Cómo se manejan las cuentas públicas en Pilar: a libro cerrado y bocas ídem

En su última sesión, el Concejo Deliberante de Pilar aprobó en 41 minutos, la ordenanza de Rendición de Cuentas y la de Compensación y Excesos. Sus integrantes debatieron -algo- la segunda, y se olvidaron de hacerlo con la primera.

La reunión fue el jueves 28 de marzo último, y el acceso a estos expedientes recién fue habilitado el martes 26, esgrimiéndose como pretexto por parte del oficialismo la falta de scanner para la correspondiente digitalización. Algo raro ocurre con ese scanner que lleva ya varios años fuera de servicio. O no hay técnicos capaces de repararlo o ese arreglo es muy caro y el municipio no dispone de fondos para solventar esa reparación.

El caso es que como se labra sólo un expediente, el original, cada concejal debe esperar su turno para revisarlo. Cabe agregar aquí que el expediente en cuestión consta de 30 cuerpos de 200 fojas, o sea unas 6 mil páginas que deben leerse y analizarse en apenas un par de días, situación justificada, obviamente, por el oficialismo sin advertir que el propio Tribunal de Cuentas bonaerense, de acuerdo a la ley 13963, establece un plazo de hasta 60 días para que los concejales estudien el expediente.

De todos modos, y a pesar de las mociones -rechazadas- para que el expediente vuelva a comisión, pudo saberse que, por ejemplo, según el Balance de Tesorería que se realiza en forma trimestral, el municipio gastó en materia de Servicios de Ceremonial, 213 millones en el primer trimestre, 65 millones en el segundo y 436 millones en el cuarto, de manera coincidente con el período electoral. Del tercer trimestre no parecieron los registros.

En consecuencia, el municipio tuvo un gasto total de 714 millones de pesos sólo en Ceremonial en tres trimestres, mientras otro ítem al que también pudo accederse fue el de Publicidad, que se llevó un total de 471 millones de pesos, también en tres trimestres, discriminados de la siguiente forma:  37 millones en el primero, 180 millones en el segundo y 254 millones en el cuarto, también en coincidencia con el período electoral. Por supuesto, acá tampoco aparece información en lo que al tercer trimestre se refiere.

En este punto, si bien el interbloque que preside Sebastián Neuspiller votó por la negativa a este Balance, el resto no tuvo problemas. Incluso Flavio Alvarez aprovechó para justificar su ausencia en la tarifaria votada en enero del 2024, aunque sostuvo que hubiese votado a favor en la certeza de que sin las nuevas tasas aprobadas en aquella oportunidad «el municipio hubiese quebrado en 60 días».

Desde el oficialismo, en tanto, con Silvio Rodríguez como vocero, se defendió la gestión De Achával enumerando obras  realizadas como los clubes de Derqui, Astofi y Alberti, al tiempo que justificó las nuevas tasas en «el apoyo a los inundados».

Otro dato llamativo que apareció en el debate fue que la mayoría de los funcionarios de esta administración, ferviente defensora de la salud pública, utilizan prepagas como Osde, Swiss Medical y Galeno.

Por último, y sin demasiada discusión, apenas con una tímida resistencia, los concejales aprobaron la Rendición de Cuentas, inclusive los ex libertarios Juan Martín Tito y Juan Manuel Quintana, evidenciando su clara connivencia y disposición para con el Ejecutivo comunal.

Interesante es observar que aún cuando su misión es oficiar de contralor del Ejecutivo, los concejales de Pilar terminan votando expedientes incompletos, sin la documentación básica que les permitiría cumplir acabadamente con la misión impuesta por quienes los eligieron para una banca. Como siempre, a libro cerrado y sin abrir la boca.