Economía
Massa analiza aplicar tarifa plena en gas y luz a partir de un tope de consumo
La medida simplifica la segmentación de Guzmán que está trabada por la dificultad de aplicación.
Sergio Massa tiene bajo análisis un drástico cambio de política tarifaria para sacar del pantano la segmentación que diseño Martín Guzmán que a dos meses de anunciarse sigue sin implementarse. La definición es clara: poner un tope de consumo y por encima de eso aplicar tarifa plena.
La medida, que se aplicaría al consumo de electricidad y gas, ofrece además la ventaja de dar una fuerte señal fiscal que estaba esperando el mercado y tal vez ayude a moderar el consumo de energía, que está lastrado las reservas del Banco Central a un ritmo superior a los 100 millones de dólares diarios.
Claro que implica un impacto social acaso superior al diseñado por Guzmán y que había sido resistido por el kirchnerismo, que controla el área de Energía. De ahí que la gran duda es si la decisión pasará el filtro de Cristina Kirchner.
Desde la Secretaría de Energía, esperan la oficialización de Sergio Massa como ministro de Economía para reformular la propuesta. Con este nuevo diseño, se abandonó la fórmula por geolocalización e ingresos, para pasar a un tope de consumo promedio.
«No tenemos aún los detalles exactos, pero se va a dar en torno al nivel promedio consumo de un usuario medio», afirmaron desde Economía y destacaron que «lo importante es que con esto el impacto fiscal va a ser lo suficientemente significante para mostrar ante los ojos del FMI»
Respecto a la electricidad, La idea que circula es que pasen a pagar tarifa plena todos aquellos usuarios que superen un consumo medio de 300 Kv.
El anterior esquema de segmentación tarifaria para recortar la cuenta de subsidios nunca pudo pasar el filtro de la realidad, a la hora de avanzar en su implementación.
El caos que exhibió el gobierno no es casual, Guzmán sacó de apuro la segmentación para poder cumplir con el aumento tarifario que había acordado con el FMI y que ya venía retrasado. Ante la resistencia a aumentar las tarifas de los funcionarios kirchneristas encabezados por el subsecretario de Energía Eléctrica, Federico Basualdo, el ministro de Economía los corrió de la discusión tarifaria e impuso a López Osornio que terminó diseñando la segmentación con el asesor presidencial Juan Manuel Olmos.
De hecho, uno de los motivos que esgrimió Guzmán para renunciar fue que no podía avanzar con esa política -acordada con el FMI- por la resistencia de los funcionarios del kirchnerismo, aunque en rigor el propio esquema nunca estuvo claro.
Con un agravante: «El impacto fiscal era irrisorio, apenas 15000 millones de pesos, con un costo social desproporcionado», reveló una fuente de Energía.
Otra de las complicaciones se dio al momento de procesar los datos de usuarios registrados en el formulario online para reclamar por la continuidad de los beneficios. «Colapsó el software de la Secretaria de Energía y hubo que pedir auxilio a la Casa de la Moneda», contó la fuente consultada.