercados y almacenes se destinan efectivamente a los más necesitados o si se escamotea una parte para hacer punterismo político?

El punto es que se ha llegado a creer que cualquiera puede organizar una olla popular, sin tener en cuenta ningún parámetro, apreciación que puede extenderse al mismo municipio. Baste recordar aquí cuando la comuna, encabezada por el propio intendente, salió a llevarle comida a los adultos mayores, ración que aunque no recibían todos los días sino cada tanto, ni remotamente se ceñía a una dieta apta para el estómago de un viejo. Abundaban los chorizos colorados, los guisos generosamente sazonados, los locros que después te hacen soñar con el diablo.

Ni siquiera se tomaron el trabajo de pedirle a un/a nutricionista que les diseñara un menú medianamente aceptable para los abuelos, lo que, claramente, no se puede pedir al resto de los proveedores populares.

Lo que sí se puede pedir son controles algo más estrictos sobre todas estas actividades. Para tranquilidad de la gente, y del propio municipio.

 

 

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

16 − 11 =

Noticias relacionadas

Follow by Email
Twitter
YouTube
Instagram
WhatsApp