Economía

Informe: el IPC de julio último fue el más alto en veinte años

El IPC-LyP del mes de julio, arrojó un avance del 8,0% mensual, registrando la mayor suba mensual desde abril de
2002. Los rubros que más aportaron a la suba del mes fueron: “Alimentos y Bebidas no alcohólicas” (12,7%),
“Mantenimiento del hogar” (21,2%) y “Educación” (21,5%). El primero con una incidencia de 3,0p.p., mientras que
el segundo contribuyó con 0,8p.p. y el tercero aportó una suba de 0,7p.p.

De esta manera, en los primeros 7 meses del 2022, la inflación acumulada alcanza 47%. Esta es la inflación
acumulada más grande para los primeros siete meses del año desde 1991. Cabe recordar que en ese año se
inició el camino a una cuarta hiperinflación que se detuvo con el lanzamiento de la “Convertibilidad”, en abril, y
que, en cada uno de los dos años anteriores tuvimos una hiperinflación. Dentro de la última década, los años
que le siguen con mayor inflación en los primeros siete meses son el 2021, con una inflación acumulada del
29,1%, y el 2019, con 25,1% de inflación.

La tasa de inflación interanual fue del 72%, 8 puntos por encima de la variación interanual de junio.

De esta forma, la inflación acumulada durante los primeros 31 meses de la presidencia de Alberto
Fernández es de 202,2%.

Eugenio Marí, economista jefe de la fundación Libertad y Progreso dice que “la caída en la demanda de dinero que ocurrió en julio aceleró la suba de precios», pero que «no  hay que perder de vista que en realidad la causa fundamental son los desequilibrios fiscales-monetarios que viene sosteniendo el gobierno. De manera sencilla, financiar cada vez más déficit fiscal con emisión monetaria no es gratuito y tiene límites”.

A su turno Lautaro Moschet, economista de la fundación, señaló que “la salida de Guzmán desancló las expectativas sobre el rumbo económico que tomaría el gobierno, y la consecuencia directa fue la escapatoria de la tenencia de pesos, dirigiéndose al consumo o a la compra de dólares. A partir de allí, la corrida cambiaria que se vio a lo largo del mes”.

Por otra parte sostuvo que “la inflación de julio estuvo marcada por fuertes aumentos en el precio de los alimentos, aún por encima de marzo cuando se dispararon los valores de los commodities, así como también en el rubro de mantenimiento del hogar. Aquí se encuentran bienes como electrodomésticos que están muy ligados a la importación y su precio se correlaciona con el tipo de cambio”.

El director de la Fundación, Aldo Abram, por su parte, recalcó “Que en los últimos meses la gente se empezó a bajar su demanda de pesos, harta de que le quiten todos los meses 5% o 6% del valor de sus ahorros y atesoramiento con impuesto inflacionario para financiar al gobierno, a lo que se sumó la crisis de incertidumbre».

«Por lo tanto, es lógico que la moneda local haya potenciado la caída de su poder adquisitivo que ya estaba generando el Banco Central dándole duro a la ´maquinita´”, agregó antes de considerar que “la tranquilidad actual por el recambio ministerial es una buena señal y una oportunidad para empezar a bajar la inflación; pero eso exige disminuir urgentemente el ritmo de emisión de pesos y el exceso de gasto público o fracasarán igual que sus predecesores».

«De todas formas -cerró-, para que el resultado no sea una merma temporal de la variación de los precios y pronto estemos con una nueva corrida cambiaria, habría que recuperar la baja credibilidad de este gobierno con un programa de reformas estructurales que permita salir rápido del cepo”.

 

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