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En Pilar, cuando el agua sube, es que el Estado se retiró

Después de un temporal que podría calificarse de histórico para estas latitudes, la única conclusión posible, para Pilar en especial y la provincia en general, es que no hay gestión alguna que articule acciones rápidas y concretas para enfrentar las exigencias climáticas.
Porque cuando el agua sube como lo hizo estos últimos días (más de 180 mm de lluvia cuando el promedio histórico para todo mayo es de 61mm), lo que queda claro es que hace años -muchos- no hay previsiones ni obras que alivien la situación que deben padecer los sufridos vecinos, cansados de ser siempre los que pierden frente a un descontrol de la naturaleza.
En Pilar, el municipio (como siempre) se limita a avisar que «ahí hay agua» con cintas, conos naranjas y agentes de tránsito, a asistir a algunos y a destacar vía redes esa asistencia.
Pero no se piensa en una planificación a largo plazo que tienda a impedir que estas situaciones se repitan temporal tras temporal. Ni siquiera se limpian las zanjas, que posibilitan al menos un precario drenaje. Sobre todo en estos tiempos, que la ciencia meteorológica anticipa con un apreciable margen de tiempo lo que depara un clima que, además, decenas de expertos de todo el mundo alertan sobre mudanzas para peor casi inminentes. Salvo que, como Milei, no crean en esto del cambio climático, excusa perfecta, junto con el «no hay plata», para no encarar las necesarias obras hidráulicas que aliviarían largamente estas contingencias.
Y mientras los gestionadores de la política se dedican a mirar de afuera el sufrimiento vecinal, la prensa, que pagan religiosamente, omite las imágenes más ásperas y conmovedoras, y apenas si refleja el tema con estadísticas y, por supuesto, con lo que hizo el intendente con los inundados.
Aquí ofrecemos a nuestros lectores, algunos videos y fotografías que permiten apreciar el impacto del temporal sobre el distrito: