
Quizás se sienta sorprendido por lo impactante del título de esta columna, pero por si no se cercioró, los hechos que se están produciendo en Tucumán en relación al “Pase Sanitario”, puesto en marcha a través de un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU), aplicado por el Gobernador José Jaldo, quién reemplaza a Juan Manzur luego de que pidiera licencia para asumir como Jefe de Gabinete del gobierno Central, así lo demuestran.
Tras la rigurosa aplicación del DNU, toda persona que no esté vacunada, no puede concurrir a su trabajo estatal, salir a hacer compras, ir al colegio si son mayores de 3 años y no están vacunados, concurrir a espectáculos, ni se pueden sentar en un bar. Los encargados de hacer cumplir este mandato son los agentes de policía, a quien les toca la desafortunada función de “perseguir a los insurrectos” que defienden sus DERECHOS CONSTITUCIONALES
Como agravante, la Corte Suprema de Justicia Tucumana, accedió a convalidar este Mandato, lo que le da un matiz de legalidad que en realidad no posee, dado que, ningún poder del estado puede colocarse por encima de la Ley de Leyes que nos ampara a todos por igual: La Constitución Argentina.
Aun mas grave es que, recientemente, luego de un globo de prueba emitido por el Sr Nicolas Kreplak, refriéndose a la probable necesidad de implementar este tipo de Pase Coercitivo, surgió una reciente comunicación de parte de Carla Vizzotti, actual Ministra de Salud, confirmando la puesta en marcha del Pase Sanitario a partir de la próxima semana.
Pases Sanitarios: antecedentes y fundamentos
La certificación del estado de salud de una persona es un concepto que surgió ya en el siglo XVIII a raíz de la aparición de epidemias. Una de las más recordadas fue la de la Fiebre Amarilla, donde se lo aplicaba como concepto de “sobreviviente” y por lo tanto apto para tomar un trabajo sin invertir en capacitación si la actividad así lo requería. Alguien que no había sido contagiado aun, podría resultar un costo a pérdida si luego de la capacitación contraía la enfermedad y se moría.
La reciente declaración de Pandemia ha echado mano a este viejo concepto, pero esta vez con la idea de “no permitir que otras personas se enfermen por culpa de los insurrectos no vacunados” y así agravar el estado sanitario de la población. Esta aberración conceptual no soporta el más mínimo análisis crítico.
En primer lugar, sería importante recordar: NINGUNA VACUNA IMPIDE LA DISEMINACIÓN DEL VIRUS NI OFRECE COBERTURA TOTAL CONTRA LA CONTAMINACION Y CONSECUENTE ENFERMEDAD POR COVID.
Esto está explícitamente aclarado en el resultado de los estudios en fase 3 en que se encuentran TODAS LAS VACUNAS.
Solo se han ofrecido resultados, generados por las mismas empresas que producen estos fármacos, que se refieren a la disminución del riego relativo (muy diferente de lo que es el riesgo absoluto) de enfermarse o morir por Covid. Esta GRAN diferencia entre Riesgo Relativo y Riesgo Absoluto es algo que ya he comentado en anteriores columnas, por lo que no me extenderé en repetirlo, pero invito al lector a que indague un poco mas sobre el tema y se sorprenderá de lo truculenta que pueden ser las matemáticas para aquel que no está habituado a interpretarlas. Algo bien conocido para la industria y utilizado toda vez que se intenta “ensalzar” un producto. Paradójicamente, la Food and Drug Administration (FDA), que SIEMPRE HA EXIGIDO ambos tipos de datos antes de aprobar un medicamento, en esta oportunidad los ha soslayado llamativamente.
Ya ha sido repetido hasta el cansancio, en distintos ámbitos científicos (de los pocos que sobreviven a las presiones y la censura), que la INMUNIDAD NATURAL es insuperable frente a estas vacunas experimentales. Esto es algo que tiene su máxima expresión en los niños, siendo una de los motivos por los que son infinitamente menos vulnerables a este virus y por lo tanto NO merecedores de ningún tipo de vacuna experimental.
Por el contrario, la especificidad de las vacunas tan acotada a la proteína espiga (Spike Protein), las hace NO SOLO menos efectivas comparadas contras la inmunidad natural, sino que les confiere un enorme lado flaco: son eludibles por las variantes y por lo tanto en este contexto es ilógico forzar al sistema inmune a repetir respuestas para un “modelo de virus” que ya está “demodé”. Como agravante, la aparición de necesidad de “refuerzos” (cada más), a pesar de lo cual, siguen apareciendo contagios y enfermos, no hace más que ratificar que: la mentada efectividad de estos productos es muy floja de papeles porque, sobre la marcha, descubren que, la promocionada inmunidad, decae a los pocos meses y no evita la aparición de nuevas variantes.
Por el contrario, hay opiniones muy bien fundadas, como las del Dr. Geer Van Der Borsche que abonan la hipótesis de que la “presión inmunológica que genera todo este pandemónium vacunal”, está favoreciendo el “escape viral” a través de las variantes, lo cual nos pondría cada vez mas lejos de la buscada “inmunidad de rebaño”.
Casi se podría llegar a concluir que, los NO vacunados terminarían siendo víctimas de los vacunados. Esta especie de partido de futbol entre Boca y River, para ver quien la tiene bien utilizada la decisión de vacunarse o no, está generando algo, que ha mi criterio, es un objetivo deseado. La confrontación entre bandos, es parte de este juego irracional a través del cual se consuma el control de la gente, utilizando la presión del otro bando apara disminuir la puesta en escena de un tratamiento del tema de corte totalitario.
La persona que se arroga el poder absoluto sin tener el derecho a ello, actúa como un TIRANO.
Y esto es lo que está ocurriendo en nuestro país. Lejos está del centro de la cuestión la salud de la población. Cuando pocos días después de declarar a los cuatro vientos que la situación sanitaria se encontraba amesetada y de hecho, eso derivó en mayores aperturas, aumento de los aforos, etc, el resultado electoral adverso reactivó la virosis al ritmo, una vez más, de los tiempos electorales y políticos.
Quisiera remarcar la indispensable e innegociable necesidad de preservar nuestra sagrada Libertad, sin la cual, se nos haría imposible vivir. La Libertad no necesariamente se pierde de golpe. Uno va concediendo lentamente, de manera imperceptible hasta que un día, tardíamente, empezamos a ver que las cosas ya no son como antes y ya NO HAY MARCHA ATRÁS. En Francia el “Green Pass” comenzó con vacunación completa, dos dosis. Hoy cambia automáticamente a ROJO si no está registrada la 3er dosis. Ese es solo el comienzo. Nadie puede saber cuantos otros MANDATOS habrá ni cuáles serán los costos de acatarlos.
(*) Médico cardiólogo, docente universitario, ex presidente del Distrito Conurbano Norte de la Sociedad Argentina de Cardiología, responsable de Arritmias y Marcapasos del hospital Bernardo A. Houssay (retirado), cardiólogo del Hospital Británico, vecino de Pilar.