Columnistas

Emisión monetaria y deuda del Banco Central

Por Héctor Giuliano (*)

Los economistas del establishment – y la prensa formadora de la opinión pública que difunde masivamente sus ideas – han instalado desde hace tiempo la creencia de que la financiación del Estado con emisión monetaria es la causa fundamental de la inflación argentina y va con destino a sostener el Gasto Público Primario.

Sin embargo, esta visión apriorística de que en principio toda impresión de billetes es inflacionaria y como tal es tratada despectivamente con la imagen de la “maquinita” (referida sólo a la máquina de imprimir billetes, no a la de imprimir Deuda, que es muchísimo mayor) no se corresponde con la realidad empírica en nuestro país.

Errónea concepción de la inflación

El fenómeno inflacionario – del que se han escrito ríos de tinta y sobre cuyos aspectos teóricos no pretendemos entrar aquí – es un fenómeno multi-causal de la Economía pero desde el punto de vista específicamente financiero se traduce en una disparidad entre los Medios de Pago (la cantidad de moneda) y la Riqueza producida o  Crecimiento Económico de un país.

El Monetarismo tradicional aplica una interpretación reduccionista de la Teoría Cuantitativa de la Moneda[1] según la cual toda emisión monetaria tiene efectos inflacionarios.

Estrictamente hablando, ello no es así porque el efecto inflacionario de la emisión de dinero no lo determina el Origen (la impresión de billetes en sí misma) sino el Destino de dicha emisión (especulación y arbítraje entre tipos de cambio y tasas de interés versus crédito productivo).

Este criterio distorsivo de la realidad prima, sin embargo, entre los organismos y los economistas internacionales y locales ligados al poder de los capitales financieros, que actúan en conflicto de intereses porque están directamente interesados e involucrados en el Sistema de las Deudas Públicas Perpetuas que rigen en la Argentina y el Mundo, cuyo lema práctico es “no emitan Dinero para financiar el Déficit Fiscal sino que emitan Deuda, pagando interés” (soslayando que los servicios de esa deuda – esencialmente, los Intereses – son la principal causa del Gasto del Estado y a la vez causa de Inflación).

Con el agravante de que quienes prestan ese Dinero sin capacidad de repago – los capitales financieros, locales y transnacionales – lo hacen fijando unilateralmente las Tasas de Interés y las condiciones bajo las cuales los países deudores toman dicho endeudamiento.

Los economistas del Establishment – voceros de la Teoría del Endeudamiento Perpetuo – son los que cumplen la función de difundir tales ideas para beneficio de esos fondos especulativos, y lo hacen bajo el estribillo de no emitir moneda sino vivir pidiéndola prestado según el “dogma de la necesidad de Capitales Financieros externos por falta de fondos locales y de la deseada inserción de la Argentina en el Mundo como supuesta panacea del Desarrollo”, ideas-eje ambas que constituyen el pre-requisito del esquema dentro del que opera a nivel planetario la Globalización Financiera.

El caso argentino 

Desde hace 40 años – en la etapa contemporánea del endeudamiento del Estado en que vivimos – la Argentina está metida en un Trampa insoluble de Deuda Pública Perpetua: nuestro país toma sistemáticamente deuda de imposible cumplimiento, renovando hasta el último centavo los vencimientos de capital de los pasivos existentes a medida que se van produciendo, tomando continuamente nuevas deudas y aumentando con ello el stock de los pasivos y sobre todo de las cuotas de servicio por intereses, que son la clave de la ganancia de los prestamistas.

Porque el verdadero objetivo del prestamista usurero – lo hemos dicho mil veces – no es que el Deudor le pague sus deudas sino, por el contrario, que no se las pueda pagar nunca, porque con ello consolida el sistema perpetuo de servidumbre financiera vía Intereses.

Pero este esquema de dominación financiera no puede sostenerse sin la participación y complicidad de los gobiernos de turno que hacen posible este esquema de re-endeudamiento permanente del Estado.

Y dentro de este proceso la Emisión Monetaria juega un rol central.

Dentro de tal sistema, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) es el organismo gubernamental que tiene a su cargo la Política Financiera del Estado – Monetaria, Cambiaria y Bancaria – y su función básica ha devenido en nuestro tiempo la de fijar y regular las condiciones favorables a los acreedores bajo las cuales tanto el Ministerio de Economía (MECON) como el propio BCRA tengan que contraer y/o renovar dicha modalidad de la Deuda Pública como mecanismo perpetuo.

Con el agravante que hoy el BCRA no sólo maneja en forma paralela las condiciones de su propio endeudamiento – endeudamiento denominado “quasi-fiscal”, porque no está en cabeza del Tesoro sino en la suya – sino que a la vez constituye una boca de endeudamiento tanto o más gravosa que la del MECON.

Una operatoria que ha venido creciendo en forma totalmente desproporcionada e inmanejable por parte del BCRA hasta convertirse actualmente en una sangría financiera imparable más gravosa incluso que la del Gobierno Central.

La realidad del Banco Central 

El BCRA tiene en la actualidad (31.10.2021) Reservas Internacionales Brutas por 42.800 MD (≡ 4.3 B$)[2].

Se trata del principal rubro del Activo del Banco ya que la tenencia de títulos públicos en cartera – por 6.3 B$ M$ (≡ 63.200 MD) – más los Adelantos Transitorios del BCRA al Tesoro – por otros 1.4 B$ (13.600 MD) – suman en total 7.7 B$ (≡ 76.800, casi 77.000 MD).

Estos Activos del Banco por Títulos Públicos, sin embargo, no son representativos de la verdadera liquidez y solvencia de la institución porque están contabilizados a Valor Nominal y no a Valor Real o posible de Mercado, y porque las Reservas Netas y Disponibles – según como se las calcule – estarían hoy sólo entre 5.500-4.500 (incluyendo los DEG del FMI) y 1.500 MD, es decir, en un nivel irrelevante o  prácticamente nulo en relación a sus reservas teóricas.

Y ello es producto de un desequilibrio estructural en la posición financiera básica del BCRA porque a la baja e irrealidad del valor de los Activos se une un sobre-endeudamiento extra-ordinario del Banco, fundamentalmente por Pasivos Remunerados de Corto y Cortísimo Plazo.

Al 31.10 pasado el stock de Leliq (Letras de Liquidez a 7-30 días de plazo) es de 4.7 B$ (≡ 46.900, casi 47.000 MD) y el de Pases Pasivos (a 1-7 días, que hoy la mayoría está a 7) es de otros 4.5. B$ (≡ 45.100, prácticamente 51.000 MD), lo que da un total de 9.2 B$ (≡ 92.000 MD), un monto que deviene financieramente inmanejable por su magnitud y por su ritmo exponencial de crecimiento tanto de Capital como de Intereses.

Si a esto le sumamos otros 12.000 MD (11.900 ≡ 1.2 B$) por concepto de Depósitos en Cuentas Corrientes en Otras Monedas (Encajes por Depósitos en Dólares) y Otros Pasivos por 23.000 MD (≡ 2.3 B$, constituidos fundamentalmente por el Swap con China y secundariamente por otro del Banco de Pagos Internacionales o BIS de Basilea), este subtotal de 35.000 MD (34.900 ≡ 3.5 M$) lleva la Deuda Total de Corto y Cortísimo Plazo del BCRA a 12.7 B$ (≡ 127.000 MD, exactamente 126.900).

La sangría de los intereses 

La “Bola de Nieve” de Leliq y Pases Pasivos conlleva efectos financieros demoledores como Pasivos Remunerados del BCRA.

Como las Tasas de Interés Nominales que el BCRA paga a los Bancos Tenedores de Leliq y Pases Pasivos es de 38 % y 36.5 % anual respectivamente, esto significa que ponderando los importes existentes el Banco tendría en la actualidad Intereses a Pagar de unos 3.4 B$ (≡  34.000 MD) por año.

Que en la práctica serían más aún porque las frecuencias de refinanciación (entre 30 y 7 días, según los casos) hacen que las Tasas Efectivas – dada las renovaciones sistemáticas de los vencimientos – lleven a un múltiplo estos importes; siendo que el BCRA se estima paga unos 100.000 M$ (≡ 1.000 MD) de intereses por mes, al contado, y el gran resto (más de 180.000 M$) lo capitaliza por anatocismo.

Tomando así como base las cifras y porcentajes del propio BCRA el promedio diario de Intereses a Pagar por el Banco sumaría algo más de 9.000 M$ (≡ 90 MD) por día: 4.900 por Leliq y 4.300 por Pases Pasivos; de los cuales se estarían pagando en efectivo unos 3.000 M$ diarios y capitalizando los 6.000 M$ restantes.

Estos cálculos son forzosamente estimativos porque el BCRA no suministra información sobre los pagos de intereses durante el año y para saberlo hay que esperar la  edición del Balance General del ejercicio terminado, que normalmente se produce entre Mayo y Junio del año siguiente.

Conclusiones 

El Dinero que emite el BCRA se refleja en dos grandes rubros del Estado resumido de Activos y Pasivos o Balancete semanal del Banco: la Base Monetaria (BM) y los Pasivos Remunerados (por Leliq y PP-Pases Pasivos).

  1. a) La BM es actualmente de 3.0 B$ (≡ 30.200 MD) y ha registrado un aumento acumulado en el corriente año (hasta Octubre de 2021) de 539.000 M$.
  2. b) El stock actual de Leliq y PP suma 9.2 B$ (≡ 92.000 MD): el triple de la BM.
  3. c) En el acumulado del año – 10 meses – el total de Leliq y Pases se ha incrementado en 3.1 B$: 1.7 por Leliq y 1.4 B$ por PP respectivamente. En conjunto, 6 veces el aumento de la BM.

O sea, que el stock de BM y Leliq/PP del BCRA (a+b) es actualmente de 12.2 B$ (≡ 122.300 MD) y que el incremento de la emisión producida en lo que va del año suma unos 3.6 B$: 539.000 M$ de la BM más 3.1 B$ de Leliq y PP (equivalentes a unos 36.000 MD a valor actual).

Esto significa que la gran mayoría de la emisión monetaria durante el corriente ejercicio – el 86 % (3.1/3.6 B$) – fue absorbida o rescatada por el mismo BCRA – vía Leliq/PP – pagando altísimos intereses.

Del monto total emitido hoy existente (12.2 B$), un cuarto quedó formando parte de la BM (3.0 B$) y los otros 3/4 (9.2 B$) están retenidos por el propio Banco como deuda de corto-cortísimo plazo y devengando altas tasas de interés (son el 25 y el 75 % respectivamente).

El aumento de la Emisión Monetaria con destino final al endeudamiento del BCRA (los 3.1 B$) ha sido casi 6 veces (5.75) mayor al aumento de la BM (que fue de 539.000 M$).

Dicho de otro modo: que el BCRA está emitiendo dinero que en definitiva termina aumentando la Deuda Pública cuasi-fiscal del propio Banco (!): un absurdo financiero que constituye en la práctica un mega-subsidio al Sistema especulativo bancario y con ello al sostenimiento del Sistema de Endeudamiento Perpetuo.

Hoy el principal destino de la emisión monetaria del BCRA es doble: el pago de Intereses de la Deuda Pública del Tesoro – por medio del dinero que el BCRA le presta al efecto al Gobierno Nacional – y el pago de Intereses para atender su deuda propia por los intereses de los Pasivos Remunerados de Leliq y PP.

Se trata del mayor subsidio que otorga el Estado – a través del pago de las tasas de interés más altas del Mundo – y que potencia así las ganancias del Sector especulativo Bancario, local e internacional, que opera dentro de la Argentina.

Es allí – al endeudamiento fiscal y cuasi-fiscal del Estado – donde va a parar la gran mayoría de la tan denostada Emisión Monetaria del BCRA y no al Gasto Público Primario.

Mientras tanto, los economistas del establishment y el periodismo a sueldo se encargan de seguir confundiendo a la gente con el viejo cuento liberal de “la maquinita”.

[1] La Teoría Cuantitativa del Dinero parte de la base de que el nivel general de los Precios depende de una ecuación de igualdad en que el valor real de todas las transacciones que se dan en la Economía (P x Q, es decir, Precios por Cantidades de Bienes y Servicios) debe ser igual a la cantidad de Dinero que existe en esa Economía (M) multiplicada por el número de veces que dicho dinero cambia de manos (V, velocidad de circulación).

De allí la conocida ecuación de base – en la formulación de Irving Fisher – según la cual P x Q = M x V.

El problema reside en que la concepción monetarista considera la Velocidad de Circulación constante y por ende que toda inyección de dinero en la Economía tiende a presionar necesariamente sobre los precios.

[2] Las abreviaturas M$/MD y B$ significan Millones de Pesos/Dólares y Billones de $ respectivamente y se registran siempre con redondeo, de modo que pueden darse mínimas diferencias entre totales y sumatoria de términos.

En este caso –  a menos que se indique lo contrario – todas las conversiones monetarias para equivalencias (≡) se toman al tipo de cambio del BCRA, que al 31.10 pasado era de 99.72 $/US$.

(*) Licenciado en Administración y Finanzas y experto en Deuda Pública y Externa

 

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