Municipios

Sesión con oposición dividida: unos con el intendente, otra con portazo cansada de «vagancia»

La décimo tercera sesión ordinaria del Concejo Deliberante de Pilar mostró profundas fisuras en el bloque opositor: Neuspiller se solidarizó con el intendente y Cáceres abandonó el recinto molesta con el trabajo del cuerpo.

El temario del encuentro no ofrecía ninguna arista de interés, como todos los que hasta aquí viene abordando el Concejo Deliberante local, salvo por el primer punto, relacionado con la prórroga de elevación del Presupuesto de Gastos 2023 hasta el 30 de noviembre próximo, pedido, obviamente, por el Ejecutivo que conduce Federico de Achával.

Por supuesto, el paso por el Concejo de este expediente no era más que un mero trámite, ya que las manos para aprobarlo sobraban sólo con la tropa propia, pero fue Sebastián Neuspiller, presidente de una de las bancadas opositoras, el encargado de desconcertar a todos con un discurso que quizás quiso ser irónico pero que terminó interpretándose como de solidaridad con la posición de De Achával, atendiendo a los vínculos entre ambos: «Desde nuestro interbloque sabemos lo difícil que debe ser para el intendente generar un presupuesto con una inflación de tres dígitos, como también lo es para todos los pilarenses llegar a fin de mes, así que vamos a acompañar este proyecto»,

Curiosamente, y teniendo en cuenta el rol de contralor, el fundamental, que se asigna a cada concejal, el «Dandy» exteriorizó su acompañamiento a esta prórroga sin cuestionamiento alguno ni amagar, siquiera, con preguntar por los gastos en que incurrió el municipio en los últimos días, como la contratación de artistas para las Patronales (extraoficialmente y a juzgar por los cachets que cobran los más cotizados que subieron al escenario, el monto superó largamente los 500 millones de pesos), o la falta de profesionales de la salud, motivada esencialmente en los magros salarios que abona el municipio. O cuánto se pagó por la remodelación de la plaza 12 de Octubre, o dónde fue a parar lo recaudado por lo que se denominó «tasa Covid», sólo por citar algunos interrogantes sin respuesta por parte de la administración De Achával.

Pero por lo visto, ni Neuspiller ni varios de sus colegas en el Concejo sienten la misma curiosidad de los ciudadanos de a pie, lo que tal vez explique el divorcio, la distancia, existente entre la clase política y la gente común, y confluya en la misma percepción en cuanto a que esta oposición no lo es tanto.

El portazo de Cáceres

También desde la oposición, y fundada en lo que consideró «un circo», la concejal Adriana Cáceres no dudó y abandonó su banca y el recinto después de enrostrar a la presidencia el escuálido temario previsto para la oportunidad.

“Los vecinos me votaron para que trabajara y buscara soluciones a los problemas, pero este papelito me da vergüenza ajena”, disparó la concejal al tiempo de mostrarse convencida de que “acá se ve vagancia, no hay ni un solo proyecto serio, es todo circo”.

“Sigan con el boludeo, mientras la gente en la calle la está pasando muy mal», acusó Cáceres antes de asegurar que «la gente tiene hambre», y advertir que «yo no voy a ser cómplice de esta situación”.

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