Provincia

Kicillof quiere ahorrar 600 millones por año en combustibles

Axel Kicillof busca ahorrar un 30% del combustible y lubricante que consume la flota de vehículos del gobierno. Esto incluye autos oficiales, aeronaves, patrulleros, ambulancias y bomberos.

El gobierno gasta por año casi 2.000 millones y el gobernador está decidido a achicar ese gasto a través de controles en las cargas. Durante la semana se reunió con Vicente Impieri, presidente de la Federación de Empresarios de Combustible (Fecra) a quien le garantizó que desestimaría un proyecto de ley que impulsaba el peronismo en la Legislatura y que beneficiaba a YPF en la compra exclusiva de combustibles.

En el gobierno de Kicillof buscaban un control del gasto a través de un direccionamiento de esas compras en la petrolera con mayoría estatal YPF a través de la implementación de la tarjeta ‘YPF en Ruta’ utilizada por empresas de transporte de carga y flotas livianas y que permite un monitoreo de cada gasto.

Sin embargo, el proyecto de ley generó revuelo en refinerías y estacioneros. Desde la Fecra le llevaron una propuesta para implementar las tarjetas que el resto de las compañías utilizan con el mismo objetivo, como Axion Card o Shell Flota.

«El proyecto de ley significaba perjuicio muy grande para nosotros e iba en contra de la Ley de Competencia», dijo el titular de la Fecra, Vicente Impieri, a Radio con Vos. Además explicó que las estaciones de servicios son Pymes que emplean entre 15.000 y 20.000 trabajadores.

Ocurre que de las 1.800 estaciones de servicio a YPF corresponden unas 570. En tanto, pertenecen a marcas como Shell, Axion y Puma. Y las restantes 350 son las consideradas ‘blancas’.

Para el caso de éstas últimas -que no cuentan con tarjetas de carga, los estacioneros proponen motorizar un acuerdo con el Banco Provincia para utilizar las tarjetas que proporciona esa entidad bancaria y que pueden vender a través de un código QR.

Aunque desde el gobierno plantean que el gasto casi 2.000 millones de pesos incluye a todas las áreas, está claro que la mayor porción de consumo se lo lleva la carga de combustibles a los patrulleros que deben circular todo el tiempo.

Ese consumo es una de las principales cajas con que históricamente se financió La Bonaerense. Por lo que un control estricto puede recrudecer la tensión entre el gobierno y la mayor fuerza de seguridad del país.

En tanto, se sabe que otra parte del gasto combustible sale de las arcas de los municipios. Allí se da una situación de desigualdad toda vez que no todos los municipios disponen de los mismos recursos.

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