El cierre de listas reveló, amén de los candidatos, el estado de la vida interna de cada uno de los espacios
políticos que disputarán las elecciones legislativas.
El Frente de Todos está atrincherado frente a la situación de angustia económica, psicológica y social de la
población. Busca retener ese 35% nacional de base y, donde pueda, rendir un poquito más. Pero saben que
estarán más cerca del 2017 (sumando las fuerzas) que de 2019.
Defenderse atacando a los rivales, la idea de ser “todo lo contrario a Macri” y llenar la agenda pública de pequeños temas, son las únicas herramientas que hasta ahora pueden desarrollar hacia “el afuera” de sus fronteras. Hacia
adentro, el secreto es matar toda la vida interna para demostrar cohesión, potencia y hegemonía. El poder está claro, lo tiene Cristina Kirchner y se lo presta a su hijo Máximo, quienes a su vez utilizan a Alberto Fernández como
presidente y como culpable de todo. Apenas van a internas en 6 de las 24 provincias y han “planchado” muchos
municipios. No se discute. Solo se defiende.
Por el lado de Juntos por el Cambio, el momento es diferente. El proceso de “matar al padre” y la ventana de oportunidad hacia el 2023 que abre la crisis del gobierno, genera una gran discusión por los liderazgos locales y nacionales. Los hermanos debaten quién maneja la familia, los segundos quieren ser números uno. Pueden hacerlo bien o mal, pero es muy probable que sea más negocio darle lugar a ese proceso en 2021 que en 2023. Van a internas en 18 de 24 provincias, y los niveles municipales son un hervidero. Pero no hay mucho, hasta ahora, más que “somos la herramienta contra Cristina”.
El orden soviético interno que en algún momento supieron manejar Macri y Marcos Peña ahora está roto. Queda ver lo más importante: cómo le cae esto a la sociedad argentina disgustada con el Frente de Todos.
Ambos espacios van a la misma elección con objetivos y atravesando momentos diferentes. En medio, una sociedad que de movida demuestra altos índices de indecisión producto de que la oferta no logra conectarse con sus problemas primarios.
Mientras tanto el peronismo no kirchnerista intenta hacer fuerza para romper una polarización que se construye inevitablemente. Los liberales en general hacen gala de su individualismo y tienden a cortarse solos. La izquierda, bueno, en la frecuencia de siempre.
Provincia: un paso para atrás para Manes y para el Frente de Todos
En la Provincia de Buenos Aires los principales referentes del Frente de Todos oscilan entre 30% y 35% de imagen positiva, pero no van en la boleta. La candidata, Victoria Tolosa Paz, posee 22.3% de positiva y 46.5% de negativa.
Todavía no la conoce un 22.8% de los bonaerenses. Es decir, que mide menos que los grandes referentes y mide menos también, todavía, que todos los valores genéricos del espacio.
Respecto del Frente de Todos, el 29.4% quiere que ganen la elección, el 32% quiere que pasen a tener más diputados que antes, y el 31.7% quiere que sigan gobernando cuatro años más. En términos de elecciones, el espacio mide 29% sin proyección y 33.1% con proyección de algunos indecisos que dan indicios.
Si tomamos todos estos números, podemos ver que el Frente de Todos tiene un piso entre 29% y 32%. Puede disputar todavía en el casi 10% de indecisos, y aspirar a morder algo a los demás espacios (el peronismo no kirchnerista y la izquierda). Un paso para atrás respecto del 2019.
En la otra esquina del ring, los principales referentes de Juntos por el Cambio oscilan entre 35% y 42% de imagen positiva, pero tampoco van en la boleta. Los candidatos miden menos que eso: Diego Santilli 30.3% de positiva y 33.6% de negativa, con un desconocimiento de 12%. Facundo Manes 23.7% de positiva y 29.1% de negativa, con 21% de desconocimiento. Ahí están parejos.
Estos candidatos pescan, como los demás opositores, dentro del 57.7% que quiere que el Frente de Todos pierda las elecciones, y del 65.6% que quiere que el oficialismo tenga menos diputados que antes.
Pero no se van a llevar todo. En el escenario electoral genérico por espacios miden 32.6%, que asciende a 37.9% proyectando algún nivel de indecisos.
En nuestra medición anterior, cuando aún no se habían confirmado las listas y aún no se había enrolado Manes en declaraciones incendiarias internas, había 4% de distancia a favor de Diego Santilli. Tras el cierre de listas y en medio de los cruces internos, Santilli creció un punto y Manes retrocedió otro tanto, estirando esa distancia a 6%. Arranca dando un paso para atrás el neurólogo.
A la elección general parecen acceder Florencio Randazzo, que circula los cinco puntos, José Luis Espert, que rankea con algún punto más, y seguramente Nicolás del Caño por la izquierda.
Ciudad: Santoro defendiendo porotos y Vidal cómoda
En la Ciudad de Buenos Aires los referentes del Frente de Todos demuestran diez puntos menos de positiva que en la Provincia. (24% / 25%). Pero el candidato Leandro Santoro está muy cerca de ellos (23.1% positiva y 49.5%
negativa). Todavía es desconocido por casi el 16% de los porteños.
Por encima de esos números, el 27.3% quiere que el Frente de Todos gane las elecciones y el 28.2% quiere que crezca en número de diputados. Pero el conflicto aquí es que un porcentaje de esa gente quiere votar opciones de
izquierda. Tiene aquí el FdT un techo posible que tendría que ir a disputar con aquel sector.
En un modo más directo, el 23.6% indica que quiere votar el espacio FdT genéricamente, que, con proyección de algunos indecisos, asciende a 26.2%.
Leandro Santoro, a su vez, se muestra muy cerca de estos números (23.3%) lo cual indica que es un candidato muy potente y muy aceptado para el público de ese espacio. Si estos números se confirman, Santoro y el Frente de Todos se encaminan a una elección por encima del 22% histórico obtenido en las legislativas del 2013 y 2017.
Por el lado de Juntos por el Cambio, sus principales referentes no candidatos muestran imágenes positivas entre 33% (Macri) y 43% (Bullrich). Entre los candidatos de la interna, María Eugenia Vidal lidera con 33.4% de positiva y
41.2% de negativa. Su desconocimiento es nulo. Ricardo López Murphy exhibe 21.7% de positiva y 38.5% de negativa, con casi 13% de la población sin conocerlo. Adolfo Rubinstein posee 27.3% de positiva y 24.2% de negativa, con un desconocimiento de casi 30%.
60.8% de los porteños quieren que el Frente de Todos pierda las elecciones y 68.5% quieren que tengan menos diputados que antes, que son las lagunas básicas donde todos irán a pescar.
Juntos por el Cambio, como marca, arranca la carrera desde 41.5% de intención de votos, que con proyección de indecisos alcanza 44.6%. Tendrán seguramente una elección como las usuales de 45%-50%. El tercer lugar está disputado entre los liberales (7.9%) y las opciones de izquierda (6.4%).
En la interna de Juntos por el Cambio, Vidal está cómoda y alcanza 33.5%. Creció 5% respecto de los números anteriores al cierre de listas. Por debajo se encuentran López Murphy 11.1% y Rubinstein 4.9%. La suma de esta interna alcanza casi 50%.
(*) Licenciado en Comunicación Social, director de la consultora Giacobbe & Asociados