Política

Traiciones y violencia, los denominadores comunes en los libertarios pilarenses

Tienen a favor un presidente de la Nación, pero no hay caso. Los libertarios locales hacen agua por todas partes y no hay manera de que acuerden de cara al 2025. Demasiados egos, irascibilidad y ambiciones desmedidas se conjugan en un cóctel explosivo y sin futuro.

Pero vayamos por parte, por el comienzo, como debe ser. El primero en obtener una banca -nada menos- fue Juan Martín Tito, una joven promesa countrista que, según él mismo, llegaba con una formación envidiable («tengo más títulos que De Achával y Ducoté juntos», repetía a quien quisiera escucharlo), que mucho no se refleja en su gestión legislativa, y colgado del economista José Luis Espert (alias «Barrilete»). Después abrazaría fervoroso la figura de Javier Milei, a instancias del intendente De Achával que necesitaba sacar a Juntos de la cancha (hasta se dice que fue del municipio de dónde salieron los dólares que compraron su banca).

Su primer compañera de bloque fue Solana Marchesán, una NIC que no tardó en buscar otros rumbos, cansada de los arranques y exabruptos de su colega que no vaciló en considerarla una «traidora». A tal punto, que los que saben aseguran que llegó a amenazarla con la integridad de su hija (una niña de corta edad).

Los que no debieron apelar a la justicia para tener lejos a Tito fueron sus otros compañeros electorales: Guadalupe Ioselli y su «gran amigo», el ex defensor del pueblo Juan Manuel Quintana, que sin demasiados reparos encontraron en el intendente De Achával el abrazo contenedor que parecían necesitar.

Marchesán, en tanto, deambula por el paisaje libertario en una desesperada búsqueda de la misma contención. Se le termina el mandato, y no quiere volver al llano, lo que hace que no trepide en mostrarse con lo más lumpen de LLA como el «Nene» Vera, un sujeto al que nos referimos alguna vez y no por sus logros o méritos.

Aqui aparecen otros dos personajes que se detestan entre sí y aún más al propio Tito, aunque todos compartan el ideario libertario. Curiosamente y a despecho de tanta inquina, hay un hilo rojo que los hermana: los tres son violentos, en especial con las mujeres.

A Tito, la justicia le inició una causa por violencia de género propinada por su ex pareja, L.T. en el Juzgado de Familia N° 3 y que hasta resultó en una perimetral.

Por esta presentación, se le indilgó la presunta comisión de los delitos de lesiones graves, hurto calificado y daños, dentro de un contexto de violencia de género. También le ordenaron «el cese de los actos de perturbación o intimidación contra L.T.», así como «prohibir el acercamiento recíproco a 300 metros».

Todavía hay quienes recuerdan el peregrinar del concejal por emisoras y redacciones en procura de evitar que el hecho trascendiera a la luz pública.

Otro que no se queda atrás es el actual concejal Pablo Casañas Onganía, al que su ex mujer lo denunció cuatro veces por violencia familiar (545/2015; 8834/2025; 8287/2015; y 1014/14) y una quinta por responsabilidad parental (10584/2016). Quizás este sea el motivo del low profile del concejal, temeroso, tal vez, de un «carpetazo».

La nómina de ásperos libertarios cierra con el ex pre candidato a intendente, el supuesto empresario Martín Maganas, a quien en el Juzgado de Familia N° 1 de Pilar le aparecieron dos denuncias por parte de su esposa, también por violencia familiar. Los hechos, según la mujer, habrían ocurrido cuando ambos residían en el country La Lomada.

Este último es un caso un tanto particular. Al parecer, la violencia es su forma de resolver conflictos no sólo con su mujer, sino que también la aplica con sus adversarios, aunque pertenezcan al mismo espacio, como Casañas Onganía, a quien en un restaurant de la Panamerica golpeó desde atrás mientras éste almorzaba con su familia.

El episodio fue matizado con variados insultos, improperios y amenazas de muerte. Claro que Maganas no estaba solo en su descargo contra el concejal, ya que lo acompañaba su custodio, un ex boxeador. Pero las agresiones no terminaron ahí, ya que siguieron con llamados telefónicos intimidatorios.

Al parecer, la reacción de Maganas es su manera de resolver una interna, con lo que pensar en que los libertarios puedan dirimir sus diferencias para el 2025 en paz y de manera civilizada, no es más que una quimera.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

60 − 57 =

Noticias relacionadas

Follow by Email
Twitter
YouTube
Instagram
WhatsApp