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Estudio: Argentina pierde calidad democrática

La Universidad sueca de Gotemburgo ubicó al país en el grupo de naciones con «autocratización en curso». Perdimos calidad en participación, derechos y debate público.

Un reciente informe de la Universidad de Gotemburgo advierte que Argentina se encuentra en un proceso de “autocratización”, es decir, un retroceso en su calidad democrática. Sin embargo, la pregunta más relevante quizás no sea en que medida esto está ocurriendo, sino si a los ciudadanos les “mueve la aguja” que esto ocurra.

Existe una vieja historia que ilustra este fenómeno. Si se arroja una rana a una olla de agua hirviendo, inmediatamente saltará para salvarse. Pero si se la coloca en agua fría y se calienta gradualmente, la rana no percibirá el peligro hasta que sea demasiado tarde. ¿Es eso lo que ocurre en las sociedades (particularmente en la nuestra) cuando sus instituciones se debilitan lentamente?

Según el informe Argentina retrocedió, en el último año, en cinco de los principales índices de calidad democrática desde la asunción de Javier Milei.

No menciona nombres de gobernantes ni partidos, pero sí registra una tendencia preocupante. Lo llamativo es que, a pesar de estos indicadores, la población parece estar más preocupada por la inflación, el dólar, la inseguridad o la desocupación que por la erosión de las libertades.

Los números que advierten el declive

El informe, titulado “Democracia 2025 – 25 años de Autocratización – ¿Democracia Trumpeada?“, sitúa a Argentina en el grupo de las democracias electorales, un escalón por debajo de las democracias liberales (como Australia, Bélgica o los países nórdicos) y un paso antes de convertirse en una autocracia electoral, donde el voto existe, pero sin garantías de transparencia ni pluralismo.

Entre los datos duros del estudio:

  • En el índice de democracia electoral, que mide elecciones libres y justas, libertad de expresión y diversidad de información, Argentina cayó de 0,84 a 0,71, es decir, un retroceso del 15,5% en un año.
  • En el índice liberal, que protege los derechos individuales, se pasó de 0,80 a 0,76, una caída del 5%.
  • En el índice igualitario, que mide la participación política, el retroceso fue del 5,2%.
  • En el índice participativo, la caída fue del 4,8%.
  • En el índice deliberativo, que analiza la calidad del debate público y la polarización, el descenso fue del 22,9%.

El informe de la Universidad sueca de Gotemburgo se suma a otros estudios que señalan un deterioro global de las democracias.

En 2021, 25 países mostraban signos de autocratización; en 2023, fueron 42, y en 2024, la lista asciende a 45 naciones. Argentina se encuentra en una posición intermedia, detrás de Hungría, Grecia y Perú, pero por delante de India, Mongolia y Senegal.

El politólogo Lucas Romero, director de la consultora Sinopsis, señaló que el estudio es “serio y multidimensional”, ya que no solo mide procesos electorales, sino también el funcionamiento institucional y la participación ciudadana. Sin embargo, esa misma ciudadanía que es objeto de análisis, ¿se detiene a evaluar estos indicadores?

Históricamente, las sociedades mostraron una peligrosa flexibilidad cuando los retrocesos democráticos vienen acompañados de mejoras económicas.

Mientras haya estabilidad, crecimiento o al menos la promesa de un futuro mejor, la erosión de las instituciones puede pasar desapercibida o, peor aún, ser tolerada.

La pregunta es si, como la rana en el agua tibia, nuestro país y sus habitantes podrán reconocer el peligro a tiempo o si, cuando finalmente quiera reaccionar, ya será demasiado tarde.

 

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