Columnistas

El gobierno de Kicillof construyó el 77% de las escuelas en distritos kirchneristas

Por Pablo Portaluppi (*)

“Más allá de los discursos, lo que realmente importa son los hechos: después de una etapa en la que nos endeudaron a 100 años mientras cerraban las escuelas, en esta gestión ya inauguramos 100 edificios escolares en la Provincia”, afirmaba el gobernador bonaerense Axel Kicillof hace pocas semanas, el 7 septiembre de 2022, al inaugurar el Jardín de Infantes 952 de la localidad de Berazategui.

Pero las palabras del mandatario provincial muestran sólo una parte de la realidad. La otra, la que esconden sus dichos, apunta a una llamativa inequidad en la elección de los distritos donde se levantaron escuelas, y alcanza un punto sumamente grave cuando hay alumnos que necesitan en forma urgente un edificio adecuado a sus necesidades.

Pero esto no es nuevo. El 12 de junio de este año, Kicillof celebraba por redes sociales la inauguración del establecimiento número 76 desde el inicio de su gestión. Y este medio se ocupó, en un artículo publicado en julio, de llamar la atención con algunas desproporciones que saltaban a la vista apenas se hurgaba en la información oficial.

En aquel momento, se concluía que de los 52 distritos que se habían visto beneficiados con la construcción de nuevas escuelas, 35 eran gobernadas por el kirchnerismo y 17 por la oposición, arrojando una proporción de 67% a 33% a favor del Frente de Todos y aliados.

Tres meses después, con los 100 colegios construidos, la tendencia se mantuvo: 36 a 17. Pero cabe observar que del centenar, 77 de ellas fueron erigidas en comunas regenteadas por el oficialismo, y 23 en localidades de la oposición en todas sus vertientes.

Es decir, el 77% de las nuevas escuelas se hicieron en distritos kirchneristas.

El contraste aun es mayor cuando se observa el mapa de la provincia de Buenos Aires: luego de las elecciones de 2019, cuando Alberto Fernández fue elegido Presidente y Axel Kicillof gobernador, el peronismo se quedó con 71 de los 135 municipios que componen el territorio bonaerense, y Juntos por el Cambio y partidos locales se hicieron con 62.

Es decir, el 53% para el Frente de Todos y el 47% para la oposición. Muy lejos de la distribución de nuevas escuelas.

Las comunas k son, según la propia información oficial, Almirante Brown, Avellaneda, Bolívar, Berazategui, Cañuelas, Carmen de Areco, Chascomús, Ensenada, Escobar, Esteban Echeverría, Exaltación de la Cruz, Ezeiza, Florencio Varela, General Alvarado, General Paz, General Pinto, General Rodríguez, General San Martin, Hurlingham, José C. Paz, La Matanza, Laprida, Lomas de Zamora, Malvinas Argentinas, Mar Chiquita, Marcos Paz, Merlo, Moreno, Pila, Pilar, Quilmes, San Fernando, San Pedro, San Vicente, Tigre, y 25 de Mayo.

El universo poblacional de aquellos 36 municipios gobernados por el Frente de Todos es de 7 millones y medio de personas, de acuerdo al Censo 2010, lo que representa el 42% de los habitantes de la provincia, siempre en función de los datos de hace 12 años (17 millones de personas).

En tanto, la población de los distritos opositores es de aprox 2 millones, es decir, el 11%. Entre los que destacan, entre otros, La Plata, Tres de Febrero, Tandil y Olavarría.

Pero el problema surge cuando se descubre que 5 de los distritos k donde se construyeron escuelas nuevas –Escobar, Tigre, Mar Chiquita, Lomas de Zamora, y San Fernando-, estuvieron también entre los 10 más beneficiados por la coparticipación bonaerense.

Cuando comenzaba el año, más precisamente el 4 de febrero, el gobierno bonaerense difundió los datos de reparto para los 135 municipios, a partir del llamado Coeficiente Único de Distribución (CUD).

Casualidad o no, los 10 distritos más beneficiados con la coparticipación también son gobernados por el Frente de Todos: Escobar, General Las Heras, Alberti, Pehuajó, Lomas de Zamora, Carlos Tejedor, San Fernando, Mar Chiquita, Luján, y Tigre.

Recién aparece un municipio administrado por Juntos por el Cambio en el puesto 11: Adolfo Alsina. Más aún: de las primeras 30 comunas con más coparticipación, solo 11 pertenecen a la oposición, es decir, poco más del 33%.

Datos que llaman poderosamente la atención.

La localidad más beneficiada con la construcción de escuelas fue Pilar, con 12. Gobernada desde 2019 por el kirchnerista Federico Achával, es uno de los municipios con mejor situación socio económico de toda la provincia. Según datos de 2020, estaba quinta entre las comunas con mejores ingresos per cápita, con $37.000, debajo de San Isidro, Vicente López, San Fernando, y Tigre. Estos dos últimos, también fueron beneficiados con escuelas, con 1 y 3 respectivamente.

Más datos que parecen reafirmar la desigualdad del reparto de establecimientos escolares.

Ya en 2021, la situación comenzó a cambiar, ya que el primer puesto lo ocupó Avellaneda, según un trabajo del Centro de Estudios Metropolitano (CEM). El distrito de Jorge Ferraresi contó con $163.662 por cabeza, y la gestión de Kicillof construyó allí 6 escuelas. Detrás de Pilar, donde más se hicieron.

Le sigue Lomas de Zamora, con 138.879 pesos per cápita. En la tierra de Martín Insaurralde se levantó 1 edificio.

Dos lugares más abajo está Almirante Brown con $ 131.153 por habitante. La gestión encabezada por Mariano Cascallares recibió 5 escuelas.

Una de las localidades beneficiadas fue Mar Chiquita, gobernada por el peronista Jorge Paredi, con 2 colegios. Pero los giros de provincia a dicho partido merecerán un artículo aparte.

Y hay ausencias llamativas.

Una es Lanús, gobernado por el macrista Néstor Grindetti. Con 459.263 habitantes y una superficie total de de 48,35 Km2, es uno de los distritos con mayor densidad poblacional del conurbano. Pese a ello, el gobierno provincial decidió no levantar allí ningún edificio educativo.

Otros dos que brillan por su ausencia son General Pueyrredon y Bahía Blanca, los distritos más poblados del interior bonaerense –entre ambos, superan el millón de habitantes-, y casualmente, gobernados por Juntos por el Cambio, con Guillermo Montenegro y Héctor Gay, respectivamente.

El ex juez federal mantiene una sonora disputa con la administración de Kicillof por el reparto de obras para la ciudad.

La última inauguración educativa en Bahía data de junio de 2018, con la secundaria 31. Y para Mar del Plata hay que ir mucho más atrás, más precisamente al 30 de abril de 2015, cuando el ex intendente Gustavo Pulti inauguró la 54 en el barrio Belisario Roldán.

El problema se agrava cuando varios establecimientos de la ciudad no tienen vacantes por falta de espacio, como la secundaria 25 y la técnica 5, muy buscadas por los padres. Esta última, además, funciona en un galpón cuyo alquiler venció en 2019 y nunca fue renovado.

Tampoco hay que olvidar la cesión por parte de la propia Dirección de Educación de la provincia a movimientos sociales, de un predio donado exclusivamente para hacer escuelas.  Fue una funcionaria de Kicillof quien, ante la requisitoria, afirmó que el lugar “no reviste interés educativo”En tanto, el MTE de Juan Grabois continúan con las obras en el lugar.

Más indignante resulta la situación de la escuela especial 515, en la cual 170 chicos sordos e hipoacúsicos asistieron durante años a clases en una casa de 127 mts2, con apenas 2 aulas y un patio de 10 mts2, y donde ante el insistente pedido de padres, auxiliares y docentes, la provincia recién ahora empezó a moverse para solucionar el grave problema.

Hace pocos días, la provincia anunció en todos los medios que se inició el proceso de compra de un inmueble en la calle Guido. Pero según pudo saber este medio, si bien el edificio fue visitado y reúne todas las condiciones para su compra, aún no hay ni siquiera una oferta formal. Y peor aún, tampoco se habló de precio, con lo cual la situación está bastante “verde”.

Parte del alumnado de la 515 debió concurrir a clase a aulas prestadas por otros establecimientos. Una de esas escuelas es la 504, destinada a chicos ciegos, que no tuvo calefacción en todo el invierno y tiene orden de desalojo para marzo de 2023 ya que la dueña del inmueble decidió no renovarle a la provincia el alquiler del mismo debido al constante atraso en los pagos.

Desde el Consejo Escolar de General Pueyrredon, que depende del gobierno bonaerense y está señalado por estar demasiado politizado y así olvidarse de sus funciones primordiales, precisaron que “ya está aprobada la obra” para que la Escuela Especial 504 pueda volver a su edificio original, ubicado en Bolívar 3431, del cual fueron desalojados en 2012 debido a que no cumplía las condiciones necesarias para funcionar.

Pero estas promesas vienen desde hace muchos años.

El otro colegio donde van los chicos de la 515 es la 58, que no sólo se encuentra en un pésimo estado, sino que los alumnos debieron concurrir a clase en aulas improvisadas en aquellos sitios donde se guardan distintos elementos de limpieza. Allí, montaron pupitres y computadoras.

Lo que permitió, y permite, llevar adelante la tarea educativa es el gran esfuerzo de docentes, autoridades, auxiliares, personal no docente, y por supuesto padres.

“Así y todo, es terrible. Sabes lo que es hacer que convivan chiquitos sordos con chicos con problemas de vista. Son problemáticas totalmente distintas, que merecen diferentes cuidados y abordaje. Es estresante”, cuentan docentes de la 504 y 515.

Como se ve, al menos en Mar del Plata es muy necesaria la construcción de escuelas. Pese a ello, la provincia no sólo no construyó ninguna, sino que además, a la hora de establecer la coparticipación, aunque la misma salga por una fórmula estrafalaria que debiera ser revisada, el distrito cayó este año respecto al anterior.

El Coeficiente de General Pueyrredon fue de 2,2666 en 2018; en tanto, en 2019, fue de 2,2634; mientras que en 2020/2021, 2,2577; y, para este año, fue de 2,2419. Es decir, cayó un 0,7% en relación al último ejercicio.

De acuerdo a estos datos, Mar del Plata se ubica en el puesto 65 entre los 135 municipios. Es decir, mitad de tabla.

Pero no fue el único perjudicado. En cuanto a la lista de los perdedores de la coparticipación, los primeros 9 puestos corresponden a la oposición.

Cuanto menos, suspicaz.

 

(*) Analista en Medios de Comunicación Social y Licenciado en Periodismo. Columnista político en El Ojo Digital

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