No creo en la astrología. Soy sagitariano y los de Sagitario somos muy escépticos.
Arthur C. Clarke
Si es cierto que Esopo es su autor, el cuento del pastorcillo mentiroso tiene ya algo así como 2.600 años de antigüedad. Todos los habrán escuchado alguna vez: el pastorcito engañó reiteradas veces al pueblo gritando «¡El lobo. El lobo!» y, cuando venían todos a ayudarlo, por supuesto no había ningún lobo que lo amenazara y él se reía de los crédulos que habían caído en la trampa. Hasta el día en que realmente apareció el lobo, el pastorcito gritó a todo pulmón, no vino nadie a ayudarlo ya que todos se habían cansado de sus mentiras, y el lobo se comió sin más trámite al pastorcito mentiroso. Moraleja: no mientas (o por lo menos no mientas muy seguido, y/o tan mal que todos descubran tu mentira) porque al final ya nadie te va a creer aunque digas la verdad.
Algo de lo implicado en la moraleja le puede estar pasando al Cristikirchnerismo actual. Como hemos podido enterarnos por todos los medios habidos y por haber, estamos pudiendo gozar de un inesperado fin de semana largo porque la vicepresidenta sufrió un atentado; o mejor dicho el intento de un atentado porque de hecho – gracias a Dios – no le pasó nada. Y digo «gracias a Dios» por dos motivos: 1)- nunca me he alegrado por la muerte de nadie; y 2)- no quiero ni pensar en el sangriento caos que se hubiera producido en el caso de un atentado exitoso.
Lo que sabemos al momento de garabatear – teclear en realidad – estas líneas [1] es, poco más o menos, lo siguiente. Un sujeto, cubierto de «tatuajes nazis» trató de matar a Cristina cuando llegaba a su domicilio infiltrándose entre la multitud que la rodeaba. A pesar de la custodia, consiguió llegar a cerca de un metro de la vicepresidenta, empuñó una pistola Bersa, le apuntó a la cabeza, gatilló al menos dos veces… y no salió la bala. Por supuesto fue reducido e inmovilizado inmediatamente por miembros de la multitud, para ser luego detenido por la policía.
El autor del intento de atentado no es del todo desconocido. Se trata de Fernando Andrés Sabag Montiel, un brasileño con radicación en el país, bastante activo en las redes sociales y hasta entrevistado en más de una oportunidad por el canal de Crónica TV. [2] Según lo que sabemos por ahora el tiro no salió porque este idiota, si bien tenía balas en el cargador, se «olvidó» de accionar la corredera y meter manualmente una bala en la recámara para el primer disparo. Por supuesto, podría haber gatillado un millón de veces sin que saliera un solo tiro.
Hay muchísimas preguntas que se me ocurren ante este episodio.
En primer lugar si hiciera yo la pregunta clásica de «¿a quién beneficia?» todos los dedos-índice de las personas con dos dedos de frente de la República apuntarían a Cristina sin dudar un segundo. Hace meses que viene victimizándose con lo del lawfare para tratar de transformar en persecución política una acusación de asociación ilícita y administración fraudulenta agravada [3] por la que la fiscalía ya solicitó una pena de 12 años de prisión. Si antes se consideraba víctima de un Poder Judicial «fascista» ahora ya pasó a la categoría de mártir del oscuro poder en la sombras de la mafia «neonazi». ¡Pobre Cris! Parece ser que todos los nazifascistas vernáculos se han complotado contra ella.
Y lo peor de todo es que también parece ser que quienes deberían protegerla de semejante complot magnicida, o no saben, o no pueden, o no quieren hacerlo.
Porque el desempeño de las custodias fue de terror.
Cualquiera que haya querido destinar un par de horas para estudiar cómo se monta un perímetro de seguridad en casos similares a éste habrá encontrado docenas de Manuales de Procedimientos para ilustrar su ignorancia. Básicamente (muy básicamente), todo perímetro de seguridad dispuesto para proteger a una persona importante, consta de tres círculos concéntricos. El primer círculo, el más lejano a la persona custodiada, está para contener a la masa de espectadores y curiosos a fin de evitar que se acerquen a menos de una distancia prudencial. El segundo círculo está formado por personas con la consigna de actuar inmediatamente para neutralizar, como sea y lo más rápidamente posible a la persona o personas que ataquen o pongan en peligro al custodiado. Y el tercer círculo, que está en contacto inmediato con el custodiado, está formado por gente que tiene la misión de protegerlo físicamente, con sus propios cuerpos si es necesario.
Pues bien y por de pronto, en el caso de Cristina, estos círculos – que, como dije, son de Manual – simplemente no existieron. La custodia de la vicepresidenta se pareció más a un tropel de patovicas que a un sistema de seguridad montado por profesionales. Entre la policía de la ciudad y la policía federal, los buchones de la AFI y la patota de la Cámpora no existió (porque no existe) ninguna coordinación seria.
El círculo perimetral no existió. Todo el mundo – custodios, público, periodistas, fotógrafos, militantes y cuanto bicho andaba suelto por ahí – estaba literalmente encima de Cristina. Luego de la aparición del arma y las dos gatilladas fallidas, los que desarman a Sabag Montiel y lo inmovilizan son, según lo que sabemos hasta ahora, los de la Cámpora. ¿El círculo de seguridad intermedio? Bien gracias. Por último, el supuesto círculo inmediato que se tendría que haber tirado sobre Cristina para protegerla físicamente no hizo absolutamente nada. Ni siquiera despejó un espacio para que pudiese alejarse debidamente custodiada. Después de los tiros fallidos Cristina se agacha, recoge un libro que se le había caído, se arregla el pelo y sale caminando tranquilamente con una custodia que la sigue como si la estuvieran acompañando en un paseo por el parque.
Y así y todo, la pobre Cris, perseguida por los fascistas del lawfare y amenazada por los matones nazis de la ODESSA argentina, salió del evento sin un rasguño, el Alberto le organizó un fin de semana largo y al momento de cerrar esta nota están todos festejando en la histórica Plaza de Mayo.
Pues bien, ¿qué quieren que les diga? No quiero ser maldito pero ¿un nazi asesino que se olvida de meter una bala en recámara antes de disparar para cometer un mega-atentado, a un metro y pico de su víctima, completamente rodeado de militantes, custodios, policías, buchones, periodistas, fotógrafos y hasta curiosos?
O bien el tipo es un imbécil atómico (existen, es cierto) o bien esto huele a puesta en escena a la legua.
Pero no me hagan caso. Soy un malpensado incurable. Sigo al día de la fecha sin conseguir tragarme el Informe Warren. Podría aceptar al menos la mayor parte de la historia del atentado a Abraham Lincoln, pero las explicaciones para los casos de James A. Garfield y William McKinley tienen huecos inexplicables por todos lados. Aunque claro, los yanquis están tan acostumbrados a manejar armas desde la era de los cowboys que, cuando aprietan el gatillo en un magnicidio, las balas salen y generalmente hasta le dan al blanco.
Sea como fuere – malpensado o no – en este caso, con una Bersa que no dispara porque un imbécil tatuado de nazi se olvida de tirar de la corredera, con funcionarios que no funcionan – como dice Cristina – lo cual incluye a custodios que no custodian; con unos medios que montan inmediatamente un megaoperativo de prensa magnificando el evento, con un presidente que no menos inmediatamente declara feriado nacional y con una masiva concentración de gente en la Plaza de Mayo convocada casi literalmente entre gallos y medianoche….
Esta vez creo que tengo algunos motivos para ser, digamos, un poco escéptico.
Y no creo que esté solo con mis dudas.
[1] )- Viernes 2 de septiembre 2022 – 18:30 hs
[2] )- https://www.clarin.com/politica/ataque-cristina-kirchner-aparicion-agresor-cristina-kirchner-movil-tv_0_ZkrKupzKA2.html
[3] )- Más otros nueve casos, son 10 casos en los que está procesada. Cf. https://chequeado.com/el-explicador/cfk-esta-procesada-en-10-casos-cuales-son-las-causas-en-su-contra/
(*) Politólogo, consultor nacional e internacional, analista de riesgos, escritor e investigador