Cáceres y un error garrafal

La abogada Albana Zóppolo salió al cruce de Adriana Cáceres tras un posteo en el que la concejal del PRO (?) se mostraba entre indignada y conmovida por la corrupción y llamaba a terminar con «esa etapa nefasta» en la Argentina.

Los dichos de Cáceres en el video acompañado por una leyenda que decía «la corrupción es robo, es pobreza y muerte», y que «esta nueva etapa viene a reconstruir la esperanza», provocaron la inmediata reacción de la candidata a concejal por la Coalición Cívica, Albana Zóppolo (foto), quien después de calificar de «muy lindos los discursos anticorrupción», y hasta compartirlos, no vaciló en descargar artillería pesada contra la concejal.

«De nada sirve (el discurso) si votaste a Claudia Pombo más de una vez para la presidencia del HCD, y jamás denunciaste. Puro bla blá», indicó la abogada antes de agregar: «De paso, ya que hablamos de corrupción, qué opinás de D’Onofrio? Y de los innumerables inmuebles por los que está siendo investigado Ritondo? O eso no es corrupción también?».

Cabe apuntar que Zóppolo no estuvo sola en su carga contra Cáceres, ya que otros internautas coincidieron en las críticas a la concejal, como el usuario Felipe Montes de Oca, que sin demasiadas vueltas calificó a «Adri» como «una experta en corrupción» y le preguntó: «Porqué votaste a Claudia Pombo a pesar de estar condenada? Porqué nos ofreciste plata a cambio de pedirle perdón? Le preguntás a tu jefe Ritondo de dónde sacó su mujer la plata de las sociedades off shore?», mientras Cris Villalba se preguntó «qué dice?? Habla de Once y no habla de la corrupción en Pilar??».

La desesperación por renovar su banca, su escaso nivel intelectual y su carencia de temas para dialogar con la población, hicieron que Cáceres termine hablando de lo que menos puede: la corrupción, a la que jamás mencionó en obvia connivencia con el kirchnerista De Achával.

Además de las acusaciones vertidas por Zóppolo y el resto de sus compañeros de redes, hay que recordar que la misma concejal pagaba sueldos a sus familiares y allegados, incluso a su propia hermana, con planes sociales. Pero no sólo ella está entrampada en esto de hablar en forma tardía de la corrupción después de haber convivido con ella; el resto de sus pares también vienen siendo severamente cuestionados no sólo por la sociedad local sino por los argentinos en general, por su silencio al conocerse de las inconductas del tándem D’Onofrio-Pombo que ya le han generado al erario público una pérdida de más de diez millones de dólares, por un lado, y otros 160 millones de la misma moneda que tendremos que pagar a modo de resarcimiento por la expropiación ilegal del predio donde se emplazó el Vacunatorio Central.

Lo de Cáceres no es más que la consecuencia de convivir con la corruptela en el Estado y a poco de una elección, con un indisimulado cinismo, mentirle al electorado. Quizás, por lo que se dice en los corrillos políticos, por sus burdos procedes, en esta oportunidad tenga que conformarse con ser el relleno de una lista.