Columnistas

Cortinas de humo y “listas sábana”: las sombras en la democracia argentina

Por Agustín Etchebarne (*)

El sistema electoral de listas cerradas, con cálculo por D’Hondt, comúnmente conocido como el de “listas sábana”, es una norma que lleva tiempo enraizada en el sistema político argentino. Pero esto no significa que sea la mejor opción para nuestro sistema de gobierno. Al contrario, este mecanismo es un obstáculo a la implementación del “sistema republicano representativo federal” que preconiza nuestra Constitución Nacional.

A falta de democracia interna en la mayoría de los partidos, la confección de las listas se ve plagada de tensiones exageradas, acuerdos de último momento, traiciones, denuncias y corrupción, como estamos viendo estas últimas semanas. El orden de los candidatos no tiene nada que ver con la intención de los votantes, sino que surge de negociaciones, muchas veces espurias, que dejan al elector frente a la posibilidad de optar por listas que no lo terminan de convencer, o votar en blanco o anular el voto.

El problema radica en el propio sistema. ¿Por qué? Para comenzar, la verdadera esencia de un sistema republicano representativo reside en la capacidad de los ciudadanos de conocer y elegir a quienes los representarán. En el sistema de listas sábana, muchos de los diputados que terminan siendo electos son desconocidos para el electorado, relegados a un lugar oscuro en la boleta, ocultos detrás de los primeros nombres.

Bajo este sistema, la toma de decisiones y la conformación de la lista quedan en manos de un pequeño círculo de personas, quienes colocan a ciertos candidatos en posiciones de privilegio por intereses propios o del partido, alejándonos de la representatividad directa y afectando la pluralidad democrática.

El sistema de “listas sábana” no garantiza la representatividad, porque la población no puede incidir en la nómina de candidatos

Sistemas alternativos

Entonces, ¿existe una solución viable y efectiva a este problema? Sí. Podemos mirar hacia otros países con sistemas electorales que promueven una mayor representatividad. El sistema de circunscripciones uninominales utilizado en los Estados Unidos e Inglaterra, el sistema binominal en Chile, y el voto único transferible (VUT) en Irlanda, Malta y Australia, son ejemplos valiosos.

En el sistema uninominal cada circunscripción elige a un único representante, creando un vínculo directo entre los representantes y su electorado. Este modelo asegura que los electores conozcan a sus candidatos y que estos últimos estén en sintonía con las demandas de su circunscripción. Así, prevalecen los intereses locales cercanos por sobre las ideas ideológicas abstractas.

Una objeción común que se le hace a este sistema es que puede reducir la representación de las minorías ideológicas. El sistema binominal chileno, a pesar de haber sido objeto de algunas críticas, elimina el problema anterior porque permite que cada distrito elija a dos representantes. Esto fomenta la competencia electoral, asegurando una representación más plural y diversa.

Quienes defienden el sistema de listas sábana resaltan que es el que mejor proporcionalidad ofrece. Además, insisten, el problema del desconocimiento de los candidatos no es grave porque “solo afecta a los grandes distritos con listas largas de candidatos”. Esto no es cierto, primero porque los seis distritos más grandes representan al 70% de los votos. Segundo, porque aun en las provincias pequeñas el problema vuelve a presentarse en las legislaturas provinciales y en muchos municipios.

Otros creen que pueden mejorar el sistema de “lista cerrada” permitiendo tachas y enmiendas. Sin embargo, esto no soluciona ninguno de los problemas mencionados más arriba.

Por otro lado, tampoco es cierto que el sistema de lista completa sea el único sistema que asegura una proporcionalidad. El voto único transferible, o VUT, es un sistema que combina la representación proporcional con la posibilidad de que los votantes clasifiquen a los candidatos de acuerdo con un orden de preferencia. Así, se permite un mayor control del votante sobre quién será su representante. Al mismo tiempo es el que mejor refleja el conjunto de preferencias de cada votante.

Sistemas alternativos utilizados en otros países han probado ser más representativos que la lista sábana

 

La urgencia de la reforma electoral

Cada uno de los tres sistemas alternativos propuestos presenta ventajas que podrían ser adoptadas por Argentina. Claro está que, independientemente del sistema elegido, se requerirá un proceso de educación y adaptación. Sin embargo, este es un paso necesario para garantizar una democracia verdaderamente representativa, en consonancia con el espíritu republicano y federal de nuestra Constitución.

Es imperativo que reconsideremos las listas sábana y abramos el debate sobre alternativas que fortalezcan nuestra democracia, empoderando a los ciudadanos en su rol fundamental dentro del sistema político. Si queremos avanzar como nación, no podemos permitirnos seguir durmiendo bajo el confort engañoso de las listas sábana.

Mientras tanto, cabe agregar que apoyamos la adopción de la “boleta única” que evita el sistema de fraude electoral que consiste en el robo de boletas, y asimismo, reducir la corrupción en el financiamiento de los partidos.
(*) Economista especializado en Desarrollo Económico, Marketing Estratégico y Mercados Internacionales. Profesor en la Universidad de Belgrano. Miembro de la Red Liberal de América Latina (RELIAL) y Miembro del Instituto de Ética y Economía Política de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas. Director General de la fundación Libertad y Progreso

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