Provincia

Concejal y empleado municipal de viaje… aunque no se sepa cómo hacen

En medio del inhóspito desierto de Nevada se levanta la «ciudad del pecado», una de las joyas estadounidenses, con sus enormes y lujosos hoteles, sus casinos, sus espectáculos, y los atractivos propios de una de las urbes más populosas y visitadas del planeta.

Y aunque el axioma reza que «lo que pasa en Las Vegas, se queda en Las Vegas», con las redes sociales mantener algo en reserva resulta imposible. Y sobre todo cuando es uno de los protagonistas de esta historia el encargado de ventilar su felicidad, con fotos incluidas, en plataformas como facebook o instagram.

«Un recreo!», posteó él el 26 de septiembre último a las 20,48 sobre dos imágenes que los muestran dichosos y más juntos que nunca, disfrutando de la magnificencia de una ciudad que, sin dudas, gozan a full aunque nadie se explique claramente cómo hacen para viajar a destinos tan remotos y sin las privaciones de, por ejemplo, los chicos que corren mundo provistos sólo de una mochila y su pasaporte.

La señora, más discreta, prefirió no reflejar nada de su periplo, quizás para no alertar demasiado a los envidiosos (como nosotros) que nos quedamos en Pilar a apechugar la crisis que causaron dirigentes como ella y que apenas si nos permite un corto recorrido dentro de los límites del distrito (eso, si hay carga en la SUBE).

Hablamos de la radical K Claudia Zakhem y su pareja, Lautaro Lucas, que con una dieta de concejal ella, y con un sueldo de empleado municipal él, se permiten gustos como éste… que no es el primero ni el único.

Muchos son los interrogantes que podemos plantearnos frente a esta descarnada exposición de placer por parte de una dirigente que parece ajena a las penurias de «su» gente, los pilarenses. Sabemos sí que es una de las más consideradas por parte del intendente De Achával, que con dinero del municipio le mantiene un nutrido grupo  de punteros, además de su propia familia, todos empleados de la comuna.

A tal punto, que le permite llevarse de vacaciones a un empleado que debería estar desempeñando sus tareas como cualquier otro en la dependencia que le corresponde.

Sin dudas, Zakhem es una verdadera privilegiada: hace lo que quiere en el Concejo, y con el propio intendente, que por alguna razón que desconocemos, no vacila en acceder a todas sus exigencias.

Es, lo que se dice, una mujer de suerte.

 

 

 

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