Municipios
Una sesión (unos tres millones de pesos) para tratar dos expedientes exclusivos del oficialismo
Este jueves por la mañana volvió a reunirse el Concejo Deliberante de Pilar, y como lo hace cada quince días y le cuesta al contribuyente unos 20 millones anuales, no resulta descabellado calcular que cada sesión se cotice en algo así como tres millones de pesos. Y sólo para aprobar expedientes que sólo le importan al gobernante Frente de Todos.
En este caso, aunque el orden del día incluía una media docena (todos del oficialismo) y terminaron aprobando sólo dos, seguir con los cálculos implica razonar que por cada proyecto los pilarenses terminan pagando un millón y medio.
Asimismo, la decisión de tratar -y aprobar- únicamente iniciativas provenientes del Frente de Todos, terminó en escándalo, ya que la oposición, cansada del ninguneo, resolvió abandonar sus bancas en medio de encendidas protestas y reclamos. Claro que esto poco le importó al oficialismo que dio el visto bueno al cambio de nombre del teatro Lope de Vega (desde ahora bautizado Angel Alonso), y a la declaración de interés municipal al libro de Jorge «El topo» Devoto «Néstor, el hombre que lo cambió todo», quizás con el objetivo de imponerlo en el futuro como de lectura obligatoria en las escuelas del distrito.
Cabe aclarar que el resto del temario a tratarse tampoco ofrecía demasiado interés: la homologación de un convenio de colaboración con la Secretaría de Articulación de Política Social del Ministerio de Desarrollo nacional, el beneplácito del cuerpo por el programa Ahora 12, y el apoyo a la continuación de los programas IFE y ATP.
Es decir, cuestiones en las que la opinión del Concejo pilarense importa poco y, por supuesto, en nada le cambian la vida a los habitantes del distrito, que, en el más absoluto silencio, contribuyen con sus impuestos a sostener este orden de cosas.