Columnistas

Negociaciones con el FMI por la deuda pública

Por Héctor Giuliano (*)

El tratamiento prioritario del Proyecto de Ley (PL) sobre despenalización del asesinato del Niño por Nacer, promovido por el gobierno Fernández-Fernández (FF) como Ley del Aborto, está sirviendo en la práctica como distractivo, entre otros temas, del avance de las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y sus condicionalidades, que – como es regla – se desarrollan en secreto y se van instrumentando de hecho.

Mientras la Argentina sufre las consecuencias de la Política de Cuarentena más larga del Mundo, que ha llevado a la Recesión Económica generalizada del país, a niveles récord de Pobreza, Desempleo y Subocupación, caída del Consumo, cierre de decenas de miles de Comercios, rebaja de los Salarios y Jubilaciones reales y nominales, aumento de los Precios y del Tipo de Cambio, altas Tasas de Interés incompatibles con el Crecimiento Económico (contra beneficios extraordinarios del negocio financiero-bancario), parálisis de la Inversión, caída de la Recaudación Fiscal, aumento del Gasto Público (particularmente por pago y/o capitalización de la mayoría de los Intereses de la Deuda) y consecuente aumento del Déficit Fiscal – que el FMI exige se cubra con Nueva Deuda y no con Emisión Monetaria – mientras todo esto ocurre, los principales esfuerzos del gobierno FF sólo están puestos en “ganar tiempo” frente al perfil de vencimientos de los pagos de la Deuda Pública, Externa e Interna, a costa de comprometer y abonar cada vez más Endeudamiento y más Intereses (de la Tesorería y especialmente del Banco Central-BCRA) pero “pateándolos para adelante”, al próximo gobierno electo.

Para comprender la realidad inmediata de lo que está pasando y el contexto en que se dan estos hechos hay que entender por lo menos tres cosas básicas: 1. Que lo que está en juego es la forma y el Plan de Pagos de la Deuda Pública convenido con los Fondos Buitre (FB) y el FMI, 2. Que la Política de Cuarentena es funcional a la de Ajuste Fiscal impuesto para garantizar el pago de la Deuda, y 3. Que los condicionamientos financieros explican los hechos políticos que se están viviendo en la Argentina y tienen entidad propia.

Doble rendición del gobierno FF

Como  resultado directo de su aceptación y convalidación del endeudamiento Macri, la administración FF completó el trabajo en tándem de reconocimiento de las nuevas acreencias del período 2016-2019 – con reperfilamientos en su contra – de los compromisos asumidos con los FB (externos e internos) y del irregular acuerdo Stand-By con el FMI, que sólo sirvió al sostenimiento del gobierno macrista y a financiar la fuga de capitales.

En línea con esta posición, desde Diciembre de 2019 la administración FF negoció en secreto – y con acreedores que también mantuvo en secreto – la rendición financiera y jurídica de Agosto del corriente año, que involucró más de 100.000 Millones de Dólares MD[1]: 66.000 MD de Deuda Externa y 42.000 MD de Deuda Interna.

Hasta la fecha el Ministerio de Economía (MECON) no ha dado a conocer información cuantitativa – clara y concreta – sobre los números resultantes de tales acuerdos y tampoco se tiene aún el Informe de Deuda Pública al 30.9.2020, en el que debieran aparecer las primeras cifras correspondientes al acuerdo con los FB.

Se estima que sólo la capitalización de Intereses de la Deuda con los FB aumentaría el stock de la Deuda en más de 7.000 MD y a ello habría que agregar los reclamos por los intereses del préstamo Stand-By (SBA) del FMI, que sumarían otros 5.000 MD.

El Presupuesto 2021 – aprobado por Ley del Congreso 27.591 con fecha 17.11 – prevé un aumento de la Deuda Pública para el año que viene por el equivalente de 18.500 MD y el pago de Intereses por unos 6.500 MD, que son un tercio de lo que estaba previsto pagar este año pero explicables por la capitalización de la mayor parte de las obligaciones y/o el diferimiento de sus pagos.

La regla de negociación del gobierno FF – tanto con los FB como con el FMI – es una sola: “patear para adelante” los vencimientos a partir del 2024, es decir, pasándoselos a la próxima administración.

Desde esa fecha, los vencimientos pactados con los acreedores privados son rápidamente crecientes y se concentran en el decenio 2025-2035.[2]

Con el FMI se busca un perfil de vencimientos análogo: un Acuerdo de Facilidades Extendidas (EFF) por 7-10 años, con 3 de gracia, para la amortización de los 44.000 MD de Capital  (también con pagos a partir del 2024). Sin que esté claro cómo sería el tratamiento de los Intereses acumulados (los 5.000 MD citados).

Lo que en este momento se está negociando con el FMI – en su doble condición de primer acreedor individual de la Argentina y a la vez auditor garante para el resto de los acreedores – es el plan pluri-anual que contemple los pagos de los servicios de la Deuda del Estado en función de los acuerdos firmados con los FB y del nuevo arreglo que se suscriba con el FMI.

Un compromiso de este tipo implica inexorablemente instrumentar Políticas de Ajuste[3] acordadas a nivel internacional y con la supervisión del Fondo, lo que ha llevado a la actual administración a poner en práctica ese Ajuste aunque sin decirlo.

Tal compromiso de Ajuste se acentúa luego del arreglo con los FB, y precisamente para poder cumplirlo.

Si bien la secuencia lógica hubiera sido primero negociar con el FMI y luego arreglar con los Acreedores Privados (los FB) conforme los fondos disponibles, el Gobierno FF hizo al revés: primero asumió compromisos con los FB y luego encaró negociaciones formales con el Fondo para determinar la forma en que podría cumplirlos, agregándole lógicamente también la deuda con el propio FMI.

  1. CUARENTENA Y DEUDA PÚBLICA

La discutible cuarentena instaurada este año por la administración FF con el argumento de la pandemia de Covid-19 ha llevado a una Recesión Económica generalizada en el país, a una situación Psico-Social extrema, con efectos demoledores no sólo para la Economía en su conjunto, sino también para la Sociedad y para las Finanzas Públicas.[4]

Si bien no existen informaciones oficiales directas, se estima que el aumento del Déficit Fiscal podría llegar este año a los 40.000 MD (caída del PBI del 10-12 %) y que la mayoría de este importe se financiaría con Deuda Nueva.

Las exigencias conjuntas de los FB y el FMI es que la Argentina no cubra este Déficit – el del corriente año y también el del 2021 – con Emisión Monetaria sino fundamentalmente con más Endeudamiento Público.

El objetivo declarado de la Política Financiera del país en materia de Deuda es regresar al Mercado de Capitales para volver a endeudarse; pero como la sobre-Tasa de Interés por Riesgo-País para el nuestro está en más de 1.450 Puntos Bási.cos (PB), esto es, casi 15 puntos porcentuales por encima de las Tasas Internacionales (que hoy han descendido a niveles bajísimos en los Países Desarrollados dado que van entre el 0 y 1 % anual) el gobierno no puede salir todavía a pedir Nueva Deuda en el Exterior..

El Ministro Guzmán ha venido declarando reiteradamente que el objetivo del gobierno es organizar un Mercado Local de Deuda en Pesos, con el propósito de no depender, por ahora, de los Mercados Internacionales – dada las altas Tasas de Interés que en la actualidad se le exigen a la Argentina – de efectuar colocaciones bajo Ley Nacional y de poder aumentar la proporción de la Deuda en Pesos (que hoy llega sólo al 20 % del total).

Pero las cosas son muy diferentes en la práctica porque el propio Guzmán está emitiendo Deuda local en Moneda Extranjera y/o ajustada por Tipo de Cambio, a tasas elevadísimas de interés (con rendimientos de hasta 16 % en Dólares) y a corto o muy mediano plazo.

Mientras esto ocurre en materia de endeudamiento del Tesoro, el BCRA – que es “la otra cara de la moneda” del endeudamiento de la Argentina – sigue aumentando su Deuda Cuasi-Fiscal y pagando cada vez más intereses, superiores a los que paga el Gobierno Central.

Al 30.11.2020 – según datos oficiales del BCRA – los Pasivos Remunerados  por Leliq (que son Letras de Liquidez a 7 días de plazo y pagan una tasa del 38 % anual) y por Pases Pasivos (que son obligaciones a sólo un día de plazo cuya tasa acaba de ser llevada al 36 %) suman en conjunto unos 5.5 Billones de Pesos (≡ 67.500 MD; y entre ambos instrumentos devengan el pago de unos 5.600 M$ de Intereses por Día (≡ 70 MD).

Proyectado a 12 meses, el BCRA pagaría así unos 2.0 B$ de Intereses anuales (≡ 25.000 MD, al tipo de cambio de referencia de 81.30 $/US$), con la particularidad de que la gran mayoría de estos intereses se capitalizan – aumentando el stock de Leliq y Pases como Bola de Nieve – y que una parte mucho menor se paga, aunque para ello se emite dinero sin respaldo, para poder cumplir con tales compromisos.

Es decir, que una gran parte de la Emisión Monetaria de la que tanto se lamentan los Economistas del Establishment se realiza no para financiar Gastos Operativos sino para cubrir los servicios por Intereses de la Deuda.

El gran equívoco reside en decir que el Gobierno se financia con Emisión Monetaria cuando, en realidad, se financia con Deuda cuasi-fiscal que toma el BCRA a costos altísimos, con lo que este saldo crece proporcionalmente con el monto de sus Pasivos Remunerados.

La sangría financiera del BCRA es así más grande, más gravosa y más distorsiva que la del Gobierno Central.

  1. ASPECTOS PROPIAMENTE FINANCIEROS DE LA CRISIS.

Lo hemos dicho muchas veces: el Problema de la Argentina es fundamentalmente Financiero antes que Económico y este problema financiero está determinado directamente por el problema de la Deuda del Estado.

La Usura de los Acreedores sobre el Estado deriva en la Usura del Estado sobre la Economía Nacional a través del aumento de las Tasas de Interés – que son las más altas del Mundo – y del consiguiente encarecimiento del Crédito, con freno de la Economía Física o Real.

Este elevadísimo nivel de las tasas viene a su vez determinado por el manejo extorsivo del arbitraje entre Tipos de Cambio y Tasas de Interés que realizan Bancos y Fondos de Inversión, locales y extranjeros, derivado del Libre Movimiento de Capitales Financieros de tipo Golondrina, que aún permanecen en la Argentina, lucrando con el diferencial de tasas y presionando sobre el Dólar paralelo Contado con Liquidación y el Dólar Bolsa o MEP.

Con lo que se cierra el círculo vicioso de la trampa financiera por arbitraje que condiciona la Política Monetaria, Cambiaria y Bancaria del BCRA.

Frente a esta situación, las exigencias en línea de FMI y FB es básicamente la misma: 1. No emitan Dinero, emitan Deuda, 2. Aumenten las Tasas de Interés Positivas (superiores a la Inflación) para garantizar la rentabilidad de los Bancos y FB que operan a través de los mismos, y 3. Tomen más Deuda del Tesoro para tratar de ir transfiriendo Deudas del BCRA – como una suerte de nuevo Plan Bonex voluntario – con el estímulo de altas tasas casi equivalentes a las que el BCRA subsidia en la práctica la actividad financiera en detrimento de la actividad económica.

De esta manera, en lugar de emitir Moneda Controlada o Dirigida, como fuente propia y legítima de financiamiento, con el falso argumento de que toda Emisión es Inflacionaria el Estado sigue emitiendo más Deuda Pública, pagando más Intereses y agravando así la situación del BCRA y del Tesoro.

EN CONCLUSIÓN:

Mientras el Gobierno FF avanza en sus negociaciones secretas con el FMI, en la práctica lleva a cabo el Plan de Ajuste que el FMI recomienda a través de las modernas variantes de su clásica Receta Recesiva de Ajuste y de Reformas Estructurales para garantizar el pago de la Deuda Pública.

El objetivo de las mismas es configurar el esquema de administración financiero-fiscal que regirá al menos el próximo decenio para que el mecanismo de pagos a la dupla FB-FMI quede garantizado a través de Leyes del Congreso.

Y como requisito de cumplimiento de tales medidas y tales políticas exige que el Gobierno cuente con el aval del llamado “Consenso Político” suficiente de la partidocracia parlamentaria y de las principales organizaciones corporativas – Empresarias y Sindicales – para poder institucionalizar la Deuda como Política de Estado.-

[1] Las abreviaturas MD/M$ y B$ significan Millones de Dólares/Pesos y Billones de $ respectivamente y se expresan siempre con redondeo, por lo que pueden darse mínimas diferencias entre totales y sumatoria de términos.

En la mayoría de los casos, tales importes se muestran en su moneda original y su equivalente en pesos (≡).

[2] Dada la previsible incapacidad de repago de tales nuevas obligaciones que se están suscribiendo, diversas consultoras y analistas – con Moody´s a la cabeza – ya están especulando con la necesidad de una futura neo-reestructuración de Deuda hacia el año 2026.

[3] Por definición, un Ajuste Fiscal supone Políticas de reducción de Gasto Público y/o mayor Presión / Recaudación Tributaria – Impositiva y Previsional – para obtener así una mejora del Resultado Fiscal Primario (el saldo de Ingresos y Gastos sin incluir el pago de Intereses de la Deuda) garantizando de este modo la mayor disponibilidad de fondos para cubrir justamente el pago de esos Intereses.

[4] El esquema de acción que se estaría llevando a cabo – en la Argentina y en el Mundo – comprende tres pasos clave relacionados entre sí: 1. Recesión provocada por Paro de la Economía, 2. Aumento de los Déficits Fiscales como producto del incremento de los Gastos Sanitarios y Sociales por un lado y la caída de la Recaudación Fiscal por otro, y 3. Nueva ola de endeudamiento globalizado para cubrir estos Déficts bajo nuevas modalidades de financiamiento.

(*) Licenciado en Administración y Finanzas y experto en Deuda Pública y Externa

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