San Isidro: del mejor al peor de los intendentes

Un relevamiento de la consultora CB coloca al intendente de San Isidro, Ramón Lanús, en el último lugar en materia de imagen en la lista de jefes comunales del conurbano. Hasta no hace mucho, el ex Gustavo Posse, encabezaba las preferencias vecinales.

En la encuesta, el sanisidrense se queda, además, con un dudoso privilegio: es la primera vez que la posición más desfavorecida se reserva para un intendente no peronista.

Pero cómo es que en tan poco tiempo, en cuestión de meses, San Isidro pasó de una gestión que contaba con el beneplácito de sus habitantes y generaba envidia a otros municipios, a otra que suma múltiples cuestionamientos en las distintas áreas, desde la seguridad hasta la salud, pasando por el aumento desmedido de tasas y la limpieza de sus calles.

Lanús asumió en diciembre pasado y puso fin a 40 años de possismo prometiendo un «cambio real» y que «voy a trabajar incansablemente para poner todas las oportunidades de San Isidro al servicio de los vecinos», pero hasta ahora lo único que hizo fue ganarse la desilusión hasta de sus propios votantes.

Varios episodios justifican ese rechazo, comenzando con una marcha que se concretó en los primeros días de junio cuando los vecinos de La Cava se movilizaron por las calles de la zona para solicitarle a Lanús mayor seguridad.

La marcha se realizó en recordatorio a Vilma Romero, asesinada el 30 de mayo al quedar en medio de un enfrentamiento de bandas narcos delictivas que ocupan el distrito. Los vecinos instaron a Lanús a organizar un mapa de la delincuencia con una cuadrícula posible de cumplir y que se asesore con el gobierno de la provincia para tener mejores resultados.

Romero recibió una bala en la cabeza y falleció en el acto en las inmediaciones de las calles Riobamba y Clark, en el sector conocido como Cava Chica, del barrio de la localidad de Béccar.

En ese marco, la iglesia también reclamó por seguridad, cuestión que ya había convocado anteriormente a marchas solicitando a la sociedad que bregue por la paz y al jefe comunal que mejore la situación del barrio La Cava que está tomado por la violencia que llega de mano del narcotráfico.

El caso es que el 29 de mayo, un día antes del asesinato de Romero, Lanús recibió a la ministra de Seguridad de la nación Patricia Bullrich en La Cava. Ahí señaló que se reunieron “para hablar del trabajo coordinado que venimos haciendo entre las Fuerzas Federales, provinciales, la justicia y la municipalidad de San Isidro para garantizar la seguridad de los vecinos”.

Al día siguiente de la visita de Bullrich, los vecinos fueron testigos de una nueva disputa de bandas que terminaron con la vida de una vecina ajena a todo ese flagelo.

“Vamos a reforzar el despliegue de más de 100 efectivos de Gendarmería”, prometió también el intendente PRO-libertario y hasta el momento nada de eso se observa en las calles de la municipalidad.

Lo que perciben los sanisidrenses es que en seis meses hubo un retroceso exponencial. Así lo aseguran algunos oficialistas y también el arco opositor. El delito se extiende por los barrios, tanto que por primera vez en los últimos 10 años se produjo un asesinato durante un robo en una casa en San Isidro.

Por otro lado, también apuntan a la escasa respuesta en la limpieza del distrito y al incremento desmedido de las tasas municipales. Al respecto, desde la agrupación Acción Vecinal advirtieron que “estamos delante del mayor aumento de tasas de toda la historia de San Isidro que en el presente año llega casi al 200% y es ilegal”, al tiempo que se mostraron convencidos de que  “lo hecho por el Poder Ejecutivo municipal configura una grave falta que perjudica directamente a todos los contribuyentes: no solo el aumento de un 25% de tasas municipales que se hizo de manera ilegal, sino también el haberse cobrado de manera retroactiva infringiendo el principio de irretroactividad de la ley”.

Por último, y en otra de las grandes demandas la población de San Isidro, la salud, los vecinos aseguran que «hay una pésimo desempeño en esta materia, donde los hospitales y salas de primeros auxilios que pertenecen a la municipalidad no dan respuesta óptimas».