Economía

Informe: en lo que va de mayo, los precios ya subieron 7,3%

De acuerdo a Libertad & Progreso, con datos hasta el 12 de mayo, los precios al consumidor mostraron una suba de 7,3% en lo que va del mes, mostrando una fuerte aceleración en comparación con el acumulado en las primeras dos semanas de abril (5,3%).

Según la fundación que nuclea a destacados economistas, el mes de mayo apunta a cerrar con una inflación con un piso de 8,6%, lo que sería el registro más alto para un solo mes desde abril de 2002 (10,4%).

Esto asumiendo la evolución de los precios se comporta de la misma forma que en las últimas dos semanas de marzo, es decir, bajo un escenario optimista en el cual no hay un evento
disruptivo como fue la corrida cambiaria de la segunda mitad de abril. En cambio, si se repitiese el comportamiento de las últimas dos semanas de abril, cerraría en 10,4% mensual o más, apuntando a quebrar el dato de abril de 2002.

Alimentos y bebidas no alcohólicas, el rubro con mayor incidencia dentro del Índice de Precios al Consumidor (IPC), mostró un aumento de 7,4% en la primera mitad del mes, acelerándose en 1,5p.p. con respecto a la segunda semana de abril y apuntando a una suba de más del 9% en mayo. Los rubros que presentaron mayor aumento acumulado fueron “Vivienda” (13,1%), “Mantenimiento del hogar” (9,2%), “Alcohol y tabaco (8,7%) y “Medicina” (8,0%).

En mayo, hay dos factores que presionan al índice hacia arriba. Por un lado, hay que tener en cuenta que, debido a la aceleración de las últimas dos semanas de abril, el arrastre estadístico supera los 2p.p., el doble que en los meses previos. Pero, además, los bienes y servicios regulados inciden aproximadamente en 1,7 puntos en la suba del IPC general. Esto debido a que se registran en el mes subas en electricidad, gas, prepagas, colegios privados, combustibles y transporte público.

Eugenio Marí, economista Jefe de la Fundación Libertad y Progreso dijo que “el próximo gobierno recibirá un Banco Central quebrado. Las reservas netas, que hoy son negativas en US$1.000 millones, estarán probablemente en cero. Y, además, bajo la dinámica actual, los pasivos remunerados representarán 3 veces o más la base monetaria. Son desequilibrios que en el país no se observaban desde finales de la década de 1980”.

Por su parte Lautaro Moschet, economista de la fundación, advirtió que  “la dinámica de las últimas semanas muestra que el piso de inflación es cada vez más alto. La suba de tasas de interés logró contener por el momento la corrida cambiaria, pero el salto del nivel tuvo un fuerte impacto en los precios. Aunque claro está, a expensas de elevar el déficit cuasifiscal. A su vez, cada vez hay más bienes y servicios indexados en la economía que se actualizan mensualmente. Dado el contexto, la única forma de bajar la inflación es mediante un plan de estabilización creíble y lamentablemente el gobierno no se encuentra en condiciones de realizarlo “.

Santiago Casas, también economista de Libertad y Progreso explicó que “la aceleración inflacionaria no cede y es realmente preocupante. Desgraciadamente, Argentina vuelve a transitar una dinámica hiperinflacionaria. La persistente necesidad del Estado de financiarse con emisión monetaria provoca que la moneda vaya perdiendo valor. A sabiendas de esto, la gente trata de deshacerse de los pesos lo más rápido posible”.

Casas agregó que “bajo este proceso, la probabilidad de entrar en una hiperinflación va
en aumento, y lo notaremos en mayores pisos de inflación mensual. El momento de
explosión ocurrirá cuando la gente huya de los pesos para comprar bienes u otra moneda (dólares). Gran parte de la demanda de pesos hoy está contenida por el cepo cambiario, pero a costa de una caída en la actividad económica”.

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