Desarrollo Social avanza con la compra de 12 mil toneladas de polenta

En el marco de la campaña electoral, la ministra de Desarrollo Social de la Nación, Victoria Tolosa Paz, solicitó la adquisición de 12 millones de kilos de polenta por una suma estimada de 1.723.296.000 pesos.

La ministra de Desarrollo Social de la Nación, Victoria Tolosa Paz, elevó un llamado a licitación para adquirir «harina de maíz», más conocida como polenta, para destinar a los beneficiarios de programas sociales. Cabe destacar que, en el último mes la cartera que conduce la exdiputada nacional ha realizado múltiples compras con la finalidad de conformar las canastas navideñas y atender las demandas de organizaciones sociales que aún siguen al alza.

En primer lugar, hace dos semanas, la ministra pidió comprar 2 millones de paquetes de «maníes con chocolate» por una suma estimada de 275.220.000 pesos, pero que podría ascender hasta los 596.700.000, según los cuadros comparativos de ofertas que ya fueron confirmadas. Una semana después volvería a avanzar con otra importante compra: 4 millones de pan dulce con y sin frutas. En este pedido hay un mínimo presupuestado de 275.220.000 pesos y un máximo de $596.700.000 pesos.

Ahora, en la última semana del mes de agosto, Tolosa Paz acudió nuevamente a la dirección de Compras y Contrataciones con la petición de 12 millones de paquetes -de 1 kilo cada uno- de polenta. Debido a la cantidad solicitada, el pedido se entregará divido en tres.

La primer y segunda entrega será de 3.6 millones y la última de 4.8 millones. La primera ya tiene tres ofertas confirmadas de las empresas: Molinos y Establecimientos Harineros Bruning SA; Alimentos Fransro SRL y Federico Ezequiel Villafañe. Aunque ninguno de estos tres llegó a cubrir por su cuenta la cantidad de la primera entrega, por lo que deberá confirmarse más de un oferente.

En ese sentido, la primera entrega tendrá un costo estimado de 1.723.296.000. Es decir, más de 1.000 millones de pesos serán utilizados para comprar polenta, el producto que los trabajadores que atienden los comedores comunitarios aseguran estar hartos de recibir.