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El misterio de Alicia Scerbo: la historia del funcionario menemista preso por narco al que la mujer le cuidaba la casa

Esa casa, en esa esquina de Villa Ballester, sobresalía de las demás. Y el 22 de marzo, de pronto, comenzó a prenderse fuego. Los bomberos lo controlaron rápido. Adentro yacía una persona sin vida, pero no por el fuego ni por el humo. No era el dueño de casa, un exfuncionario menemista preso desde el año pasado por narcomenudeo. La persona muerta, asesinada, era su expareja, personal civil de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), que cada tanto iba a cuidarle la propiedad.

Los bomberos encontraron a Alicia Scerbo amordazada y maniatada. Los médicos legistas comprobaron a través de la operación de autopsia que a la mujer de 62 años la sofocaron con dos delantales de cocina hasta matarla.

Los investigadores ya tienen imágenes de los tres asesinos: una cámara de seguridad grabó el momento exacto en el que irrumpieron en la casa, siguiéndole los pasos a Alicia, y el instante en el que huyeron mientras la propiedad comenzaba a arder con la víctima ya sin vida, como publicó la periodista Cecilia Di Lodovico en Infobae.

La fiscal Alejandra Burgues no descarta ninguna hipótesis, desde el crimen en ocasión de robo -a Scerbo la asesinaron con elementos que encontraron en la casa- hasta un ajuste de cuentas -prender fuego la propiedad como mensaje para el dueño-.

El hombre en cuestión es Jorge Daniel Artoni, de 63 años. En los años noventa fue el director del Comité Permanente de Provincias de la secretaría de Seguridad Interior de la Nación. Hay que hacer historia: en los años noventa, Carlos Menem puso al brigadier (RE) Andrés Arnoldo Antonietti, veterano de la guerra de Malvinas, a cargo de la Casa Militar. Fue él quien en 1990 llevó adelante la «operación desalojo» de Zulema Yoma de la Quinta de Olivos. El 17 de marzo de 1992 se produjo el atentado en la Embajada de Israel en Buenos Aires -murieron 22 personas-. A finales de ese año lo nombró jefe del Estado Mayor Conjunto. Y tras el atentado a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) -en el que el 18 de julio de 1994 fallecieron 85 personas-, el Presidente lo designó secretario de Seguridad Interior. Para la nueva misión, Antonietti se llevó a Artoni a trabajar con él.

El 15 de marzo de 1995, Carlos Saúl Facundo Menem Yoma, más conocido como Carlos Menem Junior, se estrelló con su helicóptero Bell 206B Jef Ranger III a la altura del kilómetro 211 de la ruta nacional 9, en Ramallo, provincia de Buenos Aires. Tenía 26 años. Su amigo y piloto de automovilismo Silvio Oltra, de 37, también murió.

El juez federal Carlos Villafuerte Ruzo archivó la investigación, pero Zulema consiguió que la Corte Suprema de Justicia la reabriera en el 2010. Menem, que al principio creyó en la versión del accidente, en sus últimos años abonó la teoría del «tercer atentado».

En mayo de 1997, Artoni declaró que en el helicóptero no iban dos personas sino tres. Ante el juez contó que el día que murió Carlitos, él estaba presente cuando Antonietti recibió una llamada del jefe de la Secretaría de Inteligencia (SIDE), Hugo Anzorreguy, y le informó, precisamente, que en la aeronave iban el hijo del presidente y dos personas más. No fue el único que declaró eso: Zulema y Zulemita hablaron de una mujer a bordo.

Como se sabe, muchos testigos del caso murieron en circunstancias extrañas.

El 2 de junio de 1997 alguien baleó la casa de Artoni en Villa Ballester.

El tiempo pasó y Artoni abrió una casa de servicios funerarios, Cochería Aldo, con Alicia.

Muchos años pasarían hasta volver a saber de él: el 18 de octubre del 2022, policías bonaerenses de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) del Tráfico de Drogas Ilícitas San Martín tiraron abajo la puerta de esa casa, de esa esquina de Villa Ballester, para llevarse a Artoni.

Un mes después, el juez federal Emiliano Canicoba procesó con prisión preventiva a Artoni al considerarlo coautor material y penalmente responsable del delito de tráfico de estupefacientes, en la modalidad de tenencia con fines de comercialización, agravado por la intervención organizada de tres o más personas.

En las «escuchas», a las que accedió Encripdata, Artoni hablaba del negocio:

-¿Vos, qué onda? ¿En qué seguís? ¿Seguís en esas cosas?
-¿Eh?
-¿Seguís en esas cosas?
-Sí.
-Ah mirá…
-Sí, me puse de socio con Juan y ‘Tilín’.
-Y sí, ya me imaginé.
-Así que bueno, vamos a ver, voy a ver también si sigo, viste, porque no…
-¿No estás viendo plata?
-¿Eh?
-¿Te da plata por lo menos eso?
-Sí, sí.
-Ah bueno.
-La que me corresponde a mí.

Juan es Juan Alberto Basaldua, otro traficante que arrastraba una orden de captura acusado de haber intentado matar a una persona el 19 de noviembre del 2020 en San Martín. De «Tilín», en cambio, solo se sabe eso, su apodo.

Juan es hermano Sebastián Roberto Basaldua, también procesado en este caso, por comprar «ladrillos» de marihuana en Corrientes y venderlos al por menor en San Martín. Este Basaldua y Sergio Santellán fueron pareja de las hermanas Andrada, Analía y Sofía, hijas del narcotraficante Claudio Andrada, alias «Piturro» o «Gallo». Y Basaldua y Santellán denunciaron que policías bonaerenses en arreglo con el fiscal Claudio Scapolan los extorsionaron años atrás para sacarles plata.

En el caso Santellán, como muestra el video al que accedió Encripdatael fiscal recibió de un policía un paquete con lo que según el denunciante eran 30 mil dólares durante el extraño allanamiento a un estacionamiento.

Casualmente, esta semana, el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados y Funcionarios empezó el juicio político contra Scapolan, el fiscal procesado y suspendido por irregularidades, justamente, en sus funciones.

De hecho, Sofía Andrada estaba llamada a declarar, pero como sobre esos casos testificaron otros antes, al final, para acortar los tiempos, desistieron de su presencia. La próxima semana serán los alegatos.

De regreso a Artoni, sus socios Juan Basaldua y «Tilín» tuvieron problemas en agosto, justamente, por algo del negocio, según la conversación entre dos traficantes que los conocían:

-¿Fuiste vos a lo de Juan ayer?
-Sí.
-¿Lo viste?
-Ah no, de Juan ahí no, no, no.
-Ah porque me habían dicho que tuvo problemas ahí en lo de ‘Tilín’.
-¿Ah si?
-Sí, no sé si él o ‘Tilín’, pero creo que estaba él, por eso te preguntaba, por ahí te contó algo.
-No, no, no.
-¿Eso que me contaste vos ayer?
-¿De qué?
-Que le cagaron a tiros la casa.
-¿A ‘Tilín’?
-Vos me dijiste, boludo.
-No, no, pero me parece que entraron ayer, que le cayeron y él no estaba.
-Ah no, no sé nada, no sé nada.
-Estaba Juan y otro pibe más.
-¿En serio?
-Sí, y parece que cobraron ellos.

La Bonaerense arrestó a Artoni en octubre. Su expareja Alicia se hizo cargo de cuidarle la casa, esa casa, en esa esquina de Villa Ballester, que sobresalía de las demás y que los asesinos revolvieron en busca de algo. Artoni declaró que él no tenía problemas ni amenazas. La fiscal ya sabe cómo mataron a la víctima. También tiene imágenes de los tres asesinos.

Ahora tiene que ponerles los nombres a esas caras, tratar de saber si fue un vuelto y en tal caso, por qué.

 

(*) Periodista especializado en investigaciones sobre crimen organizado

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