Judiciales
Lavado de dinero: Pombo, afortunada (muy) en el juego
Claudia Pombo ganó premios por más de $3 millones (unos 210 mil dólares más o menos) en el Bingo Oasis. Los premios se registraron entre 2015 y 2018, cuando esa cifra era significativa. “Es la forma más antigua de lavar dinero, aparece en muchos casos de este tipo”, advirtió un experto en lavado.
El juez federal de Campana, Adrián González Charvay, recibió la información por parte de la casa de juego, y la adjuntó a la causa por la que investiga a la ex presidente del Concejo Deliberante y a su pareja, Jorge D’Onofrio (ex ministro de Transporte provincial) por el delito de lavado de activos.
En el expediente, además de la pareja, fueron imputados Facundo Asencio, Agustina Cuadra, Roxana Pombo y Héctor Marcelo Suárez Basail (ex yerno, hija, hermana y medio hermano de Claudia respectivamente), y el juez de faltas Mario Quattrochi.
Los informes que van llegando al juzgado de Campana llamaron la atención de los investigadores. Entre el 8 de septiembre de 2022 y el 1 de julio de 2024, Pombo hizo cinco viajes a España, 5 a Estados Unidos, 1 a Brasil, y 1 a Uruguay. La Justicia puso el foco en los viajes a España y en la empresa que habría constituido junto al juez Quattrochi, Cattleya Blue S.L. Con esa empresa explotarían dos restoranes, en la ciudad de Málaga, denominados “Tardeo Pacífico” y “Tardeo Soho”.
En el mismo expediente también se habla de vehículos millonarios. Según la denuncia, Pombo y D’Onofrio tienen cédulas para manejar una camioneta Toyota SW4, patente AF-675-YT, a nombre de Agustina Cuadra, la hija de la concejal pilarense. Además, se menciona un Audi Q8, que también aparece a nombre de un tercero, Facundo Asensio, ex marido de Cuadra. La Justicia le pidió a la Dirección de los Registros de la Propiedad Automotor una copia digital de los legajos “B” de ambos vehículos.
La Justicia federal investiga el patrimonio de D’Onofrio y sus allegados, pero apunta a un esquema de recaudación millonaria con el sistema de fotomultas. Concretamente, se investiga si el ex ministro era parte de un sistema paralelo de gestores que ofrecían la posibilidad de eliminar las multas a cambio de una comisión que variaba entre un 30 y un 50% del monto original.
El vínculo de Pombo con Oasis
La relación de la concejal con la sala de juegos no constituye una novedad para nadie, y que haya forjado allí una sólida amistad con sus directivos, tampoco. De ahí que el aporte a la justicia de documentación probatoria de su suerte con el azar, resulte inmediata y precisa.
En principio, hay que tener en cuenta que Oasis, desde el mismo momento de su inauguración, siempre fue cordial y hospitalario -muy- para con varios concejales del distrito. A modo de ejemplo, vale consignar que hasta el día de hoy los memoriosos recuerdan al primer gerente del casino, Julio Vailatti, cuando interrumpía lo que estaba haciendo para ordenarle a algún subordinado «alcanzale la plata al … (un veterano dirigente del distrito todavía en actividad) que está en la puerta».
De Pombo, en tanto, los testigos aseguran que Oasis era el lugar elegido para cambiar una importante pila de tarjetas de débito por dinero en efectivo, que luego apostaba en las máquinas y en las mesas. El origen de tanto débito era, por su parte, la Legislatura provincial, donde su pareja ocupaba, sucesivamente, bancas en Diputados y en Senadores, mientras ella fungía como secretaria de bloque con poderes amplios para una maniobra que el Frente Renovador conoce muy bien: designar o directamente inventar empleados con muy buenos sueldos de los que los efectivamente designados cobraban un porcentaje mínimo, y los otros, por supuesto, ni enterados estaban de que revistaban en la Cámara.
La misma maniobra realizó, siempre según testimonios como el del puntero de Alberti Diego Vivas, con tarjetas de crédito, ya que «se cansó de comprar y la deuda nos cayó a nosotros».
