Provincia
Kicillof deberá recurrir a bonos y certificados para cancelar deudas con proveedores
La provincia de Buenos Aires arrastra varios meses sin pagarle a los proveedores del estado. En algunos casos, la deuda se remonta a los últimos meses de la gestión de María Eugenia Vidal. No sólo se trata de rubros como la construcción, la obra pública y el mantenimiento, sino que también abarca áreas más sensibles como el alimento y la limpieza de los 77 hospitales públicos del territorio bonaerense.
Los empresarios denunciaron la actitud del gobernador Axel Kicillof, a quien tildaron de “irresponsable y temerario”, al bajar la orden de no pagar por el trabajo de al menos los últimos tres meses. La condición financiera general de las empresas perjudicadas no admite, bajo ningún punto de vista, estirar el impago durante un mes más.
Las medidas del gobierno las dejaron afuera. A pesar de haber lanzado con bombos y platillos el programa de créditos al 24 por ciento, la mayoría de los empresarios criticaron el programa y advirtieron que no podrán adherirse a él. Luego de dos años de recesión económica, prácticamente todas las pymes se encuentran muy endeudadas y hasta tomaron recientemente una línea de crédito del Banco Provincia al 28 por ciento. “No se puede tomar más deuda. ¿Cómo se supone que vamos a lidiar con tantas obligaciones de pago?”, preguntaron desde la cámara que los aglutina.
El rumor más firme de los últimos días es el de la intención del gobierno de aplicar certificados de deuda. Es lo que temían los empresarios. El recurso, que ya había utilizado durante la gestión de Daniel Scioli con mediocres resultados, implica una ingeniería financiera insólita. La otra idea que tiene, hoy por hoy, el gobernador Kicillof sobre la mesa es la implementación de un bono.
“El problema principal de un bono es que son muy pocas las empresas que tienen espalda para aguantarlo hasta el vencimiento. Esto significa que así como lo recibimos tenemos que salir a venderlo para hacernos de dinero para sueldos y demás gastos”, explicaron los empresarios. En pocas palabras, las pymes se enfrentan a un único destino posible: perder plata –y mucha –para poder seguir existiendo.
De cumplirse lo propuesto por el gobernador Kicillof, se confirmaría que numerosas empresas de la provincia de Buenos Aires no lograrían cancelar la totalidad de los sueldos de este mes y, con toda probabilidad, los del siguiente. Las consecuencias serían devastadoras para el orden social. Las pymes representan el motor laboral de la provincia y, de no poder pagar los sueldos, no sólo peligraría la continuidad de servicios críticos, sino que además numerosas familias quedarían sin dinero para enfrentar el resto de la cuarentena impuesta por el gobierno de Alberto Fernández.