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Ponce de León: El covid en primera persona
Hace exactamente diez días el periodista Claudio Ponce de León terminaba su programa, «El 1° de la Mañana», con un cansancio inusual. Demasiado para alguien cuya actividad, en tiempos normales, termina pasada la medianoche para recomenzar al día siguiente con las mismas ganas y el mismo ímpetu.
Primero fue el cansancio extremo y extraño, después fue la fiebre, y por último, el dolor en el cuerpo, en los huesos, que se sentían como arcilla. Ya no hubo dudas, y el hisopado en el centro del km 46 terminó por confirmarlo: positivo para covid.
Ya con el diagnóstico, los síntomas se acentuaron, y se sumaron otros, como la tos, por lo que hubo que acudir a una parafernalia de medicamentos que, al mismo tiempo no alcanzan para mitigar el dolor y el malestar. Paracetamol para la fiebre, ibuprofeno para los dolores, jarabe para la tos. Todo es insuficiente como para generar un mínimo de bienestar.
Hasta la cama agota, y la debilidad es total. No hay fuerzas ni para comer, y hasta la poca comida que llega a la boca sabe rara, sin gusto.
Y después de más de una semana de infierno, lentamente las cosas van volviendo a su lugar. El periodista vuelve a encarar sus tareas, aunque en la soledad de su cuarto, esperando con ansias la vuelta al micrófono, apenas reciba el alta médica.
Ponce de León confía en que en breve volverá a reunirse con su audiencia, la fiel, la que lo espera todas las mañanas para desmenuzar la realidad de todos los días con los entrevistados más destacados y los análisis más concienzudos y objetivos. Porque de eso se trata el oficio.
Claro que también deberá esperar por el resto del equipo, diezmado por una enfermedad de la que se conoce poco y ha demostrado que puede causar los estragos más dolorosos y hasta la muerte, o absolutamente carente de síntomas y molestias, pero no por ello menos contagiosa.
No falta mucho para la vuelta, y será con todos los cuidados, Los que se tuvieron hasta ahora pero que en algún punto pueden fallar. Dicen que lo que no mata fortalece, y así volverá «El 1° de la Mañana», fortalecido y con más ganas de hacer lo que sabe: periodismo.
Y para los que están cursando ahora mismo la enfermedad, mucha fuerza y a mantener la cabeza ocupada, y confiar en que todo va a salir bien. Este es el mayor desafío del tiempo que nos toca, y tenemos que hacerle frente de la mejor manera. Vayan también nuestros pensamientos y el recuerdo para los miles que quedan en el camino. Que Dios los tenga en la palma de su mano.