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Escobar: el «Néstor Kirchner», el preferido de Sujarchuk, en el ojo del huracán

Fue inaugurado en septiembre de 2020 -en plena pandemia- con toda pompa y circunstancia. Todos acudieron al acto, hambrientos todos de mostrar algo de gestión y de celebrar otro edificio público bautizado con el nombre del líder tan venerado.
Desde el ex presidente Alberto Fernández al gobernador Axel Kicillof, pasando por Luana Volnovich, Sergio Massa, Gabriel Katopodis, Máximo Kirchner, Malena Galmarini, Ginés González García, Juan Pablo Cafiero, Daniel Gollán, hasta intendentes bonaerenses, legisladores, concejales de todos los bloques políticos, funcionarios nacionales, provinciales y municipales del área de salud, todos participaron de esta inauguración que mostró a un Ariel Sujarchuk exultante, convencido por un minuto que el acto era una suerte de piedra fundacional para sus aspiraciones extraescobarenses.
Ese día de septiembre concluyó para la hasta entonces clínica privada un largo historial de desmanejos e irregularidades por parte de sus propietarios y directores que incluso llegaron a la justicia para dar explicaciones. Fue tanto el desmadre, que Ariel Sujarchuk -siempre con el ojo puesto en un futuro de gobernación- decidió ofertárselo al PAMI donde reinaba Luana Volnovich. Ella, claro, rápidamente resolvió que la obra social se haría cargo de un hospital que, según precisó en la apertura, garantizaría «beneficios a 28 mil adultos mayores» (o votantes).
Ahora, el Hospital Municipal «Néstor Kirchner» (la ex clínica San Carlos) en Maquinista Savio, justo en el límite entre Escobar y Pilar, se debate, a juzgar por las denuncias, en un marasmo de desolación, abandono y malos tratos, en especial para con los afiliados de PAMI, a quienes se suponía habría de dedicarse preferentemente el centro de salud.
Y son las redes sociales el principal sostén de las patéticas y crudas historias que cuentan, en especial, los familiares o parientes de los ancianos que deben dar con sus dolencias a una cama en el «Néstor Kirchner».
Acá nos haremos eco de solo algunas, porque son demasiadas, y cada una más conmovedora que la anterior. Jésica, por ejemplo y a través de facebook, cuenta además que «ya no sabemos dónde más quejarnos» , que en el hospital «maltratan abuelos». A su mamá, refiere, «se le salió la vía y la bañaron con agua fría, y después, delante de mi hermana, le sacaron de mala manera la máscara de oxígeno». Al día siguiente -sigue- mi mamá tenía sed y le compré una agua mineral que a la tarde seguía cerrada, por ende, nunca le dieron agua».
«Mi mamá me hablaba, decía que le dolía la espalda, que tenía hambre y no le daban de comer. Tenía un saturador en el dedo que se le salió, y el enfermero se lo volvió a colocar siempre de mala manera. Me pidió gelatina, y apenas pude darle algo porque me sacaron de la sala. En la entrada, las de prevención no nos dejaban entrar, y cuando era horario de visita nos echaban», agrega antes de advertir que «mi hija estuvo esperando para ver a su abuela, y escuchó cómo le gritaban a un viejito».
Para Jésica en el «Néstor Kirchner» no tienen compasión. «Dejamos a nuestros padres en sus manos (su supone profesionales) y nos vamos tranquilos a casa, pero qué tranquilidad podemos tener si en nuestras narices no se miden con lo que les hacen a los abuelos, que se quedan solos y sin amparo». «Son indefensos como niños, y ellos se aprovechan de eso».
Pauli, a su turno, considera que «solamente las personas que tuvimos familiares ahí sabemos lo que pasamos; mí papá y mí mamá lamentablemente no salieron más, nadie te escucha, nadie te ayuda», y Patri, sostiene que «siempre fue igual, a mi hermano lo tenían atado, desnudo y el maltrato era evidente.. Hace mucho tuve a mi madre y era lo mismo, a nadie en ese lugar le importa mantener a los abuelos en condiciones».
El último testimonio, de Natu, cuenta que «una amiga sacó a su abuela de ahí, y firmó un papel como que se hacía cargo si le pasaba algo. La sacó porque veía que no le daban de comer y la tenían como dopada todo el tiempo ya que según ellos había tenido un ACV, pero nada que ver».
«Con los abuelos, no», repetía el kirchnerismo cuando a Macri se le ocurrió modificar la fórmula jubilatoria en aquella sesión del Congreso que significó el lanzamiento de unas 14 toneladas de piedra como protesta, pero al parecer en el Escobar de Sujarchuk la premisa de sus compañeros de ruta no tiene incidencia alguna, de acuerdo a lo que se desprende de estos posteos que, reiteramos sólo son unos pocos de los tantos que pueden verse en las redes.
Ahora bien, y siempre de acuerdo a los vecinos de ese distrito, no sólo el «Néstor Kirchner», la nave insignia de la salud para Ariel Sujarchuk, tiene problemas. Las quejas y denuncias se extienden por todo Escobar y alcanza a casi todos los centros de salud, refiriendo falta de médicos, de insumos básicos, de precariedad en infraestructura edilicia, y malos tratos por parte del personal que allí se desempeña.
Habrá que ver si logra revertir esta penosa situación en una de las áreas más sensibles de la gestión, atendiendo, sobre todo, a sus pretensiones bonaerenses.