En mayo, las ventas minoristas de las pymes volvieron a bajar en comparación el año pasado y también con abril. Mensaje para el gobierno nacional.
A pesar del discurso libertario, la economía sigue mostrando señales de crisis. El informe sobre ventas minoristas de las pymes elaborado por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) es el ejemplo más reciente. Competencia feroz y bolsillos flacos se combinan para poner en jaque al sector.
De acuerdo al relevamiento, en mayo, las ventas minoristas pymes cayeron en un 2,9% con respecto al mismo mes del año pasado (medido a precios constantes). En la comparación mensual desestacionalizada también se observó un descenso con respecto a abril (del 0,7%). El único dato positivo es que el acumulado del año todavía muestra una mejora con respecto al 2024 (del 11%).
Más allá de los números, la cámara empresaria que consulta a más de 1200 comercios de todo el país para hacer este relevamiento, expuso las razones detrás de la caída. “La actividad comercial experimentó una leve retracción, en un contexto caracterizado por una menor disponibilidad de recursos, ajustes de precios y mayores exigencias operativas“, expresaron.
Los comercios parecerían tener dos frentes de batalla abiertos. Uno tiene que ver con la capacidad de compra de los consumidores. “En mayo se percibió un ritmo de consumo más cauteloso y concentrado en lo esencial“, aseguraron antes de reclamar “medidas que impulsen la demanda”.
El segundo frente de batalla tiene que ver con la competencia. En su reporte mensual, la CAME advirtió que “la competencia informal o externa” fue uno de los factores que explican la caída. “A pesar de los esfuerzos por adaptarse con ventas online, promociones o financiamiento, predomina la incertidumbre y muchos comercios recurren a liquidaciones anticipadas o reducen inversiones”, señalaron.
Las ventas minoristas, sector por sector
Frente a esta situación general, el sector comercial en su conjunto “espera señales de mayor previsibilidad y medidas que impulsen la demanda”. Sin embargo, vale aclarar que la crisis no le pega a todos por igual y de los 7 rubros medidos hubo dos que registraron crecimientos.
Alimentos y bebidas
El sector enfrenta un contexto con fluctuaciones en las ventas y una demanda marcada por la cautela. Aunque algunos comercios mantienen clientelas fieles, la evolución de los ingresos familiares y el aumento de precios en productos clave, como carnes y verduras, han llevado a una reducción en el volumen de compra y a un giro hacia opciones más accesibles.
Bazar, decoración, textiles de hogar y muebles
El sector atraviesa un momento de marcada desaceleración, con niveles de venta moderados y una rotación de productos más lenta. Los comerciantes señalan que la falta de crédito accesible, la caída del poder adquisitivo y un consumo más prudente han llevado a postergar las compras no esenciales. Algunos incluso mencionan que la actividad se encuentra entre las más bajas de los últimos años.
Calzado y marroquinería
El sector atraviesa un escenario de contracción, con una significativa baja en las ventas y una rentabilidad que se ha visto erosionada. Comerciantes señalan que los gastos fijos, las promociones exigentes y el encarecimiento de costos dificultan sostener la actividad. Si bien algunos logran cierto dinamismo a través de
ventas online o eventos como el Hot Sale, el balance de la temporada ha sido más bien discreto. Las expectativas se centran en el Día del Padre como oportunidad para impulsar el consumo, aunque persiste un clima de incertidumbre.
Farmacia
El rubro muestra una relativa estabilidad en las ventas, aunque persiste la incertidumbre, especialmente por los atrasos y dificultades con las obras sociales. Algunos comercios reportan una leve mejora interanual y tranquilidad en los precios debido a un dólar más estable. Predominan las compras selectivas, muchas con tarjeta de crédito y buscando marcas más económicas.
Perfumería
El sector atraviesa una situación con bajo movimiento, especialmente en zonas céntricas. De todos modos, hay expectativas de un repunte en junio por el Día del Padre, aunque los feriados del mes podrían afectar el flujo comercial. La estabilidad del dólar trajo algo de previsibilidad a los precios, lo que permite a algunos comercios mantener o mejorar su competitividad frente a los supermercados.
Ferretería, materiales eléctricos y de la construcción
El rubro mantiene una situación muy compleja, con ventas en niveles bajos respecto a años anteriores. Muchos comercios apenas logran sostenerse, con márgenes mínimos y alta carga impositiva. La falta de poder adquisitivo y de crédito, sumado al aumento de costos fijos y la competencia informal, agrava la situación.
Textil e indumentaria
El sector atraviesa una temporada con un nivel de ventas por debajo de lo esperado para esta época del año. La pérdida de poder adquisitivo, la competencia con el comercio chileno —favorecido por precios más bajos y fronteras abiertas—, y la presencia de canales informales, generan un contexto complejo. Aun con promociones, muchos comerciantes señalan dificultades para sostener márgenes de rentabilidad.