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Santana y los 50 años del primer gran concierto rockero internacional en Argentina

Con el recuerdo aún fresco en el público rockero local de su consagratoria actuación en el Festival de Woodstock, gracias a la permanencia en cartel en la trasnoche de los cines porteños del documental que registró el famoso encuentro musical de 1969 en una granja cercana a Nueva York; en octubre de 1973 llegó a la Argentina el guitarrista Carlos Santana, para ofrecer una serie de conciertos que se convertirían en los primeros que una gran figura internacional del género brindaría en nuestras tierras.

Los recitales que el artista mexicano-estadounidense protagonizó el 14 de octubre en el céntrico Teatro Metro, el 15 en el Luna Park y el 16 en el Viejo Gasómetro, la antigua cancha de San Lorenzo, resultaron un oasis en el panorama local, que hasta entonces no había sido testigo de ningún show internacional rockero de primera línea, y que debería esperar hasta la década siguiente para volver a vivir un acontecimiento de esa magnitud.

Aunque hacia finales de los `80 y, fundamentalmente, en la primera mitad de los `90, Argentina se consolidó como una plaza importante para la industria musical y comenzó a ser testigo del paso de los nombres más rutilantes de la escena mundial por distintos escenarios locales, hacia 1973 resultaba casi impensable que algún artista de renombre paseara su talento por nuestro país.

En ese contexto, el guitarrista, que hizo su irrupción en las grandes ligas cuando conmovió Woodstock con su novedosa mezcla de un electrizante rock con irresistibles ritmos latinos, trajo al país toda su parafernalia y regaló memorables momentos que, aunque de manera aislada, abrieron el fuego de grandes visitas que hasta el día de hoy se mantiene.

Aunque los amantes del jazz tenían la posibilidad de ver en nuestro país a grandes figuras del género, como el caso de Duke Ellington, Ella Fitzgerald y Louis Armstrong, entre tantos; no sucedía lo mismo con el público rockero, que hasta entonces solo había podido disfrutar de un ya obsoleto Bill Halley y de algunos grupos menores, que formaban parte de la grilla de bailes de carnaval de distintos clubes deportivos.

Aunque hacia 1973 Santana ya había reformulado a su grupo, luego de varias disputas internas, en el numeroso combo que lo acompañó a la Argentina aún estaban el baterista Michael Shrieve y el percusionista José «Chepito» Areas. La formación la completaban el percusionista Armando Peraza, el bajista Doug Rauch, los tecladistas Tom Coster y Richard Kermode, y el vocalista Leon Thomas.

Tras el paso de Santana, Argentina volvió a ser una plaza ignorada por los músicos de rock internacionales y a lo largo de esa década apenas recibió algunas visitas de nula repercusión en los grandes medios y en el público masivo, como la de Joe Cocker en 1977 -otra luminaria de Woodstock, aunque en medio de un momento errático de su carrera-, y la de Billy Preston en 1979, quien actuó en el Luna Park, Córdoba y Rosario. En la primera mitad de los `80, hubo señales de cambio con las presencias de The Police en 1980, Queen en 1981, Yes en 1984 y, finalmente, a partir de 1987, con el show de Sting en River, se puso en marcha una maquinaria imparable que aún persiste con fuerza.

Santana volvió a actuar en la Argentina 20 años después de aquel hito, el 29 de mayo de 1993 en Vélez, y repitió en 2006 con un concierto en el Campo Argentino de Polo.

 

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