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Agustina Dietz, una referente principal de la nueva dirigencia

Tiene apenas 27 años, y ya se perfila como una de las nuevas figuras de la dirigencia empresarial. También hace trabajo social, quiere incursionar en política, y ni por asomo piensa en dejar el país.
Hace cuatro años que Agustina Dietz preside Grupo Norte, un broker de seguros con más de 15 años en el mercado local. Desde su oficina, a tiempo completo, a veces sin fines de semana o feriados, decide sobre una cartera de más de cincuenta clientes que confían en su criterio y aceptan sus consejos y sugerencias sin reparos. Saben que se toma muy en serio su trabajo y que pueden contar con ella cuando lo necesiten.
Claro que su juventud le juega a favor y, consciente de ello, multiplica sus actividades sin descanso. «Tengo que aprovechar ahora para el futuro, ya que lo que haga ahora repercute en el mañana», se repite junto con lo que llama su lema de vida: «Todo es posible».
Hay que reconocer que tiene razón. Agustina combina sus responsabilidades profesionales con el rol de madre de Juana, de seis (viven solas), su fuerte condición de «familiera» (padre, madre y tres hermanos varones menores que ella), sus estudios de Derecho (le falta poco más de año y medio para recibirse de abogada), su rutina en el gimnasio, y los encuentros con sus amigas.
Y como si esto fuese poco, tiene tiempo para la solidaridad. Se reconoce nacida y criada en «una cajita de cristal», pero eso no le impide reconocer que «los chicos como yo no tenemos conciencia de lo que tenemos: de lo afortunados que somos, y a veces no vemos lo que le pasa a los demás».
Con esa certeza, ya en el colegio comenzó a visitar -y ayudar- en comedores y merenderos de Villa Rosa, Pinazo, Pilarica, Del Viso, «donde vi lo que le pasaba a la gente, lo que necesitaba». Más adelante, con la pandemia, se dedicó a cocinar en ollas populares, «y me involucré más cuando ves la sonrisa de los chicos cuando los ayudás con los deberes o les das un abrazo».
Es inflexible cuando reclama que «no se done lo que está en mal estado, lo que no te sirve; para donar, hacelo con algo tuyo que creas podés seguir usando».
Por último, después de ratificar su convicción de que «la solución a todos los problemas de nuestro país es la educación», Agustina también se muestra firme a la hora de asegurar que «nunca pensé en irme; esa es la solución fácil». «Hay que quedarse y pelearla», dice.