Municipios

El municipio de Pilar en dificultades para el pago de sueldos

La comuna prometió el pago de haberes el sábado 30, pero hasta este lunes no se efectivizaron. Culparon al Banco Provincia.

El malestar que los municipales comenzaron a sentir el sábado al concurrir a los cajeros y constatar que la promesa no se había cumplido, se incrementó este lunes cuando la situación seguía sin superarse. Al mismo tiempo, desde Personal de la comuna, se multiplicaban los mensajes a los representantes sindicales, como el «Cuco» Molina, pidiendo tranquilidad ya que podía haber habido «un problema con un archivo y la acreditación». Asimismo, el jefe de la dependencia aceptaba que una minoría había efectivamente percibido su salario, pero que «ya hablé con la gerente del banco para que el resto pueda cobrar antes del mediodía». «Quedate tranquilo, hubo un error del sistema y el lunes está todo normalizado», le insistían a Molina.

Pero el plazo se cumplió sin novedades, y la gente siguió sin cobrar. Al respecto, otro sindicalista evaluó que «o se quedaron sin plata o nos están faltando el respeto, como cuando asumieron». Esto, porque mientras desde Personal y Recursos Humanos culpaban al Provincia del «error», tampoco aparecían los recibos de sueldo, «y eso no es un problema del banco».

Aparentemente, los únicos que cobraron fueron algunos médicos, «y eso para que no les explote el sistema de salud», aseguró el informante.

Cabe agregarse que hace tiempo que la relación entre el municipio de Pilar y sus trabajadores no atraviesa por un buen momento, no sólo por el retraso en el pago de haberes y el desconocimiento de las horas extras, sino por la gran cantidad de despidos que se produjeron desde que se inició la gestión De Achával no con el objetivo de achicar la planta por una cuestión de racionalidad administrativa sino para reemplazar a los que se iban por «tropa propia» que ni siquiera reside en el distrito.

Al parecer, lo que se hizo fue dar cobijo en Pilar a quienes le sobraban a otros intendentes del palo, que, ya se sabe, pagan con empleo público las faenas de campaña. A tal punto el pago de favores a sus colegas intendentes, que no son pocos los que cumplieron idénticas tareas para Federico De Achával en el distrito e igual fueron a dar a la calle.

Los que quedan, en tanto, no hacen más que quejarse del destrato que reciben por parte de aquellos agregados «foráneos» y sus superiores, los que, a su vez, rezongan porque los dejan fuera de las decisiones importantes ya que, dicen al municipio lo conducen sólo cuatro personas: Federico, el intendente, Federico (Heyn, el mejor amigo y consejero del Federico intendente, y además empleado del De Achával padre), Santiago (Laurent, el secretario de Gobierno), y Lourdes (Filgueiras, ama y señora del Concejo Deliberante), en ese orden.

Desde adentro y en voz baja, obviamente, los jerárquicos no vacilan en cuestionar el modo de conducir el municipio por parte de quienes llaman, no sin sarcasmo, «los cuatro fantásticos», a los que les atribuyen «cerrarse como una secta; no confían en nadie, no atienden a nadie, y hasta se dan lujos tales como ignorar a la policía».

En ese sentido, aseguran que por ejemplo y aparentemente por una cuestión ideológica, «no atienden a uniformados» por lo que ni siquiera charlan con los comisarios, lo que les impide mantener una convivencia medianamente institucional con los principalísimos encargados de la seguridad en el distrito.

 

 

 

 

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