Municipios

Opinión: “Un Presupuesto poco transparente a la medida de un año de despilfarro electoral”

Por Andrés Antonietti (*)

En el presupuesto recientemente aprobado hay varias incógnitas que el oficialismo no parece tener voluntad en despejar. El ejercicio 2021 arrojo un déficit de 3.5 MM (mil millones), producto de la mala administración durante el bienio de pandemia. Con áreas sin actividad y ventanillas cerradas era suficiente con una adecuada reasignación de partidas para mantener el equilibrio financiero.

Tanto el presupuesto 2022 hasta la próxima rendición de cuentas, como el que entra en vigencia a partir del 1º de enero próximo, no salvan con los superávits enunciados (2.6% y 2.2% respectivamente) el descalabro de -16% en los gastos devengados sobre los ingresos percibidos. No compensan el resultado negativo. Esto permite inferir -con los datos disponibles- un saldo de deuda flotante abultado y muy por encima de lo informado para este año y el próximo donde, por el contrario, plantean equilibrio fiscal.

 Este es otro rasgo de mala gestión, ahora comercial, con proveedores sin incentivos para contratar con la comuna o que compensan el riesgo de cotizar obras y servicios con altísimos costos financieros, en detrimento de las cuentas públicas. Entiéndase, de los tributos que pagan vecinos, comerciantes y empresas.

Otra incógnita es porque el oficialismo no confía en las premisas presupuestarias de gobiernos con su mismo color político. Los recursos de libre disponibilidad reflejan un salto de 111% y las transferencias otro salto de 143%, cuando el dato estimado por la PBA en la Macro Fiscal es de 73% y la inflación según el Presupuesto Nacional es de 60%. Esto sin contar que, con un ejercicio básico de razonabilidad, los ingresos presupuestados para 2023 están subestimados en un 8%.

A partir de esta lectura, podemos adelantar que las modificaciones en la ordenanza tarifaria van a representar un aumento significativo de la presión fiscal, que el impuesto inflacionario hará su parte y que ya están contabilizando recursos apalabrados para hacer política en un año electoral. ¡Otro plan platita!

Lo que no es una incógnita es el abordaje del oficialismo respecto al capital humano. Los salarios son el componente más atrasado del Presupuesto 2023. Mientras los gastos operativos aumentan un 7% y la inversión se sostiene en los 27 puntos, el costo salarial retrocede del 43% al 35% sobre el total del gasto. Incluso en áreas con innumerables reclamos por la falta de soluciones como Salud y Seguridad, retroceden 4% y 3%, respectivamente. Dichas áreas, junto con Desarrollo Social y Servicios Públicos, explican 7 de cada 10 pesos del gasto. Esto luce bien. Pero lo que no se explica es porque otras áreas se desdoblan generando más cargos jerárquicos. Por mencionar algunas, la Secretaria de Innovación y Gobierno Digital ahora abierta en Innovación y Atención Ciudadana y Gobierno Digital, o la Secretaria de Gobierno y Desarrollo Comunitario ahora como Integración y Desarrollo Comunitario y Gobierno.

Tampoco se explica porque otras áreas concentran el costo en salarios sin un correlato de gastos operativos para funcionar, superando en algunos casos el 300% de aumento en el primer concepto, como por ejemplo Desarrollo Social, Infraestructura, Integración y Desarrollo Comunitario, Gobierno o Mujeres, Genero y Diversidad. El caso de Diversidad es elocuente; no tiene partidas presupuestarias para funcionar.

En sentido contrario a armar un presupuesto y estimar los recursos con el propósito de pertrecharse para una contienda electoral que el camporismo encara como una cuestión de vida o muerte, hay otros aspectos del proyecto aprobado que no dejan dudas. No les importa el desarrollo individual y colectivo de los pilarenses. No coincide con la concepción patrimonialista y autocrática con que entienden la administración pública. Así se explica que áreas concebidas para dinamizar la actividad económica se desfinanciaron como Obras para el Desarrollo Industrial que paso de 500 millones a cero pesos; o que no presentan incrementos para el próximo ejercicio, lo que con un cuadro inflacionario de 3 dígitos es lo mismo que asignar la mitad de los recursos, como es el caso de Desarrollo Económico.

En síntesis, lo que se aprobó la semana pasada, son ordenanzas de un oficialismo que se mira solo su ombligo y entiende la gestión pública como una fuente de recursos que cree inagotable. Para hacer política para la política y su propia tropa. Este es un Presupuesto poco transparente a la medida de un año de despilfarro electoral, financiado por una mayor presión tributaria que vamos a pagar todos los vecinos de Pilar.

 

(*) Licenciado en Publicidad de UCES con estudios de posgrado en IAE, UDESA y UNSAM. Secretario de Ingresos Públicos en la Municipalidad de Vicente López. Referente de la línea que lidera Jorge Macri para la zona Norte. Vecino de Pilar y precandidato a intendente.

 

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