A una semana de las medidas dispuestas en el país para enfrentar la pandemia de coronavirus, comienzan a advertirse las primeras consecuencias del aislamiento. En este caso, acuciada por la necesidad de efectivo para enfrentar la cuarentena, la gente no duda en agolparse a las puertas del principal banco de la segunda ciudad de Pilar.
Golpeados por la crisis, la mayoría de los habitantes de Presidente Derqui sobrevive a fuerza de plan social, y hacerse de dinero para la compra de productos de primera necesidad, hace que no repare en la posibilidad de contagios y corra al banco para un precario salvataje que les ayude en estos tiempos en los que la obligación es quedarse en casa, como piden las autoridades.
Lo peor es que comienza a replicarse en el distrito lo que ya se observa en otras jurisdicciones de la provincia: los cajeros se quedan sin dinero tempranamente, por lo que concurrir en otros horarios, menos poblados, no tiene sentido alguno.
