Provincia

Fuerte cruce entre Ponce de León y el empresario Gutiérrez

Fue por teléfono, y como una demostración de la utilización de la pauta publicitaria como herramienta de sumisión no sólo por parte de los gobiernos sino también de poderosos personajes de la vida pública con algún difunto en el closet vinculado con sus negocios con el Estado.

Comenzó con una llamada de Eduardo Gutiérrez, presidente del Grupo Farallón (aunque haya delegado ese rol en su hija Mercedes quizás para evitar ciertas suspicacias), a la redacción de infopilar.com.ar para exigir el levantamiento de la publicidad de su empresa del multimedio que conforman este portal y Cadena 94.5.

El llamado coincidió con la aparición de sucesivas notas referidas a la malversación de combustible en la municipalidad, aunque el argumento de Gutiérrez no fue exactamente ese tema sino que su firma «no puede aparecer avalando las críticas que le hacen al intendente». Cabe consignar aquí que Farallón fue cliente de este multimedio durante más de 17 años, y jamás habíamos recibido semejante filípica, pero, por supuesto, entendimos su situación.

Después de la condena a dos años de prisión en suspenso en junio de 2019 por parte del Tribunal Oral Federal N° 1, que dio por cierta su calidad de testaferro de José López, el revoleador de bolsos con dólares en el convento, la posición de Gutiérrez, que aún tras el revés judicial jamás dejó de hacer obra pública no sólo en Pilar, se vio un tanto golpeada y necesitaba bajar el perfil, especialmente ante quienes le facilitan a Farallón la posibilidad de seguir existiendo. De hecho, en la administración De Achával hay orden de no cobrar impuestos a varias empresas  del distrito (en breve daremos a conocer la lista), entre ellos, la del propio Gutiérrez.

Es decir, que el intendente quiera ayudar a un amigo, está muy bien. El problema es que lo hace con la nuestra, no con la propia.

La cuestión es que atendiendo a esa relación de años, el periodista Claudio Ponce de León decidió llamar al ingeniero Gutiérrez, justo cuando éste estaba jugando al golf. De todos modos, interrumpió unos minutos la partida para responder al planteo de su interlocutor que «el que pone la plata, manda», a lo que Ponce de León respondió con un no demasiado académico «¿sabés qué? Acá mando yo, y metete la pauta en el c…».

Este episodio ilustra claramente cómo funcionan algunos anunciadores en los medios, incluyendo a los gobiernos. Creen que les son propios, que los escrituran a su nombre, y que éstos deben responder en forma incondicional a sus pretensiones. La pauta publicitaria opera, entonces, como una larga cadena de extorsiones: el gobierno «aprieta» a las empresas, y éstas, por no perder alguna prebenda o privilegio, «aprietan», a su vez, al medio insurrecto.

De hecho, no son pocas las empresas que acataron la orden municipal y dejaron de pautar con este multimedio. Mencionaremos aquí a la transportista La Central de Escobar, la cooperativa TelViso, y la constructora Grupo Norte, propiedad de Christian Dietz.

Seguramente esta historia continuará en estos días, cuando el periodista abra su programa habitual este lunes, desde las 10, en Cadena 94.5.

 

 

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