Política

Carrió en Pilar: charla en la Austral primero; política a fondo con Ponce de León después

Este viernes la líder de la Coalición Cívica visitó Pilar con dos objetivos: una charla para los estudiantes de la Universidad Austral, y un mano a mano con el periodista Claudio Ponce de León.

En el auditorio de la Casa de Altos Estudios, Elisa «Lilita» Carrió recordó, ante una asistencia a pleno, su paso por la Convención Constituyente de 1994 que la tuvo como destacada protagonista, al tiempo que no sólo aportó desde lo técnico, sino que también desgranó distintas anécdotas que enriquecieron la charla organizada por el Comité Directivo de Austral 180, que integran Valentina Crucianelli, Lucía Santilli, Guadalupe Guillén, María Belén Dadamo y Juan Arturo Moya, y que tiene como objetivo instar a la participación estudiantil en la política argentina.

Acompañada todo el tiempo por la diputada Marcela Campagnoli y el presidente de la CC local Matías Yofe, «Lilita» se mostró distendida y con ganas de hablar con los estudiantes, que siguieron atentamente cada palabra de la disertante para recibir, de primera mano, la visión de uno de los episodios más importantes de la historia política y constitucional de la Argentina en los últimos años.

 

Con Ponce de León

Posteriormente, con el director y periodista del grupo Global Comunication (que integran Cadena 94.5, Premium e infopilar.com.ar), y en un restó bar de la zona de Panamericana, Carrió se prestó a un diálogo que no dejó tema sin abordar, demostrando, una vez más, que a «Lilita» nada de lo humano le es ajeno.

La charla comenzó por la economía, y tras asegurar que la caída de la actividad alcanza al 30 por ciento y considerar que el crédito podría permitir «no ahogar definitivamente a los empresarios que quedan», Carrió advirtió que no cree «en este proyecto porque no es humanista». «Creo en la libertad, en la República , pero no en el materialismo puro y duro que expresa Milei», dijo al tiempo que dejó en claro que «nuestra discrepancia es de valores».

Del gobierno rechazó «el lenguaje descalificatorio y después hablar de ‘las fuerzas del cielo'», al tiempo de definió a Javier Milei como «un chico roto en una sociedad rota, por eso no resuelve, no sana», aunque sostuvo que «hoy no veo corrupción, pero están dadas las condiciones para que haya el año que viene».

En ese sentido, recordó haber defendido a la ministra Petovello que «empezó bien pero la metieron en tres ministerios que son un nido de víboras». «La chica es decente, avanzó y después ya no pudo porque le bajaron línea para que investigue a la izquierda, que son el cinco por ciento», dijo antes de remarcar que «no investigue ni a Persico ni a Grabois para que venga el papa».  En este punto, cuestionó duramente a los periodistas de La Nación+, «sobre todo a los de la media tarde, que reciben directivas de la Rosada y operan, por ejemplo, contra Petovello, lo que muestra que hay mucho desorden interno».

Por otra parte, al referirse al armado de Milei en la provincia, con dirigentes del massismo y el kirchnerismo, Carrió fue tajante: «el origen del mal es, muchas veces, la ignorancia. Se puede saber mucho de economía, pero no tener un proyecto moral. Por eso armás con cualquiera, si lo único que querés es el poder… Y eso siempre termina mal», alertó.

En cuanto a las legislativas del año próximo, después de establecer que «no son bipartidistas» sino que «son elecciones de coaliciones bipartidistas que se alternan», evaluó que «las próximas serán de tres tercios o más», en la certeza de que «la verdadera unidad se da de cara a la presidencia».

Al respecto adelantó que «nosotros decidiremos cuando inscribamos porque en el medio habrá muchas fakes», y al ser consultada sobre si será candidata afirmó: «Seguramente, pero conmigo nunca se sabe». «Puedo ser todo o puedo ser nada porque yo estoy al servicio, y detesto el poder», dijo antes de advertir no sin ironía que «lo que no puedo prometer es que vaya a cumplir el mandato».

Más adelante, al analizar el rol de la sociedad, «Lilita» indicó que «creo que racionalmente no tenemos salida; pero confío en Dios. Y no tenemos salida no por la clase política sino por nosotros mismos, que no somos capaces de razonar o tener un pensamiento crítico, o valores».

«Para mi es importante que luchemos por la República, por los valores, por la confluencia, por la unidad», abundó en el convencimiento de que «nuestro único deber en la vida es jugar en el lado correcto, aunque se pierda». «Nosotros no jugamos para ganar sino para estar en el lugar correcto», insistió previo a admitir que «a veces tenemos obligaciones supramorales como mi alianza con Macri. Yo sabía lo que era la familia Macri, y no podía aliarme con el hijo del padre, pero estábamos a un tris de ser Venezuela. Por eso me dediqué a unir, lo que nos permitió que la democracia no se pierda y con ella los derechos».

A su criterio, «ése fue el éxito histórico de la CC. Fuimos los garantes de que haya República, que haya alternancia y la gente pudiera volver a elegir, aunque se equivoque». En ese sentido, dijo asumir «la responsabilidad de Juntos por el Cambio, porque quería un objetivo histórico: que el peronismo no sea monopólico, y lo logramos».

«Lo que tenemos que hacer para adelante es construir un mundo más moral y no comprar cualquier estupidez que nos vendan», remarcó.

Por otro lado, «Lilita» no descartó la vuelta del kirchnerismo al poder -«todo es posible»-, y tras mostrarse orgullosa por la labor de su equipo en Pilar, no dudó a la hora de calificar al gobierno del distrito con un terminante «corrupto». «Y todo el mundo lo sabe y todo el mundo lo vota, así que es responsabilidad de la gente de Pilar», aseguró antes de lamentar que «nunca tomamos la decisión de no votar corruptos».

«La sociedad tiene que saber qué quiere. La Argentina quiere decentes? No, de hecho a mi no me votaron. Quieren personas íntegras? No. Les encanta esa cosa que parece pero no es; elegimos superchantas o abusadores», reflexionó.

En este punto, no se pudo evitar alguna consideración para con el escándalo que hoy tiene al ex presidente Fernández en el centro de la escena. «Ahora se escandalizan, pero eso se sabía», opuso Carrió antes de recordar que «el primer acto terrible de violencia de género en la Argentina fue cuando Zulema Yoma fue echada de Olivos; la salva su hijo Carlitos porque venía una ambulancia para llevarla a un psiquiátrico. Se trató así a una mujer, y todos callaron, con lo que a partir de ahí, pasó cualquier cosa».

En ese sentido la dirigente lamentó «por todas las mujeres que no tienen las posibilidades de Fabiola» y cuestionó «los contratos para aparentar una familia». Salvo, apuntó, «Juliana, que fue real y que le dio humanidad y una familia a Macri».

 

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