Columnistas

Nuevas viejas restricciones, incertidumbre… y Alberto

Por Malú Kikuchi (*)

Todo tiempo pasado fue peor

Según el diccionario, “incertidumbre” es, falta de seguridad, de confianza o de certeza sobre algo, especialmente cuando crea inquietud. Curiosamente es la palabra más usada por el gobierno en tiempos de coronavirus.

El gobierno nacional no ha hecho otra cosa que acumular errores en el manejo de sus políticas sanitarias. En el país “del vamos viendo”, ante una pandemia de proporciones, las medidas debían ser precisas, adecuadas y justas.

Acá, en Argentina, no lo han sido. El 1º error: el Presidente dijo, “salud o economía”. Optó por la salud. No era “O”, era “Y”. El resultado fue terrible, la economía destruida, niños sin escuela, 42% de pobreza, desempleo…y sólo hasta ahora, 73.000 muertos por covid-19.

Se sumió al país en una cuareterna que sirvió para aumentar las camas de terapia intensiva, no lo suficiente, sino no estarían tan aterrorizados por el crecimiento de esta 2ª ola, que no previeron. Y se olvidaron de algo importante.

Médicos y enfermeros terapistas no se improvisan; necesitan una educación especial. No se aumentó el número de terapistas de acuerdo a los contagiados. Así el sistema no funciona. A pesar del encierro y la mordaza.

El 2º error fue no negociar desde mayo del año pasado con todos los laboratorios y países que empezaban a desarrollar la vacuna. ¿Qué pasó con Pfizer-Biotec? Probaron la vacuna en Argentina ¿y? Dice Cecilia Nicolini que las conversaciones con ellos están abiertas. Pero ya pasaron 9 meses… y siguen hablando.

Se casaron con Hugo Sigman (gran aportante a la campaña electoral) y apostaron a Astra Zeneca. Pero, “que México, que EEUU, que faltaba la gomita, que el envasado”. Dicen que está llegando. Mientras debieron comprar ideológicamente.

A Rusia y a China, de estado a estado. Es más simple, se les puede pagar con un puerto en el sur (prometido a la Federación Rusa) o con la estación china de algo (Neuquén) con el ejército chino dentro, porque es territorio chino. Aparentemente son buenas vacunas, pero escasas, no alcanzan.

La única manera de vencer al virus es vacunando. Existen por lo menos 9 vacunas, acá no hay. Los países vecinos tienen vacunas. Algo hace mal este gobierno. La solución que encuentra es volver a encerrar a la gente, encarcelada y con mordaza.

El 3º error es no pedir perdón. Equivocarse ante una pandemia desconocida es lógico, pero ser inmorales es imperdonable. Debe pedir perdón por negociar beneficiando a las multilaterales amistades políticas de CFK, sin pensar en el pueblo.

Inmoral es tener vacunatorios VIP, para Zannini, Verbitsky, amantes y chicos de la Cámpora y más. Todo eso existió y no hay que olvidarlo. Mucha gente que debía ser vacunada no lo fue por las vacunas robadas. Algunas de ellas forman parte de los 73.000 muertos.

Además no saben comunicar porque no saben qué decir. Es por eso que todos hablan de incertidumbre. La Argentina está envuelta en incertidumbre. Pero la incertidumbre no es culpa del covid-19, la incertidumbre es culpa del Presidente. Un Alberto F que ha devaluado tanto su palabra que la ha convertido en una onomatopeya.

Daría lo mismo que se expresara con sonidos guturales. Por la mañana dice A, de tarde P y de noche hace Z. Lo que promete hacer no lo hace; lo que jura no hacer, lo hace. La incertidumbre que enloquece a los argentinos, la genera el Presidente Alberto Fernández.

(*) Periodista (publica en varios medios nacionales) y conductora 

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