Política
Adriana Cáceres: las relaciones peligrosas de la concejal
Las recientes revelaciones sobre el entramado de sociedades offshore relacionadas con el diputado nacional Cristian Ritondo y su esposa, ambos ya denunciados penalmente por enriquecimiento ilícito, coloca en una más que desairada posición a la concejal local Adriana Cáceres, su principal referente en el distrito.
Todavía resonaba en el Congreso el escándalo del senador nacional entrerriano atrapado con una fortuna en un puente paraguayo, cuando detonó otro ¿carpetazo? pero en Diputados. Esta vez, el estrépito fue causado por la aparición a la luz pública de la existencia de sociedades offshore y la adquisición de bienes no declarados en el extranjero por parte de uno de los preferidos de Mauricio Macri (aunque ahora lo frizzó), y guía y mentor de la concejal Adriana Cáceres: el siempre ubicuo «Pucho» Ritondo.
De acuerdo a la información, el legislador y su esposa, Romina Aldana Diago, funcionaria del Consejo de la Magistratura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, poseen varias sociedades offshore registradas en paraísos fiscales como las Islas Vírgenes Británicas y Florida para la adquisición de propiedades en Estados Unidos. Según la investigación, Diago figura como beneficiaria final de diversas sociedades que, entre 2013 y 2015, adquirieron al menos cinco propiedades en Miami, sumando un valor total de 2,6 millones de dólares.
Una de las principales estructuras mencionadas en la denuncia es Sunstar Point Ltd., creada en 2014 en las Islas Vírgenes Británicas, con el objetivo de adquirir un inmueble en Florida. Según los documentos, esta sociedad estaba vinculada a un fideicomiso denominado Warwick Trust, cuyo administradora era Diago, y en caso de su incapacidad o muerte, Ritondo figuraba como administrador sustituto, con sus hijos como beneficiarios.
Extrovertido y de fuerte carácter, el legislador siempre está cuando se lo necesita; lo mismo te hace un lobby por los tabacaleros reacios a pagar impuestos (de ahí el «Pucho»), te comanda un Ministerio de Seguridad (de ahí las acusaciones de Arroyo Salgado vinculadas al narcotráfico), o, más aún, te conecta la empresa de las fotomultas en la provincia con sus similares en CABA.
Y es precisamente este último movimiento el que explica la incondicionalidad de su concejal para con la ex presidente del Concejo Deliberante de Pilar, Claudia Pombo, que la llevó a realizar maniobras un tanto dudosas. Como, por ejemplo, sugerirle a uno de los denunciantes de las inconductas de la pareja de Jorge D’Onofrio que arregle con la señora Pombo y se olvide de sus diatribas contra la corrupción. «Vos lo que tenés que hacer es hablar con Claudia y Jorge en las oficinas de Ayres, y pedirles disculpas, porque Massa y Ritondo ya arreglaron para copar los Concejos Deliberantes y vos y yo, que somos jóvenes, tenemos que ser parte de esa renovación, acuerdo que te va a cambiar la vida», le dijo a Matías Yofe, el hoy presidente de la CC Pilar cuando éste comenzó a difundir la condena judicial a dos años y medio de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos contra Pombo por aquel desmanejo en el Registro de la Propiedad Automotor en San Miguel. La negativa de Yofe a la invitación recibida, provocó la ira de Cáceres: «Sos un boludo, no entendés nada de política. Dejá de jugar».
Y aunque pretendía y pretende mostrarse como una «distinta», Cáceres ya adquirió todos los vicios de la vieja política, como pagar sueldos con planes sociales, en especial a su familia, tal como el que aún se encuentra activo y cuya beneficiaria es una de las primas más queridas por la concejal.
Por estos días, Cáceres se encuentra en la desesperada búsqueda de renovar su banca el año entrante, lo que hace que multiplique su aparición, en especial, en las redes sociales, donde no hace mucho no trepidó en postear un llamativo video en el que se pronunciaba contra la corrupción, con la foto de la misma Pombo como emblema de las malas prácticas de la política.
De esta manera, con un oportunismo a prueba de balas, la concejal se subió al tren del andén de enfrente, después de haber puesto el pecho, sumisa, por la ex presidente del Concejo.
Hay que decir que, de todos modos, aunque se esfuerce hasta lo indecible, sus maniobras y manipulaciones ya llegaron a quienes decidirán, lapicera en mano, los nombres de sus respectivas listas, y según los bien informados, en ninguna aparece Cáceres. Al menos en los primeros lugares. Ni en lo que queda del PRO, ni entre los libertarios, posibilidad que la concejal barajaba a partir de su notorio acercamiento a algunos dirigentes de ese espacio.