Columnistas

Ordenando prioridades: la libertad y la salud de las personas

Por Gustavo Vieyra (*)

En los últimos meses me he sentido progresivamente “avasallado” en mis libertades individuales. El primer impacto lo sufrí cuando, durante el mes de marzo, tuve que gestionar un “permiso” para poder irme de vacaciones.

El segundo hecho que me alarmó fue el toque de queda al que quedamos sometidos, por el cual se restringía la “libertad de libre circulación” durante la mitad nocturna de cada día. Algo implementado, al igual que la medida anterior sin ningún aval científico que lo sustentase y de dudoso valor legal.

Recientemente, en virtud del aumento de casos de Covid, se generó un común acuerdo entre el gobierno provincial y los gerentes de las entidades de medicina privada, por el cual se restringiría la libre disponibilidad de camas destinadas a estudios y tratamientos “programados”, en este sector. Este sorprendente hecho, exhibió la “liviandad” con la que la cúpula gerencial de los sistemas privados tomó decisiones sobre el uso discrecional de los servicios que deben ofrecer a los asociados que pagan puntualmente sus cuotas.

Demás está decir que quienes se asocian a este tipo de servicios, lo hacen tras valorar una serie de cualidades prestacionales promovidas por estas empresas pre pagas a fin de captar clientes, que en principio ofrecen calidad, confiabilidad y previsibilidad al momento de ser requerías para la atención de los problemas de salud. Nada de todo esto se terminaría cumpliendo a partir de ahora,  al quedar sujetos a las decisiones discrecionales del gobierno a nivel de la gestión de salud y disponibilidad de camas, tanto del sector público como en el privado.

«Se trata de buscar soluciones para que la provincia ayude y sea ayudada por las prepagas» – AXEL KICILLOF

Resulta muy triste y lamentable observar la progresiva adaptación y naturalización de cada uno de estos hechos por parte de la población, quién las ha aceptado con una exasperante mansedumbre.

He escuchado comentarios de pasillo de colegas que se manifestaban preocupados porque vislumbran la repetición de un escenario similar al de la 2da mitad del 2020, donde la caída estrepitosa de los estudios y tratamientos programados, además de las de consultas por emergencias, distintas a las relacionadas al Covid, generó un significativo aumento del riesgo de muerte de los pacientes “demorados”. Los estudios realizados por las sociedades científicas, auguraban un aumento de la mortalidad de entre 6 mil y 9 mil casos más para este 2021 dentro del grupo de enfermedades cardio y cerebro vasculares. Esto, además de los severos problemas de salud ya mencionados, sin duda trajo aparejado una marcada caída de los ingresos de todos los integrantes del equipo de salud involucrados dentro de estos procedimientos, algo que se sumó al deterioro económico general por todos conocidos.

Observando los DATOS relacionados con las prioridades a tener en cuenta cuando se trata de evitar muertes y proteger la salud de la población, es interesante repasar la información estadística que al respecto emite periódicamente, el Centro de Control de Enfermedades de EEUU (CDC).

Respecto de las enfermedades cardio y cerebro vasculares, éstas continúan siendo la principal causa de enfermedad y mortalidad en el mundo, de acuerdo a datos actualizados del CDC. Para dar una dimensión de esta información, en 2017 se produjeron 2.8 millones de muertes por ECV en EEUU y  17.8 millones en el mundo, siendo su prevalencia (cantidad de enfermos) la de 485.6 millones a nivel mundial. Los Accidentes Cerebro vasculares (ACV) se han ido incrementando a medida que la población mundial ha ido aumentando su expectativa de vida y por lo tanto ha ido envejeciendo.

Vale recordar que durante el 2020, a 12 meses de denunciarse en China la primer neumonía por Coronavirus 19, se registraron 1.8 millones de muertos por esta causa en todo el mundo y 340.000 en EEUU.

La Asociación American del Corazón ha definido 7 enfoques para mantener sano al corazón: actividad física, suspensión del tabaquismo, control del peso, alimentación saludable, control de presión arterial, control del colesterol y de los niveles de glucosa en sangre. El cumplimiento de estos enfoques tiene una directa correlación con el nivel de educación y económico de la población. De modo que ahí encontramos una de las claves que podrían conducir (o no) a la disminución de la enfermedad y mortalidad por esta causa.

Una característica alarmante de estas enfermedades es que comprometen particularmente a población en edad económicamente activa, lo que representa un dato a tener en cuenta cuando se analiza su impacto dentro de la productividad de un país.

El cáncer es la segunda causal de muerte, superada solo por las enfermedades cardíacas. Una de cada cuatro muertes en los Estados Unidos se debe al cáncer.

En 2017, el último año del que se dispone de datos de incidencia, en los Estados Unidos, se notificaron 1.701.315 nuevos casos de cáncer y 599.099 muertos por la misma causa. Por cada 100.000 personas, se notificaron 438 nuevos casos de cáncer y 153 muertes por la misma causa.

Si hiciésemos foco en el ítem “Cuidados de la Salud” en nuestro país, teniendo en cuenta cuales son las principales causas de muerte y enfermedad que generan un alto impacto en nuestra población económicamente activa y que podrían ser altamente prevenibles en caso de adoptar las medidas correctas a nivel poblacional, veríamos con estupor que estamos peligrosamente lejos de lograr esos objetivos.

En los últimos tiempos se ha producido un ostensible deterioro de la situación económica de nuestro país, con proyecciones para el corto y mediano plazo que son aun más preocupantes.

El nivel educativo continua yendo cuesta abajo y como agravante sigue sin justipreciarse su invalorable importancia, quedando sujeto a contiendas políticas donde el hecho “educación de la población” ha quedado relegado a un segundo plano.

Como ya he mencionado, ambos ítems tienen una directa relación con el cumplimiento de los enfoques propuestos para disminuir la aparición de las enfermedades cardio y cerebro vasculares y sus ominosas consecuencias.

La nueva postergación de los estudios y tratamientos programados debido al acuerdo de cúpulas efectuado entre el sector público y el privado dentro del marco de la “gestión de camas” llevado adelante por el gobierno de la Provincia de Bs As, presagia que se cumplirá la predicción hecha por las asociaciones científicas que estimaron que existiría un aumento de las muertes por enfermedades cardiovasculares debido a las “demoras” ocurridas en 2020 y al sesgo de la atención de las consultas por emergencias en este contexto de pandemia.

Como cierre, este panorama se ve aun mas ensombrecido, al observar los hechos descriptos al inicio, respecto del atropello de las libertades individuales.

Es hora de reformular cuales son las  “prioridades en Salud” y redefinir el verdadero valor que cada uno de nosotros le da al respeto de las “Libertades individuales”.

(*) Médico cardiólogo, docente universitario, ex presidente del Distrito Conurbano Norte de la Sociedad Argentina de Cardiología, responsable de Arritmias y Marcapasos del hospital Bernardo A. Houssay (retirado), cardiólogo  del Hospital Británico, vecino de Pilar.

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